Por Martín Uran (*)
Por Martín Uran (*)
Probablemente hayas visto algunos videos virales de personas mostrando cómo cucharas o celulares se quedan "pegados" a su brazo luego de recibir alguna de las vacunas contra el covid-19 ¿Qué tan real puede ser esto? Para responder esta pregunta necesariamente debemos consultar lo que la ciencia nos dice al respecto.
Vayamos por parte.
¿Qué es una vacuna? El médico especialista Richard Glickman-Simon (1), en su artículo ¿Qué son las vacunas?, afirma que "Una vacuna es una sustancia biológicamente activa diseñada para proteger a niños y adultos de infecciones causadas por bacterias y virus. Las vacunas también se llaman inmunizaciones porque sacan ventaja de la capacidad natural de nuestro sistema inmunitario para prevenir enfermedades infecciosas". Esto significa que este tipo de sustancias pueden contener bacterias atenuadas, o "partes" de un virus, para que nuestro sistema inmunológico lo detecte y genere anticuerpos contra ellos. Luego, cuando nuestro cuerpo entra en contacto con la bacteria o virus que causa la enfermedad infecciosa, nuestro sistema inmunológico lo reconoce y puede actuar para protegernos. Una sustancia de este tipo ¿puede generar un efecto magnético?
Para responder la pregunta debemos indagar un fenómeno que nos es muy familiar: el magnetismo. Un campo magnético se genera siempre a partir de una corriente eléctrica, es decir, por el flujo o movimiento ordenado de electrones. Los imanes que conocemos, esos que encontramos en algunos dispositivos de sonido, o los adornos que colocamos en la heladera, también poseen este tipo de campo magnético, su explicación es un tanto más compleja, ya que a simple vista no podemos detectar una corriente eléctrica en el imán, pero, una buena aproximación para pensar este fenómeno es considerar movimiento ordenado de los electrones en torno al núcleo atómico, el cual puede simular muy bien una corriente eléctrica en la superficie del material, generando así, un imán permanente. Las fuerzas magnéticas, esas que "pegan" el imán a la heladera, son producto de la interacción entre el campo magnético generado por el imán permanente y los electrones libres que los metales poseen. Esto último es muy importante, ya que no cualquier sustancia puede ser atraída por un imán, solo algunos metales que tienen la particularidad de poseer electrones libres en su estructura. Esto nos limita el grupo de sustancias que pueden interactuar con un campo magnético, por ejemplo, las sustancias moleculares, este tipo de sustancias poseen sus electrones fuertemente ligados a los grupos de átomos que conforman las moléculas de la sustancia, lo que impide cualquier efecto magnético en materiales de este tipo; agua, por ejemplo, es una sustancia molecular, los plásticos también lo son, esto es fácil de comprobar, simplemente intente pegar un imán permanente a un plástico. No sucederá.
Volvamos a la afirmación del médico Richard Glickman-Simon: las vacunas son sustancias biológicas, y todas las sustancias biológicas son moleculares, y como ya dijimos, este tipo de sustancias no pueden generar fenómenos magnéticos, ni tampoco interactuar con campos magnéticos.
Entonces, ¿Qué vemos en los videos que aparecen en Internet? Pensemos que las posibilidades de edición de video y sonido están "a la carta", y que los fenómenos magnéticos no son los únicos que pueden generar una interacción que permita que se "pegue" una sustancia en nuestro cuerpo, como sucede con una cinta adhesiva, por ejemplo. Qué importante es entonces, que los ciudadanos de un país cultiven el juicio crítico y el deseo de acercarse a la verdad de los hechos. Quizás el hábito de incorporar en nuestras lecturas artículos producidos por un periodismo de investigación serio y comprometido, como también escritos de divulgación científica avalados por médicos especialistas, investigadores, epidemiólogos, quienes son la voz autorizada en estos temas, contribuya a desterrar todas estas "falsas informaciones" que lo único que hacen es agregar más confusión a una sociedad, ya de por sí, perturbada por una pandemia de la que poco o nada se conocía.
(*) Profesor de Física
(1) El Dr. Glickman-Simon es especialista acreditado en medicina familiar y es profesor auxiliar en el Departamento de medicina familiar y salud comunitaria de la Facultad de medicina de la Universidad Tufts, en Boston. Supervisa el currículo de medicina alternativa y complementaria para varios programas de posgrado de la Facultad de medicina y dicta cursos de medicina alopática y no alopática en las carreras de grado de la Universidad Tufts.