Queridos Amigos. Muy buenos días. ¿Cómo están? Una vez más nos tomamos un tiempito para reflexionar sobre la Palabra de Dios. Y lo hacemos recordando las palabras de San Pablo que tomo como texto de referencia. El Apóstol de las Naciones nos exhorta diciendo: "Fíjense bien cómo viven: no como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el momento presente, porque los días son malos. No sean, pues, insensatos, sino procuren comprender cuál es la voluntad del Señor".
Mirá tambiénSean mutuamente buenos y compasivos. Practiquen el amor a ejemplo de CristoNo sé si San Pablo escribió estas palabras tan profundas sólo para su comunidad de hace dos mil años, o pensaba en nosotros y en la sociedad de hoy, en muchos casos perdida, insegura y decepcionada. Los últimos mensajes dominicales les envío desde el continente europeo, porque desde el mes de julio me encuentro en Polonia, gozando de mis vacaciones que tomo cada tres años. ¿Es un privilegio? Sí. Pero a la vez es una necesidad del corazón. Cada uno de nosotros necesita encontrarse con la familia, renovar los lazos fraternales, conversar en la lengua materna. Simplemente lo necesitamos.
El tiempo de vacaciones es también una hermosa oportunidad para acercarse a la vida de la gente en mi país y en el Viejo Continente. Escucho, leo, hablo, viajo y observo con preocupación la decadencia de la cultura europea, construida sobre raíces cristianas. Ese incidente de profanación de la eucaristía en la inauguración de los Juegos Olímpicos en París no fue un error o como se nos quiere decir, o la falta de comprensión del arte de nuestra parte. Fue algo planificado, un ataque abierto a la fe cristiana. Y cuando veo cómo hoy fácilmente se pierde la fe y cómo se niega el evangelio, se cuestiona lo religioso o se intenta parodiar la eucaristía, realmente duele, duele mucho. Porque, mis queridos amigos, la eucaristía es el corazón de la Iglesia; en realidad, sin la eucaristía no hay Iglesia.
Los valores cristianos, los símbolos de fe están atacados permanentemente, pero lamentablemente nuestra reacción con frecuencia es tibia. Pero, lo que más sorprende, por lo menos a mí, es -en muchos casos- el silencio de nuestros pastores. En la vida, como decía el papa Benedicto XVI, hay que tener una postura erguida, no inclinarse ante "otros ídolos", no dejarse llevar fácilmente por otras ideologías. Hay que exigir la verdad, defender la verdad y bregar por la verdad. ¿Y tú, querido hermano de qué lado estás?
El evangelio de Jesús es exigente. Hoy, Cristo una vez más nos dice: "Yo soy el pan vivo bajado del cielo...". Cristo es ese alimento que tanto necesitamos. Cuando lo recibimos en la comunión, nos unimos con Dios y también con nuestros hermanos. Es Cristo mismo quien habita en nosotros. Pero atentos, Jesús no sólo se refiere al pan material. También existe el hambre de verdad, que poco a poco estamos perdiendo. Existe el hambre de libertad, que poco a poco nos están arrebatando cuando nosotros guardamos un silencio indiferente. Y existe el hambre de respeto a los valores religiosos, de los cuales nos están despojando, y lamentablemente, no siempre reaccionamos.
Llevo ya un mes y medio en Polonia y me siento -por momentos- como si estuviera en Argentina. Percibo que más allá de lo económico (pues aquí en Europa desde el punto de vista económico estamos bien, no se habla de la inflación, de la inseguridad, etc), compartimos los mismos problemas referentes a la religión y la cultura. A alguien le interesa debilitar, ridiculizar, o simplemente eliminar nuestra fe. Dios molesta. La famosa canción de John Lennon, "Imagine", cantada durante los Juegos Olímpicos, "(…) imagina un mundo sin cielo, sin naciones, sin religión", representa una visión que se quiere imponer a todos. Es un programa concreto de vida sin Dios.
¿Evangelio, para qué evangelio? Tenemos ideologías. ¿Decálogo, para qué? Tenemos relativismo, cada uno hace lo que quiere, tenemos libertad. ¿Respeto por la vida desde la concepción para qué? ¿Para qué necesitamos a Dios? Nosotros decidimos, de nosotros depende quién ha de nacer y quién ha de vivir. ¿La verdad? La verdad no existe, vivimos en un tiempo de "posverdad". Nosotros somos creadores la verdad, de nosotros depende lo que es bueno y lo que es malo. Nosotros somos "Dioses".
Esa es la visión del mundo cantada por Lennon que nos quieren imponer. Pero, atentos, depende de nosotros si la aceptamos o no. Depende de nosotros qué camino tomaremos. Por eso, queridos amigos, permítanme que al final, una vez más, les recuerde aquellas palabras de San Pablo:
"Fíjense bien cómo viven: no como necios, sino como sabios, porque los días son malos".
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