Indudablemente el año 2023 es, por antonomasia, un año electoral para nuestro país. Además de votar para elegir quién será el próximo presidente argentino y otros cargos nacionales, en muchas provincias también se definieron posiciones locales, como la de gobernador. Respecto de las elecciones generales, vale recordar que ha sido la Cámara Nacional Electoral el organismo que estableció los plazos para el desarrollo de los comicios. Y que en dicho cronograma, se incluyeron los pasos previos para las fuerzas políticas que quieren postular a sus precandidatos a presidente y vice.
Primera campaña
En esta coyuntura, me pareció oportuno traer el recuerdo de la que fue la primera campaña electoral en nuestro país y que, además, incluyó como novedad una gira proselitista por el interior del país. A comienzos del año 1885 comenzaron a barajarse los nombres de los posibles reemplazantes del General Roca para la presidencia. Surgieron las candidaturas de Dardo Rocha, Miguel Juárez Celman y Bernardo de Irigoyen para la elección de 1886. En marzo de 1885, con el apoyo de sus principales amigos políticos, Bernardo de Irigoyen oficializó su intención de suceder a Julio Roca en la presidencia de la Nación. Delfín Gallo fue su jefe de campaña y Luis Sáenz Peña el presidente del Comité Irigoyenista de la Capital.
¿Pero, quién fue Bernardo de Irigoyen? De Irigoyen perteneció a una generación de estadistas ilustres que consagraron sus vidas y sus intereses al servicio del país, estructuraron sus instituciones y fomentaron su prodigioso desarrollo colocándolo en un lugar de privilegio entre los demás países del mundo. No es fácil catalogar a Irigoyen. Vicente Cutolo opta por "jurisconsulto". José Bianco pone a su biografía el subtítulo de "estadista y pioneer", así, en inglés.
De Irigoyen también fue considerado como constituyente, legislador y publicista. Fue diputado nacional y presidente de la Cámara de Diputados; dos veces canciller; dos veces ministro del Interior; titular de la cartera de Hacienda, procurador del Tesoro, gobernador de la provincia de Buenos Aires y senador nacional. Fue, además, tres veces candidato a la presidencia de la República (1880, 1886 y 1892) y cofundador, con Lisandro N. Alem, de la Unión Cívica Radical.
Su extensa vida pública se extendió hasta la Argentina pujante y moderna en los bordes del centenario. Fue por ello que Pellegrini, al hablar en el homenaje por el día del 80º aniversario de su natalicio, pudo decir " (...) su vida está tan íntimamente ligada a la vida nacional que su biógrafo tendrá forzosamente que escribir nuestra historia patria desde mediados del siglo pasado".
Novedosa estrategia
Volvamos a nuestro tema. En el mes de julio de dicho año surgió en el seno de un grupo de amigos y partidarios la iniciativa de que el candidato a la presidencia para el período 1886-1892 realizara un viaje visitando las principales ciudades del interior de la República. La idea fue acogida con beneplácito por el presidente del Comité Central, Dr. Delfín Gallo, y por el propio candidato. La idea causó verdadera sensación en todo el país. Entre las tantas opiniones respetables sobre el viaje del candidato de Irigoyen, debemos consignar la del distinguido Luis Sáenz Peña, elevada figura de Buenos Aires y presidente de la Comisión Capital en el Comité Irigoyenista.
"Es la primera vez -decía el Dr. Luis Sáenz Peña- que en nuestro país se desenvuelve este medio de acción política, de recorrer el candidato proclamado por la opinión pública diversos Estados y Provincias de la Nación, exhibiendo su personalidad política, manifestando su gratitud a los pueblos que lo aclaman, y presentando en las escenas públicas que tienen lugar un vasto programa de gobierno. Creo que debemos felicitarnos de que sea nuestro candidato el que inicie en este país este gran sistema de explorar la verdadera opinión popular, precursor de un mayor progreso ulterior (…)".
Decía un editorial del diario La Prensa, (fecha 26 de julio):
"Un hecho nuevo, que es un motivo de congratulación, se produce en esta contienda, pues está en perfecta consonancia con el sistema representativo de gobierno. Aquí no ha sido costumbre, como lo es en Estados Unidos, que los candidatos se aproximen á los pueblos, prestigiando su propia candidatura. Si el pueblo es el soberano, el señor de los señores, nada mas propio que los que aspiran á gobernarlo mediante sus sufragios, se inclinen ante él y le manifiesten sus propósitos y sus ideas de gobierno, para solicitar el concurso de su voluntad, sin el cual no hay Poderes legítimos en las Repúblicas.
El candidato, en Norte América, en donde las instituciones libres han llegado á su mayor desarrollo y esplendor conocido, busca y aprovecha todas las ocasiones para hablar de las miras con que aspiran a gobernar, desde el telegrama, el discurso de banquete, la prensa, el panfleto, la tribuna parlamentaria, hasta las alocuciones en las grandes asambleas populares. En esa serie sucesiva de actos, el candidato desenvuelve su plan de gobierno, adquiriendo compromisos solemnes y eficaces en el seno mismo del pueblo, y de esa manera su palabra inspira alguna fe.
El verdadero programa lo trazan, aparte de los antecedentes del candidato, sus innumerables y consecutivas manifestaciones de sus opiniones en las reuniones populares y bajo las variadas formas antes indicadas, mediante las cuales el candidato se pone directamente en contacto con el pueblo, sin sofisticaciones, y así se puede aquilatar lo que vale, lo que es y lo que puede ser. Por eso es que los candidatos en las Repúblicas son comparados á un cristal colocado en un sitio público, para que todos los vean en plena trasparencia. Faltaba ese requisito á la democracia argentina y cabe á uno de los candidatos actuales el honor de ensayarlo por primera vez: el Dr. Don Bernardo de Irigoyen".
Inicio de la gira
La fecha fijada para el inicio del viaje fue el día 26 de julio. La numerosa comitiva que acompañaba a de Irigoyen fue objeto de innumerables demostraciones desde que el candidato saliera de su casa de calle Florida, hasta tomar el tren hacia la localidad de Campana. En Campana lo esperaba el vapor "Leda", en el cual se embarcaron con dirección a Rosario. El largo viaje tuvo lugar ente los meses de julio, agosto y septiembre, comprendiendo las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca. El joven periodista David Peña, integrante de la comitiva, fue el encargado de escribir una crónica del viaje.
El relato de Peña, con estilo ameno y ágil, detalla los pormenores de la larga travesía por todo el interior del país. En particular nos interesa detenernos en el relato de la visita a nuestra ciudad. Relata Peña que una comisión integrada por los ministros José Gálvez (Gobierno) y Pedro Reina (Hacienda), junto al canónigo Claudio Seguí, se adelantó a recibir al candidato, cuando se encontraba en la ciudad de Paraná. Una vez arribado a nuestra ciudad, el recibimiento que le brindó la ciudadanía fue formidable.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos.
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