Las lluvias solo han sido esporádicas y no afectaron mayormente el ritmo de tarea que impone la necesidad de volver a tener en óptimo estado la red caminera de piso natural que, en muchos casos, habían sido invadidas por el monte hasta llegar a convertir el camino en una simple picada.
Hoy, el panorama ha cambiado y el paisaje es otro, dado que los recursos y el clima han contribuido para ejecutar los trabajos de desmonte y destronque a la vera del camino; ello permitió que la máquina “arañe” ganando terreno un poco más allá de banquina posibilitando la rectificación de los canales de desagües, al tiempo que la tierra recuperada elevó el nivel de circulación como se observa en las rutas 83-S y RP 40, de Fortín Olmos al oeste.
Para que el trabajo rinda al máximo es muy importante la decisión de la dirección de la Zona VIII de Vialidad Provincial, de abastecer diariamente del combustible en el mismo lugar de trabajo, lo que evita la pérdida de tiempo y eso lo reconocen los propios vecinos que la transitan a diario y han destacado la evolución positiva de la tarea de los viales.