Domingo 23.2.2020
/Última actualización 12:27
“Para un cubano es imposible estar en Argentina y que una de las primeras visita de trabajo que realice no sea a Santa Fe. Con la provincia hay una relación muy especial a lo largo de la historia que une a ambos pueblos, incluso más allá de la Revolución Cubana. Data del origen, cuando algunos diplomáticos argentinos, entre los que había santafesinos, acompañaron a José Martí en la Conferencia Monetaria de las Américas, aquel primer convite de Washington para imponer una moneda única, el dólar, en las relaciones económicas y financieras de América Latina. Y por si esto fuera poco, en la provincia nació el que probablemente sea el más universal de los argentinos y el cubano mas argentino que hay que es el Che Guevara”, historió el embajador.
“Cuando se producen los hechos que condujeron a la ruptura de relaciones diplomáticas de Argentina con Cuba bajo las presiones de la OEA y EEUU en los años 60 -continuó Prado-, de nuevo los santafesinos cumplieron un papel en el proceso de rescate y recuperación de esos vínculos. En 1973 fue invitada a la asunción de Héctor Cámpora una delegación de Cuba que encabezó el entonces presidente Osvaldo Dorticos y el PJ le encargó a dos dirigentes de la juventud que apoyen a la delegación, la asistan en todas las necesidades y contribuyan a su seguridad. Uno de ellos devendría con el tiempo en uno los mas grandes amigos de Cuba en Argentina, de Fidel Castro y en uno de los lideres políticos del justicialismo. Me refiero a Jorge Obeid. El construyó una relación de corazón con Cuba y los cubanos, porque comprendió como pocos la gravedad de las violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos que se ejecutaban a través de la imposición de un bloqueo económico, comercial y financiero por parte de EEUU. Obeid entendió que debía construirse una relación mutuamente solidaria.
-Escribió un libro que se llama “Cuba, Fidel y el peronismo”, donde refleja lo que usted está diciendo.
-Exactamente. Y nunca olvidaremos que en uno de los momentos más tensos y difíciles de la relación entre ambos países, cuando Argentina estaba en uno de los momentos más terribles del sistema neoliberal que se le impuso, cuando el país entró en default y había sido destruido el honor nacional y la dignidad de los argentinos, en esa circunstancia donde parecería que la única preocupación para un político argentino debía estar dentro de sus fronteras, Obeid tuvo la valentía, incluso yendo de frente al gobierno que era de su propio partido, de emplazarlo para que no abandonara a Cuba, la apoyara, e incluso impidiera que se consumaran en la desaparecida comisión de Derechos Humanos componendas y manipulaciones políticas cuyo fin era singularizar a Cuba, judicializarla como decimos hoy, para poder justificar ese bloque injustificable.
-Hubo en la segunda gestión de Obeid un programa de alfabetización para adultos llamado “Yo si puedo”. ¿Hay chances de que vuelva a implementarse?
-El programa “Yo si puedo” permitió en su momento cubrir necesidades de alfabetización y subalfabetización que estaban muy localizadas. El programa sigue existiendo y nosotros estaríamos en la disposición de volver a trabajar si el gobierno de Santa Fe lo solicita para los santafesinos y en general para todo el pueblo argentino. Alguien pude pensar que los problemas principales son de hambre, pero los pueblos también tienen hambre de ideas. La comida se resuelve más rápido, lo más difícil es que la gente pueda volver a pensar con libertad. Y no hay nada que libere más al ser humano que tener la capacidad de leer, escribir y calcular por sí mismo. Se lo digo porque una de las más subversivas decisiones de la Revolución Cubana, que más resistencia encontró en los primeros años, y por la cual entre las primeras víctimas del terrorismo de estado estuvieron maestros, fue justamente la campaña de alfabetización que se libró en mi país. Si en Cuba se habla de los altísimos niveles de instrucción, del desarrollo del conocimiento, de la ciencia y de la cultura es porque hubo aquella campaña para que todos los cubanos, sin excepción, aprendieran a leer y a escribir. Martí decía que ser culto es la única manera de ser libre.
-¿Como están hoy las relaciones con Argentina?
