Lía Masjoan
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La emergencia climática que se vivió esta semana, tras los casi 370 milímetros de agua que cayeron en el norte de la ciudad, dejó al descubierto la endeble infraestructura hídrica que todavía tiene la zona. También puso a prueba las obras nuevas que se hicieron en el suroeste, donde el agua escurrió con mayor rapidez que en contingencias anteriores y no hubo que evacuar familias.
El ministro de Aguas, Antonio Ciancio, descartó que, por el momento, esté contemplado destinar inversiones a alguna de las cuatro obras fundamentales que necesita la zona norte para aliviar las consecuencias de lluvias intensas: los desagües Larrea, Espora y Gorriti; y el canal Las Mandarinas. Sí reconoció que para encontrar una solución adecuada para este último, los técnicos del ministerio mantienen reuniones con los del municipio santafesino. El canal Las Mandarinas está ubicado 200 metros al norte del límite de la jurisdicción de Santa Fe, y colecta agua de Monte Vera y de los barrios del norte de la ciudad. “Estamos tratando de mediar en esta situación porque necesita un acuerdo interjurisdiccional. El municipio hizo un proyecto pero se lo devolvimos porque no contemplaba lo que sucedía más arriba. Hay que acordar cuánta agua pasa y cuánta no porque si no se va a producir la misma situación que sucede con Recreo con la compuerta de Monseñor Rodríguez”, explicó el funcionario provincial.
Según cálculos del municipio, esta obra costaría unos $ 10 millones, lo cual en el contexto general de inversiones necesarias (estimadas en $ 540 millones) es una suma ínfima.
—¿Están evaluando licitar el desagüe Larrea, el cual ya tiene el proyecto ejecutivo que les envió en mayo del año pasado el municipio? -consultó El Litoral al ministro.
—Ahora estamos haciendo el Llerena (que desaguará el agua de los barrios Sargento Cabral, Unión y Trabajo, María Selva y San Roque) hacia la laguna Setúbal. En una reunión con los técnicos del municipio, acordamos darles una mano y ellos pidieron el conducto Llerena. Ya tiene un 20% de avance y, actualizado, implica una inversión de $ 100 millones. Creo que los municipios van a tener que destinar gran parte de los recursos de sus presupuestos a obras hídricas; y nosotros en la medida en que podamos ayudarlos, lo vamos a hacer.
—Pero los municipios aducen que no tienen recursos para afrontar obras tan costosas.
—Nosotros tenemos el mismo problema que el municipio, no nos sobra y cuando vamos a pedir a Nación nos dicen lo mismo que a ellos. Hemos hecho una política de Estado de esto, tanto aquí como en muchísimas otras localidades de la provincia. Pero tenemos que revertir políticas pasadas de 30 años donde no se prestó atención a esto, y 8 años no es mucho tiempo. La ciudad de Santa Fe ha adolecido históricamente de conductos pluviales internos, hasta se han inaugurado avenidas en gestiones pasadas sin desagües. En Rosario, por ejemplo, se tiene en cuenta desde la década del ‘60, por eso ahora hay una gran tranquilidad. Hemos dado muestras de que este tema nos importa, y de hecho si hoy las estaciones de bombeo están funcionando bien es porque apenas asumimos reforzamos la capacidad y ampliamos los reservorios. Para el Larrea tenemos un proyecto pero hay que esperar que tengamos los recursos; tal vez si el municipio aporta algún recurso podamos potenciarnos y hacerlo antes.
Vaso casi lleno
Para el ministro, “hay muchas cosas que funcionaron muy bien” en esta contingencia, “aunque pido disculpas a la gente que todavía está con problemas”. Y la comparó con la de fines de marzo de 2007 cuando “casi la misma cantidad de agua provocó 30 mil evacuados. Ahora no llegaron a 500 en Santa Fe, hubo 300 en Recreo y muy pocas familias en otras localidades cercanas”.
Por último, destacó que “vamos por buen camino, el vaso está casi lleno y si no avanzamos más rápido con las obras que hacen falta es por cuestiones económicas. Si tuviéramos todos los recursos no existiría ninguna razón para mezquinar”.