Jueves 4.3.2021
/Última actualización 16:45
Un estudio realizado por investigadores del Conicet y el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires determinó que el 100% de las personas voluntarias desarrolló anticuerpos específicos contra el nuevo coronavirus tras recibir el esquema completo de dos dosis de la vacuna Sputnik V, al tiempo que sugirió que quienes tuvieron previamente la enfermedad podrían recibir una sola dosis.
"Los resultados del estudio muestran que las personas previamente expuestas al virus, que mostraron tener anticuerpos antes del inicio de la vacunación, generan una respuesta inmune humoral rápida al recibir una dosis de la vacuna Sputnik V, produciendo niveles de anticuerpos similares e incluso superiores a los producidos por personas no infectadas que recibieron dos dosis de la vacuna", afirmó la jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Andrea Gamarnik.
Gamarnik es investigadora superior del Conicet y miembro del equipo que realizó el estudio.
Por su parte, el investigador superior del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (Inbirs) -que depende del Conicet y la UBA- y miembro del equipo que realizó el estudio, Jorge Geffner, indicó que "estos resultados sugieren que la infección previa genera memoria inmunológica que se evidencia con la primera dosis de Sputnik V produciendo niveles aumentados de anticuerpos en comparación con individuos no infectados previamente".
El hallazgo avalaría revisar el esquema de vacunación para aquellas personas con antecedentes confirmados de infección por el coronavirus SARS-CoV-2, lo que permitiría optimizar recursos sin comprometer la eficacia de la inmunización.
En la primera etapa del estudio se analizó la respuesta inmune de 142 trabajadores de la salud que se ofrecieron como voluntarios (de 18-59 años) de siete centros públicos de la provincia de Buenos Aires, de los cuales 22 habían estado previamente infectados con el nuevo coronavirus.
La investigación contó con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y fue coordinado por el Ministerio de Salud bonaerense; con la participación de la FIL, el Inbirs y el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), que depende del Conicet.