El miércoles pasado, mientras se realizaban las últimas declaraciones indagatorias en el caso Ciccone, el vicepresidente Amado Boudou partió hacia Cuba.
Y anoche, cuando el juez Ariel Lijo lo procesó en la causa que investiga la compra de la ex imprenta de billetes, continuaba su estadía en La Habana.
El vicepresidente forma parte de una gira que lo tendría fuera del país, por lo menos, hasta el próximo martes.
Su principal actividad fue una reunión con su par cubano, Miguel Mario Díaz Canel Bermúdez, que lo invitó cuando se vieron en la asunción del nuevo presidente de El Salvador, al día siguiente de que Lijo lo llamara a declarar.