En 2006 y 2017, en esta misma columna publiqué "Escritos" en los que hacía referencia a la delicada situación por la que atravesaba en aquellos años la Cooperativa SanCor. Quince años después, vuelve a ser noticia.
Cuando se hacen reuniones en las que aparecen funcionarios del gobierno nacional ofreciendo apoyo en respuesta al pedido que le hacen fuentes interesadas como los empresarios y el gremio, todo el asunto deja de ser serio. Hay una solución más genuina.
En 2006 y 2017, en esta misma columna publiqué "Escritos" en los que hacía referencia a la delicada situación por la que atravesaba en aquellos años la Cooperativa SanCor. Quince años después, vuelve a ser noticia.
Hoy nos enteramos que hay una propuesta de tres empresarios, además del Banco de la Nación Argentina y del Estado Nacional, para conseguir reactivar la empresa; todo esto coordinado por el gremio que representa a los empleados.
Como lo expusiera oportunamente, opino que a través de esta preocupación del gremio por las fuentes de trabajo, van a lograr la despersonalización de la Cooperativa SanCor, que mantendrá su nombre, pero la dirección dejará de ser legalmente de la Cooperativa y pasará a manos del Fideicomiso formado por esos empresarios con buenas relaciones con el gobierno nacional, que sin dudas conseguirán algún aporte de dicho gobierno y préstamos del BNA.
Si la Cooperativa acepta la injerencia de esos empresarios, el gremio debería saber que van a disminuir las fuentes de trabajo y no porque los empresarios sean anti obreros, sino porque manejan realidades que los representantes gremiales deberían conocer.
Hay una solución que puede ser más genuina: que la Cooperativa incorpore a todos sus empleados como accionistas, quienes inclusive deberían hacer aportes de acuerdo a sus posibilidades. De esta manera se eliminarían los sueldos y pasarían a ganar de acuerdo a su participación accionaria; así, no dependerían del gremio y podrían tomar todos conciencia de la realidad. Esto que propongo se hace en Mondragón, Ciudad Vasca de España, quienes lograron tener -en la Europa actual- la Corporación de Cooperativas más grande del mundo. Para la dirigencia de SanCor esto que planteo es ultra conocido, pero nunca se animaron a copiar esa realidad por el predominio de la acción gremial.
En nuestra Provincia, se puede conformar una Corporación de Cooperativas, porque las hay y con prestigio.
Lo que llama la atención es que quien fuera parte de SanCor, como SanCor Seguros, que tiene prestigio y una situación económica que le permite tener una Obra Social, una ART y un Banco, nada dice acerca de hacer un salvataje como proponen hacer los empresarios privados.
Respeto a los empresarios que honestamente llevan adelante sus negocios, pero no le pidamos "peras al olmo". En un año o dos, la Cooperativa SanCor dejará de ser cooperativa y será una Sociedad Anónima (que no es el infierno...).
Cuando se hacen reuniones en las que aparecen funcionarios del gobierno nacional ofreciendo apoyo en respuesta al pedido que le hacen fuentes interesadas como los empresarios y el gremio, todo el asunto deja de ser serio.
Sería bueno recordar cuando, hace ya muchos años, se designó a la Ciudad de Sunchales la "Capital Nacional del Cooperativismo" debido al prestigio de SanCor. Valdrá la pena que el Cooperativismo Santafesino se reúna para considerar esta situación, prescindiendo del gobierno provincial de turno.
Opino que la Federación de Cooperativas debería reunirse en el transcurso de esta semana para interiorizarse de la realidad por la que está atravesando una de las más grandes cooperativas de la provincia. No dejen pasar esta oportunidad y demuestren que se han constituido para trabajar mancomunadamente y con espíritu cooperativo.
A las Federaciones de Cooperativas les recuerdo lo que supo decir de los tibios un general, líder del Partido Justicialista: "son como la bosta de paloma, no tienen ni olor ni color". A buen entendedor bastan pocas palabras. O hacen algo o no tienen futuro.
Hay una solución más genuina: que la Cooperativa incorpore a todos sus empleados como accionistas, quienes inclusive deberían hacer aportes de acuerdo a sus posibilidades.
Esto que propongo se hace en Mondragón, Ciudad Vasca, quienes lograron tener la Corporación de Cooperativas más grande del mundo. Para la dirigencia de SanCor este planteo es conocido, pero nunca se animaron a copiarlo.