Jueves 10.10.2019
/Última actualización 10:31
Los casos de suicidio en la adolescencia se triplicaron en los últimos 30 años. La cifra ascendió a 12,7 cada 100.000 adolescentes entre los 15 y los 19 años, y hoy constituye la segunda causa de muerte en la franja de 10 a 19 años, según el estudio “Suicidio en la adolescencia. Situación en la Argentina”, presentado por Unicef Argentina a fines de mayo de este año.
Para la realización de este estudio se llevaron a cabo 10 entrevistas a expertos en la temática, 6 a funcionarios que participan en el registro y generación de datos estadísticos sobre mortalidad, 38 a allegados de 27 casos de suicidio (autopsia psicológica), y 28 a adolescentes con tentativas de suicidio.
Del relevamiento realizado por el organismo internacional surgieron las siguientes conclusiones:
- Causas: La muerte autoprovocada nunca es el resultado de un solo factor o hecho. No obstante, pueden identificarse algunas causas que, combinadas con otros factores, podrían llevar a una conducta suicida. Entre otras, la ausencia de personas significativas o instituciones que puedan contener, sostener, proteger y acompañar a los chicos y las chicas en su desarrollo psicosocial. Las dificultades para cumplir con los estándares sociales aceptados al momento de atravesar la transición de la juventud a la adultez, el padecimiento mental no atendido y el abuso sexual son otros factores que podrían precipitar la decisión de quitarse la vida.
- Género: A pesar de que los datos sobre tentativas de muerte por voluntad propia muestren que las mujeres tienen más intentos que los hombres, existe una mayor cantidad de decesos entre los varones. Los comportamientos culturales atribuidos al género masculino tales como menor tendencia a comunicar sus problemas y a reconocer que necesitan ayuda o que tienen dificultades, los lleva a concretar las acciones de manera más frecuente que las mujeres. Además, tienden a usar métodos más letales.
- Prevalencia: Las tasas de mortalidad autoprovocada entre 2015 y 2017 en las provincias de Salta, Catamarca, Jujuy, son 10 veces más alta que las tasas en el resto del país.
- Vulnerabilidad social: Los datos disponibles en los certificados de defunción sólo permiten analizar el nivel de educación de los y las adolescentes. En esos datos se observan mayores tasas de suicidio entre los chicos y chicas con menores niveles de educación. “Este dato indica un vínculo entre eventos relativos al suicidio y grados de vulneración social”, afirmó Fernando Zingman, especialista en Salud de Unicef. Frente a este dato, se recomienda redoblar los esfuerzos para incrementar la retención escolar, especialmente en el nivel medio de la enseñanza.
- Registro: El procedimiento de registro de las muertes por suicidio aún es deficiente. Requiere de mayor articulación y acuerdo en los criterios de codificación. Es necesario conectar los certificados de defunción con las historias clínicas, para mejorar los datos sobre causa de muerte, y crear un registro electrónico unificado con distribución de la información para los diferentes organismos, respetando los criterios éticos de confidencialidad, anonimato y fuertes normas de resguardo de la información.
Al informe estadístico y las recomendaciones para abordar los casos, Unicef sumó una Guía sobre suicidio destinada a periodistas, que aporta una síntesis conceptual del tema, legislación argentina e internacional, recursos para el trabajo periodístico, sugerencias y un glosario. En definitiva, “herramientas” periodísticas concretas para contextualizar los casos de suicidio tales como: problemáticas de salud mental, no informar un suicidio como el resultado de un solo factor o hecho, y dar cuenta de que cada suicidio que se cubre periodísticamente podría haberse prevenido con llamadas a líneas telefónicas de ayuda y acceso al tratamiento oportuno.
El informe completo puede consultarse en la página web: unicef.org/argentina.