Por Selva Degiorgio
Por Selva Degiorgio
"He visto venir al general Urquiza a estas ideas, y por eso he abrazado su autoridad. La fusión política, adoptada por él, como base de su gobierno y de la Constitución, es principio que pertenece al credo de la Asociación de Mayo de 1838; y sería irracional de mi parte, atacar a un gobierno que adoptaba mis principios. Es el general Urquiza que ha venido a nuestras creencias, no nosotros a las suyas, y lo digo en honor de ambos".
Juan B. Alberdi
Justo José de Urquiza nació y murió en Entre Ríos. Reconocido por su rol clave en el proceso de la organización nacional, su aporte a la inmigración y a la colonización, su acción en materia de comercio e industria, en el desarrollo del ferrocarril, del telégrafo, de la navegación y de la educación, destacándose su papel como fundador del Colegio Superior del Uruguay, el primero laico del país y en donde cursaron estudios tres ex presidentes argentinos: Julio Argentino Roca, Victorino de la Plaza y Arturo Frondizi (también Benigno Ferreyra, presidente del Paraguay). Egresó en 1895, la primera mujer bachiller en un colegio nacional, Teresa Ratto (segunda médica argentina, luego de Cecilia Grierson); el diario La Capital de Rosario fue un emprendimiento periodístico promovido por el general y su nombre es también un producto de aquellas singulares circunstancias políticas, ya que alude a la pretensión de que Rosario fuera la capital de Argentina.
Urquiza fue un militar habilidoso, un estratega que tejió importantes acuerdos y condujo los destinos de su territorio como referencia de muchas causas que las demás provincias tenían en su disputa con Buenos Aires. El 1 de mayo de 1851, siendo gobernador de Entre Ríos, produce el "Pronunciamiento", reasume para Entre Ríos la conducción de las relaciones exteriores e instala dicha provincia en el liderazgo nacional.
Juan Bautista Alberdi nació en San Miguel de Tucumán, el 29 de agosto del año de la revolución de Mayo. Falleció en Francia, en 1884. Político, jurisconsulto, músico y escritor argentino. Residió desde muy joven en Buenos Aires. Allí se vincula con Avellaneda, Echeverría, Gutiérrez, Cané, Matheu, Mitre, Sarmiento, unifica la visión de la generación del 37.
Ese año, Alberdi publica el Fragmento preliminar al estudio del Derecho, fundamento de las Bases y compendio de su filosofía del Derecho. Esta obra puede considerarse como una introducción al Derecho, a la par que un estudio de Derecho Político. El 15 de noviembre de 1838 Alberdi se instala en Montevideo, comienza su colaboración como periodista en El Nacional, continuando más tarde en el Grito Argentino y en El Iniciador. Al año siguiente, junto a Cané, funda la Revista del Plata.
El 3 de febrero de 1852, las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, junto a fuerzas de Brasil y Uruguay, pusieron fin en la batalla de Caseros al mandato de Juan Manuel de Rosas. Se derrumba así la confederación rosista y se clausura la hegemonía de Buenos Aires. Las palabras de Justo José de Urquiza -comandante del llamado Ejército Grande-, "no hay vencedores ni vencidos", no bastaron para que la dirigencia porteña aceptara participar de la Convención Constituyente.
El 6 de abril de 1852, se firma el Protocolo de Palermo, luego, el 31 de mayo, en San Nicolás de los Arroyos, el Acuerdo que sentó las bases de la convocatoria al Congreso. Al mismo adhirieron las catorce provincias, la legislatura porteña no se sumó y el 11 de septiembre decidió separarse de la Confederación, acontecimiento que marca un hito histórico en relación con la construcción del Estado nacional.
En este punto, la figura de Alberdi excedió su papel de intelectual. No solo vemos en él a un académico comprometido, un profesional del Derecho, sino también a un hombre convencido de una causa a la que abraza y defiende. Urquiza convocó a Alberdi, Vicente Fidel López y Juan María Gutiérrez, miembros fundadores de la generación del 37, y a intelectuales como Mariano Fragueiro.
Alberdi dedicó a Urquiza el texto "Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina", que habría de constituirse en lineamiento del proyecto nacional. Las propuestas de Alberdi fueron traducidas al texto constitucional por el Congreso General Constituyente reunido en Santa Fe en 1853. Allí estuvieron presentes las trece provincias que habían firmado en mayo el Pacto de San Nicolás, con la excepción de Buenos Aires al considerarlo perjudicial para los intereses provinciales. La organización nacional fue posible gracias a las ideas de Alberdi y a la ejecución de Urquiza.
Ambos se profesaban mutua admiración. Cuando envía las Bases, Alberdi destaca: "He consagrado muchas noches a la redacción del libro, sobre las bases de la organización política para nuestro país, que tengo el honor de someter al excelente buen sentido de V.E." (Valparaíso, mayo de 1852). Urquiza responde: "Su bien pensado libro es a mi juicio un medio de cooperación importantísimo. No ha podido ser escrito ni publicado en mejor oportunidad… A su ilustrado criterio no se lo ocultará que en esta empresa deben encontrarse grandes obstáculos. Después de haber vencido una tiranía poderosa, todos los demás me parecen menores" (San Benito, julio 22 de 1852).
Organizado el primer gobierno constitucional, el electo presidente de la confederación nombra a Alberdi como encargado de Negocios en Francia e Inglaterra con las misiones de atraer inmigrantes al país, lograr el reconocimiento de la independencia nacional por España y conseguir que Francia e Inglaterra acepten como único gobierno argentino al que tiene sede en Paraná. El 29 de abril de 1857 Alberdi suscribe en Madrid dos tratados: en el primero la reina Isabel II reconoce la independencia argentina y en el segundo modifica la atribución de la nacionalidad, cambia el ius sanguinis vigente en Europa respecto de los descendientes de españoles nacidos en sueldo argentino.
El 22 de octubre de 1854 en Paraná, el primer presidente constitucional argentino, cierra su discurso en el primer congreso federal depositando su tarea y su confianza en las generaciones futuras: "He puesto delante de vuestra vista con lealtad y franqueza todo mi pensamiento como explanación del programa de Mayo de 1851 y exordio del primer periodo constitucional que principiamos. Entonces levante la bandera de la Patria en el campo de la Nacionalidad Argentina y seré muy dichoso, si con vuestra cooperación consigo mantenerla siempre firme y gloriosa… Os he diseñado los trabajos incesantes del gobierno para desenvolver en todos los ramos del servicio público el embrión de nuestra administración. Os toca conservar de estos trabajos los que fueren útiles, y mostrar al país que puestos sus destinos en vuestras manos, lo abreis adelantado y afirmado".
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y la Asociación Museo y Parque de la Constitución Nacional.