Jueves 25.3.2021
/Última actualización 10:04
La subsecretaria del Observatorio de Seguridad Pública de la Provincia, Luciana Ghiberto, confirmó que buena parte de los policías llevan adelante sus tareas sin usar el arma reglamentaria, aunque la gran mayoría de ellos considera que es necesario portarla. En diálogo con El Litoral, la especialista analizó los primeros datos del Censo Policial 2020, que serán desagregados en futuros estudios por regiones y por área de la fuerza de seguridad.
- Uno de los datos que resulta más llamativos del informe es que la gran mayoría de los policías tienen arma reglamentaria (un 83,9 %), pero en el período de un año un 82, 4 % no disparó ni un solo tiro.
- Es muy interesante este contraste que, por otra parte, se replica en otras policías del mundo. El poder simbólico del arma es fuertísimo. Y por ejemplo, en otros países la policía comunitaria no porta armas. Pero aquí, como surge también de otros estudios previos a éste, los policías no se imaginan cumpliendo su función desarmados. Y a la vez, hay una gran cantidad de policías que llevan adelante su trabajo sin usar el arma. Lo cual plantea del debate del real police work, el verdadero trabajo policial: qué es lo que efectivamente hacen los policías en el día a día.
Porque todos los protocolos que existen, los parámetros de respeto a los derechos humanos, el uso gradual de la fuerza...en ningún caso dicen que no tengan que disparar. Y es también interesante cruzar datos por territorio: ¿que pasa en jurisdicción de una comisaría de Rosario donde hay un alto nivel de violencia? ¿Disparan la misma cantidad de veces que un policía que está en la Guardia Rural en Gato Colorado? Porque tenemos una fuerza muy heterogénea y muy extensa. Son más de 21.500 personas que hacen cosas muy distintas.
- Aún así, como pantallazo general, son muy pocos los que usan el arma de fuego?
- Así es. Y son muy pocos los que fueron heridos o hirieron a alguien. Esos porcentajes también son muy contundentes. Casi el 97 % dice que nunca hirió a nadie. Y casi el 98 % dice que nunca fue herido. En este punto, conviene aclarar que, como el informe destaca y no obstante los bajos niveles porcentuales, son cerca de 450 policías que están en actividad en la provincia los que dijeron haber sufrido este tipo de herida.
El informe también consigna que dos de cada diez de trabajadores policiales que hirieron personas con sus armas de fuego a lo largo de sus carreras manifestaron que lo hicieron encontrándose en situación de franco de servicio. Una de cada diez, por su parte, señalaron que algunas veces lo hicieron en esta misma condición y otras estando en servicio. Siete de cada diez se encontraban en servicio. Esto se conecta con la obligación de intervenir, aún estando de franco.
Además, al grupo de policías que respondió que habían herido a una persona, se les consultó en qué situación sucedió ese hecho. Casi ocho de cada diez señalaron que fue durante un enfrentamiento y un 15% en una persecución. Cerca del 5%, por su parte, apuntaron que fue durante la intervención en un desorden en una manifestación o espectáculo público.
Por otra parte, más de dos de cada diez de quienes recibieron heridas con armas de fuego lo hicieron estando en situación de franco de servicio.
Esta proporción es semejante a la de agentes que hirieron a personas por intervenciones en esta condición, y refuerza la idea de la porción importante de daños que se generan en contextos de participaciones de policías en eventos violentos cuando no están en servicio.
Por otro lado, nueve de cada diez policías dijeron no haber participado nunca en episodios en los que resultara herido otro trabajador policial. Este panorama es consistente con el hecho de que los policías heridos representan una proporción relativamente acotada, destaca el informe.
Además, casi ocho de cada diez personas contestaron que sería de utilidad la incorporación de armas no letales.
El trabajo destaca que, hasta la sanción de la ley 12521, los policías estaban obligados a portar sus armas de fuego las 24 horas. En ese momento pasó a ser opcional. En el Censo Policial 2020, siete de cada diez dijeron no estar de acuerdo con que sea obligatorio.
Finalmente, en relación con este tema se preguntó a quienes dijeron portar armas de fuego en el desarrollo de sus trabajos si, más allá del carácter opcional de acuerdo al texto legal, las portan o no las 24 horas. Más de la mitad contestaron afirmativamente.
Corrupción, percepción y desconfianza
-Una de las cuestiones que llama la atencion es la manera en que se percibe la corrupción en la policía. Más del 90 % lo ve como algo "grave o muy grave", pero el 83,4 % considera que "nunca" se dan casos en su lugar de trabajo
- Este es el primer informe general y lo que hacemos es analizar la frecuencia simple. Esto que me planteás, que es muy interesante de hacer en un desagregado en distintos lugares, o aspectos temáticos. Por ejemplo, un análisis que queremos hacer es de la Unidad Regional I y la II, y comparar. Después, la policía es un organismo tremendamente complejo, sería interesante ver qué pasa con la Policía de Acción Táctica, la Tropa de Operaciones Especiales, la Policía Comunitaria ¿perciben lo mismo sobre la corrupción policial? ¿Qué dicen sobre su lugar de trabajo?
Estamos hablando de una población grandísima, con muchísima información. Entonces, para tener más especificidad, necesitamos indagar si esa percepción está en los varones o en las mujeres, si está en las TOE o en la Comunitaria, por ejemplo.
- En cualquier caso es llamativo que de lo general a lo particular se modifique tanto la percepción...
- Pero muchas veces pasa en la sociedad que advertimos un problema, aunque no pase en nuestro lugar. Y los policías forman parte de la sociedad. Entonces hay veces que algunas cuestiones se perciben "en abstracto", por la información que hay disponible, pero no como algo de lo que tengamos conocimiento directo. Es lo mismo que sucede con la percepción de la inseguridad, no siempre es por algo que le haya pasado a uno.
Otro reparo que se puede advertir aquí es que los policías tienen una larga historia de desconfiar de lo que se les pregunta, de las iniciativas de consulta. Esto pasa acá y en otras partes del mundo: en una organización verticalista, se tiende a sospechar de cuáles pueden ser las intenciones. Porque además durante mucho tiempo se les dijo que no podían hablar de su trabajo.
- Por otra parte, más de la mitad (53,8 %) considera que denunciar o atestiguar sobre algún caso le puede generar problemas.
- Totalmente. Y esos tiene que ver con una cosa institucional, se aprende que hay cosas que no se dicen. Eso puede jugar también en contra.