-En un momento auspicioso, de desarrollo. Incluso en los casos donde por el signo político del gobierno, del presidente y de los compromisos de éste, las relaciones perdieron calidez, no puedo decir que las relaciones hayan sido nunca de distancia. Nuestro presidente cuando vino a la asunción de Alberto Fernández se refirió a ello en el encuentro de solidaridad que celebramos con miles de argentinos. Puedo decirle con absoluta seguridad que las relaciones rebasan el marco de los vínculos políticos entre estados, empresariales o financieros. Son relaciones entre pueblos. Obviamente con este gobierno nos identifican muchas ideas y eso hace que ese sentimiento tan fuerte que existe en la base de nuestras relaciones llegue a los mas altos niveles. El hecho de que somos dos países que hemos sido cercenados en nuestros territorios, que reclamamos el derecho a ejercer soberanía sobre la totalidad de nuestros territorios, ustedes en las islas Malvinas, nosotros en Guantánamo, une mucho a Cuba y Argentina. La relación acaba de tener un momento de lujo con la presencia de decenas de editoriales argentinas en la Feria del Libro de la Habana, con una delegación de mas de 50 escritores y editores, que además tuvo el privilegio de contar con la vicepresidenta en la primera presentación de su libro en el exterior, podemos esperar un desarrollo mucho mayor en los años venideros a pesar de las circunstancias adversas que enfrentamos, del clima de hostilidad en el ámbito regional.
-La composición de los gobiernos en América Latina han cambiado mucho en los últimos tiempos y volvieron a aparecer hechos que hacía mucho no sucedían, como la presencia de los militares junto a los presidentes en momentos de tensión social. En el caso de su país, Bolivia rompió relaciones, no fueron invitados a la asunción de Lacalle Pou en Uruguay, en Chile son señalados como el peor mal. ¿Que mirada tienen de esta situación?
-Que no es peor que en los años 60. Creo que estos procesos que hemos visto en los últimos años en la región tienen que ver con los reflujos históricos, con errores que se han cometido, a veces con ingenuidades, de los pueblos progresistas, de izquierda. El aprendizaje es parte del camino. Nosotros mismos por una serie de circunstancias fuimos el ultimo país de América que accedió a la independencia de España y en el mismo día que accedimos caimos bajo la tutela de EEUU durante 50 años. Por tanto nuestra historia también esta marcada por duros retrocesos. Y cada vez que nos dividimos como pueblo, que prevalecieron los intereses de grupo, fuimos derrotados. Una de las formas mas formidables que tiene el adversario para someter a los pueblos es la división. Los argentinos han experimentado la posibilidad de reemprender un camino soberano e independiente y de dignidad nacional a partir que decidieron unirse fuerzas políticas y personalidades e instituciones del mas amplio espectro en un frente común en el que todo lo que antes dividía y enfrentaba fue cambiado por una palabra que los une a todos: Argentina. Y eso es de un valor extraordinario y yo que he sido educado en el valor de la unidad, en la defensa de la unidad, reverencio profundamente esa vocación de ustedes de haber dejado de lado toda diferencia poniendo al país por encima de todo.
-Hace un tiempo el gobierno de su país emprendió una serie de reformas económicas y sociales, se aprobó una nueva Constitución el año pasado. ¿De que manera cambiaron estas decisiones la vida de los cubanos?
-Llegamos en abril del año pasado a un punto culminante del proceso de actualización del modelo cubano, que fue la adopción de la nueva Constitución del Estado, en la que se introdujeron profundas transformaciones al sistema político, al funcionamiento del Estado y sus instituciones, al sistema democrático, a las garantías constitucionales, a los derechos y deberes de los ciudadanos, a los regímenes diferentes de propiedad y su organización, de participación y disfrute de los beneficios del acceso al desarrollo, a la cultura, de la manera en que se constituyen las familias. Es un texto que además es una obra colectiva, con el cual la gente está muy identificada. En una época como la que vivimos, que un país se haya volcado durante meses a debatir un anteproyecto de Constitución, a reescribirlo en mas del 64 por ciento, que después haya sido debatido en los parlamentos municipales, provinciales y en el nacional y finalmente en un referendo nacional, con el voto libre, directo y secreto de los ciudadanos el 87 por ciento de la ciudadanía lo haya aprobado, es acto de civismo, de conciencia política y de voluntad democrática muy grande. Alguien dice que porque el sistema no cambió su estructura de un partido político el proceso no tiene valor. Yo digo que el cubano no es un sistema de partidos electorales y que el partido político que existe en Cuba no existe para competir por el poder, sino para apoyar el ejercicio del poder, para unir al país desde adentro, si no se entiende esa particularidad se puede caer en esas descalificaciones. Pero para mi esa es la base que nos ha permitido sobrevivir como nación libre, soberana en nuestro vecindario y nos ha permitido desarrollarnos a pesar de todo.
