De la redacción de El Litoral
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La última mitad del siglo pasado está marcada por una fuerte corriente de desinversión en saneamiento, a nivel mundial. Junto a esa tendencia en el sector de los servicios públicos creció el mercado de las bebidas y el del agua envasada en particular.
El panorama se completa con un acelerado proceso de urbanización y aumento de la población mundial.
Los sistemas de capitación de agua cruda, potabilización y distribución por redes a los usuarios fueron previstos para ciudades diferentes de las actuales.
En 1950 había en el mundo 78 ciudades de un millón de habitantes, en 2000 eran 290 y se calcula que en 2025 habrá 650. México DF por ejemplo pasó de un millón y medio en 1940 a 20 millones, lo mismo que Yakarta.
El programa de monitoreo conjunto de la Organización Mundial para la Salud y la Unicef determinó en 2004 que 50 millones de personas no acceden a fuentes mejoradas de agua potable en América Latina y el Caribe, con porcentajes de cobertura muy variables: desde el pobre 54% en Haití al ideal 100% de Uruguay.
Junto a la decadencia de los servicios sanitarios de la segunda mitad del siglo pasado creció el mercado del agua envasada. En 1970 se producían en el mundo 900 millones de litros de agua embotellada, en 1980 fueron 1.900 millones, en 2000 fueron 84.000 millones de litros, en 2004 ya eran 154.000 millones y hoy el mercado alcanza los 200.000 millones de litros.
Modas y un eficiente sistema de publicidades logró incrementar el consumo de agua envasada incluso donde hay buenos sistemas de distribución de agua potable. Sobre todo en esas sociedades desde hace dos décadas, movimientos de ambientalistas y gobiernos impulsan un debate sobre el tema.
Duplicar lo invertido
Durante la década del ’90 se ha invertido en saneamiento apenas el 0,12% del Producto Bruto Interno de Latinoamérica, en su mayor parte en mantenimiento y rehabilitación.
Es necesario duplicar esa inversión para expandir los servicios y lograr las metas del milenio.
“La discontinuidad, la mala calidad, la falta de inversión de los servicios públicos de agua junto a la multimillonaria inversión en publicidad de agua embotellada y la falta de información sobre estudios comparativos han logrado modificar los hábitos de consumo en países desarrollados y no desarrollados disparando la producción en muy poco tiempo”, sostiene un informe del Enress.
“Como mínimo, el 90% del costo real de una botella de agua en una tienda se debe a elementos distintos al agua: embotellado, transporte, marketing, distribución”, dice el informe que cita a la investigadora Catherine Ferrier.
Distintas organizaciones de consumidores y ecologistas como Greenpeace y Ecologistas en acción describen en el diario El País de Madrid “lo absurdo que resultaría la generalización del consumo de agua embotellada en países desarrollados con redes de abastecimiento de agua corriente y potable de calidad cuando la mitad del mundo no las tiene”. Agrega que “los 84.000 millones de euros que se gastan en comprar agua envasada se podrían invertir en solucionar la desinversión en saneamiento en otros países y alcanzar así uno de los objetivos del milenio de la ONU para 2015”, editorializa el diario en su edición del 20 de julio pasado.
Se recicla muy poco
“La peor parte de esta historia es el final de la vida útil del envase”, dice un informe del Enress sobre las llamadas aguas minerales envasadas. Y agrega: “Las empresas de agua embotellada tienen razón, los envases son reciclables, personalmente el 13% va a parar a plantas de tratamiento, dice Julio Barea de Greenpeace-España, el resto termina tirado, tapando alcantarillas, engrosando basurales y eventualmente incinerándose (3 millones de toneladas de plástico en todo el mundo)”.
Crecimiento explosivo
900 millones de litros de agua embotellada se producían en el mundo en 1970.
1.900 millones de litros de agua embotellada alcanzaba la producción mundial en 1980.
84.000 millones de litros de agua se embotellaron y vendieron en 2000.
154.000 millones de litros de agua envasada hubo en el mercado mundial en 2004.
200.000 millones es el consumo actual del mundo en litros de agua envasada.
90 % de los costos por cada litro envasado no tiene que ver con el tratamiento del agua sino con su embotellado, transporte, distribución y sobre todo marketing comercialización.