En la casa más vigilada del país, los días no se miden con relojes, sino con sobresaltos.
El anuncio lo hizo el conductor Santiago Del Moro: “Hasta nuevo aviso, no habrá sanciones por hablar de los gritos en el exterior”. Mientras, los jugadores de Gran Hermano esperan ansiosos al animalito, del que no conocen ningún detalle.
En la casa más vigilada del país, los días no se miden con relojes, sino con sobresaltos.
En la emisión de la noche de este jueves, Santiago del Moro, conductor de Gran Hermano, irrumpió nuevamente en la rutina de los jugadores con dos anuncios que sacudieron no solo a los participantes, sino también a la audiencia fiel de Telefe.
Porque en un juego donde cada suspiro puede ser sancionado, cada palabra escuchada desde el exterior es dinamita, y cada decisión del conductor reconfigura el tablero, cualquier movimiento en falso puede dejar fuera de competencia hasta al más avezado de los participantes.
En un giro inesperado en la dinámica, la producción reintrodujo a una figura polémica que había quedado afuera en la edición anterior del reality.
La médica pediatra Catalina Gorostidi volvió a ingresar a la casa más famosa del país mediante un Golden Ticket, en reemplazo de Juliana Furia Scaglione, que abandonó el programa por decisión propia.
Sin embargo, esa no sería la única novedad, ya que luego un nuevo anuncio paralizó a los espectadores.
“La semana próxima entra la mascota de la casa”, disparó Del Moro al abrir un nuevo sobre dorado, con una media sonrisa que no tardó en sembrar teorías en el panel. Marina Calabró fue la primera en lanzarse: “¿Es perrito?”. Pero el conductor prefirió dejar en el aire una promesa críptica: “Van a ver lo que es esa hermosura y su historia”.
El recuerdo no tardó en activarse en los seguidores del reality: dos cachorros, llevados luego por Romina Uhrig y Marcos Ginocchio, ya habían desatado ternura y estrategia en partes iguales. Y el perrito Arturo, aquel compañero silencioso del Chino Martín Kun, aún habita la memoria emocional del público.
Las mascotas, en esta casa, no son solo compañía: son detonantes afectivos, espejos del juego, símbolos de humanidad y, por momentos, detonador de conflictos.
El anuncio del ingreso del animal no fue el único cambio de peso que se informó durante la gala. “Hasta nuevo aviso, no habrá sanciones por hablar de los gritos en el exterior”, soltó el conductor.
La frase se deslizó con la misma contundencia que una ficha lanzada al centro de un tablero de ajedrez. Costa intervino de inmediato: “Las sanciones de esta semana tuvieron que ver con esto”.
Cuatro nombres cayeron en placa como consecuencia: Chiara Mancuso, Luz Tito, Sandra Priore y Bautista “Bati” Larrivey. Todos habían cometido el mismo pecado: comentar los gritos del afuera.
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