-¿Se avanzó con las reformas económicas y de qué manera impactaron?
-Se dice que el sistema económico cubano es un desastre. Si esto fuera así no habría sobrevivido a un bloqueo de 60 años. Si fuera de verdad un desastre no hubieran intentado matarlo como lo han intentado porque el desastre se desploma solo. Nosotros introdujimos en la Constitución un grupo de extraordinario de transformaciones. Algunas se venían dando, otras estaban detenidas hasta que no se cambiara el marco constitucional. Y otras reconocen realidades que existían en el país y que por alguna razón los constituyentes del año 76 las obviaron. Por ejemplo, en cuanto al régimen de propiedad, la Constitución del año 76 no designa como una forma de propiedad privada a la que estaba en manos de los campesinos, porque a la propiedad de la tierra no se las dio el capitalismo ni la dictadura de Batista. Por el contrario, la primera bronca de EEUU es por la ley de reforma agraria que adopta la Revolución en mayo de 1959 que inhibe el latifundio y que le quita a la United Fruit los grandes territorios de Cuba. ¿Que hizo el gobierno? Los distribuyó entre los campesinos. Buena parte de la base de producción de la alimentación en Cuba no la hacen empresas públicas sino esos productores privados, las cooperativas que constituyeron. Es verdad que la gran producción de caña de azúcar se hacía en tierras del estado, pero en este momento ya no lo es, porque estos productores individuales y cooperativas han crecido en los últimos años. La producción tabacalera, que es uno de los sectores principales de la agricultura cubana y que mas ingresos le genera al país, el 95 por ciento están en manos de propietarios privados.
-El turismo tiene un desarrollo dual. Primero se avanzó en las megainversiones, los grandes hoteles, los resorts, los enclaves, la infraestructura. A eso no lo podían hacer los privados, tenía que acometerlas el Estado. En la actualidad se ha impulsado desde el Estado la creación de medianas, pequeñas y microempresas privadas, cooperativas incluso, en función del desarrollo del turismo y de toda una serie de negocios que funcionan alrededor de la actividad. La libre contratación de los hoteles públicos con los productores privados para construir cadenas de desarrollo. Esto último, que era parte del discurso con el que se atacaba a Cuba hace unos años, fue volado en pedazos por las recientes acciones de endurecimiento del bloqueo porque las 187 acciones de guerra contra Cuba que se han diseñado en el último año, a razón de más de tres por semana, han golpeado sobre todo a ese sector emergente, a las pequeñas empresas, al que estaba proveyendo a los restaurantes, a los pequeños hoteles en zonas rurales, al turismo cultural de grupos pequeños. De nuevo se ha regresado a las peores prácticas de la guerra fría prohibiéndole a los ciudadanos visitar Cuba.
La relación con Estados Unidos
-Obama empezó la política del deshielo e incluso visitó su país. ¿Creen que se puede recuperar? ¿El obstáculo es Trump?
-Se puede recuperar y lo hemos planteado. Cuba está lista para convivir con EEUU más allá de las inmensas diferencias que siempre van a existir entre ambos países. El hecho de ser diferentes no tiene que convertirnos en enemigos. Estados Unidos ha convivido en la comunidad internacional con decenas de países con regímenes políticos diferentes. ¿Por qué su némesis tiene que ser Cuba? ¿Por que pueden ocurrir cosas en cualquier parte del mundo y no ser relevantes, mientras que de pronto aparece en Cuba una persona maltratando a un animal y lo convierten en un fenómeno global, como expresión de que en Cuba no solo se violan los derechos humanos sino también los derechos de los animales? ¿Que es lo que pretenden? EEUU tiene que aprender que esa isla, esos millones de personas que viven al sur de su territorio tienen idénticos derechos a vivir libres e independientes, a ejercer la soberanía sobre su territorio y a decidir soberanamente el sistema político, económico, social y cultural que desean darse. Y el hecho que se den un sistema diferente no quiere decir que no estén ejerciendo sus derechos. Nadie puede culpar a otro de no ejercer sus derechos porque tome decisiones diferentes. De hecho, algunas de las transformaciones en América Latina han sido consecuencias de golpes de estado, otras de la judicialización de la política, pero algunas han sido lamentablemente consecuencia de las decisiones de los pueblos de las que después se han arrepentido. Y nosotros no vamos a condenar a esos pueblos ni a esos estados por el hecho de que hayan tomado una decisión soberana, colectiva y mayoritaria porque no nos compete.