La mañana del viernes 19 de agosto se había presentado agradable y con el sol a pleno.
Detalles del criminal ataque perpetrado por Martín Kunz contra sus ex compañeros de estudio. El chofer de la Trafic fue asesinado a puñaladas.
La mañana del viernes 19 de agosto se había presentado agradable y con el sol a pleno.
Como todas las semanas el grupo de cadetes del Liceo Militar Gral. Belgrano ya había preparado sus "bagayos" y se disponía para emprender el viaje de regreso a la ciudad de San Javier para el reencuentro con sus familiares.
El trámite era rutinario y sencillo. Tenía también algo de festivo el recorrer los 156 kilómetros, mientras se intercambiaban anécdotas y experiencias vividas durante la semana en el claustro estudiantil. Nada permitía suponer el desastre que se aproximaba.
Cerca del mediodía arribó al liceo la trafic de la empresa "Tío Mario" al mando de Rubén "Bigote" Walesberg (71), el hombre que siempre estuvo a cargo de ese viaje, y cargó a 12 chicos pupilos de la institución. Dos de ellos se quedaron en Santa Fe, y los diez restantes siguieron viaje.
El vehículo inició su recorrido y a los pocos minutos todos decidieron cumplir con lo que ya era una parte del ritual "obligatorio" del viaje: parar en la panadería La Perla de Colastiné, para comprar provisiones y seguir.
Lo que nadie sabía es que en las inmediaciones del negocio aguardaba Martín Tomás Kunz (19), un ex cadete del liceo que había sido expulsado de la institución el año pasado.
Kunz sabía de esta parada estratégica. Tenía en su poder un cuaderno donde decía "La Perla 13,10", lo que permitió asegurar que su acción fue algo "planificado", según sostuvo la fiscal que intervino en el caso Ana Laura Gioria.
Algunos chicos compraron productos en la panadería y volvieron a subirse a la trafic. Lo que no advirtieron es que detrás de ellos también ingresó Kunz al vehículo.
"Se subió por el pasillo del medio de la camioneta y empezó a revolear puñaladas para todos lados", describió la tía de uno de los chicos.
¡"Qué haces!" fue lo último que alcanzó a gritar "Bigote" Walesberg, el chofer de la trafic. Acto seguido Kunz dirigió sus acciones contra el hombre a quien apuñaló en el cuello y el rostro reiteradas veces hasta quitarle la vida.
Los chicos vieron atónitos cómo Kunz empujaba al hombre, fuera del vehículo. Se amontonaron en el sector de atrás de la trafic, cerca de los bolsos, ya que la puerta estaba bloqueada. El agresor se abalanzó sobre ellos. Dos jóvenes recibieron puntazos y echaron a correr, junto a un tercero, que logró salir del vehículo y buscar refugio.
Los otros siete cadetes continuaron a merced del atacante, que les preguntó quién sabía manejar. Uno de los chicos se ofreció, pero antes de llegar al asiento se desvaneció debido a las heridas, ocasión en la que volvió a ser apuñalado.
El segundo cadete en ofrecerse manejó durante más de 5 kilómetros, mientras perdía sangre por las heridas de sus manos y su cabeza. Mientras tanto, detrás de él sus compañeros lloraban y el encapuchado continuaba agrediéndolos y amenazando con matarlos a todos. Le dijo al conductor que los llevara hasta la estación de servicio ubicada en Cayastacito, y allí se dirigieron.
La policía ya había sido advertida por quienes presenciaron el homicidio de Walesberg, y a la altura del Km. 6,5 dos móviles frenaron la trafic interponiéndose en su camino. Kunz arrojó el arma blanca y se entregó.
El paso de Martín Kunz por el Liceo Militar fue problemático. A punto tal que en octubre del año pasado había sido expulsado de la institución.
Así lo confirmó Álvaro Cornejo Diez, teniente del Liceo. "Tenía problemas académicos y de indisciplina y por esa razón, en su momento, cuando era cadete, tenía el acompañamiento del Centro de Orientación Educativa (COE) de la institución, que estaba en contacto no solamente con él sino también con su familia".
Desde el Liceo le habían dado la posibilidad de finalizar sus estudios secundarios a distancia. Debía hacerlo por la misma plataforma que los alumnos utilizaron durante la pandemia de COVID-19. Aunque Kunz no cumplió con sus obligaciones, y rápidamente quedó libre.
El teniente indicó que el joven, durante sus años de estudio, no había sido violento: "Contestaba mal, no entregaba trabajos y tenía otras conductas propias de adolescente".
Ya en los tribunales santafesinos el MPA le atribuyó a Kunz la autoría de los delitos de homicidio criminis causa; cuatro tentativas de homicidio criminis causa y privación ilegal de la libertad personal.
"El imputado actuó de forma intencional y, de acuerdo a las evidencias recolectadas hasta el momento, no hay indicios de que padezca alteraciones mentales ni tampoco tiene antecedentes de este tipo", sostuvo la Fiscalía.
El MPA relató que, para concretar el ataque, el joven investigado aguardó la llegada del vehículo que conducía Walesberg y en el que se trasladaban nueve menores de edad, todos ellos alumnos del Liceo Militar General Belgrano. "El imputado sabía que habitualmente paraban en ese local comercial a comprar comida", sostuvo la Fiscalía.
"Una vez que las 10 personas habían subido al vehículo, el imputado ascendió por la puerta del acompañante y atacó intempestivamente al conductor, a quien le provocó múltiples heridas punzocortantes en el cuello y en la cara, a raíz de las cuales murió en el lugar", relató la Fiscalía.
"Luego intentó matar a otros cuatro ocupantes, a quienes también les provocó múltiples heridas en el cuello, en la cara y en los brazos", agregó.
"Finalmente, luego de que Walesberg cayó desvanecido en el piso y de que dos de los pasajeros pudieron bajar, el imputado privó de la libertad a los otros siete ocupantes del vehículo. Además, de forma violenta y bajo amenazas, obligó a uno de ellos a manejar durante aproximadamente cinco kilómetros hasta que fue interceptado por móviles policiales", concluyó la Fiscalía.
Criminis causa
Según se explicó la agravante "criminis causa" con la que fueron atribuidos el homicidio y las tentativas de homicidio se debe a que, en el primer caso, el imputado ejecutó la muerte para consumar los delitos posteriormente cometidos. Por su parte, las tentativas de homicidio fueron llevadas a cabo por el joven investigado para consumar la privación ilegal de la libertad de todos los ocupantes del vehículo y para lograr su impunidad.
Intento de fuga
El 19 de septiembre Martín Kunz volvió a ser noticia al protagonizar un increíble intento de fuga desde la cárcel de Las Flores.
En dicha jornada aprovechó la visita de su hermano, menor edad, con quien se intercambió la ropa. Minutos después el preso intentó salir del penal haciéndose pasar por su hermano (que había quedado dentro del pabellón). Por fortuna los guardias advirtieron la maniobra y frustraron el escape.
Lo que se trata de precisar ahora es si la fuga había sido planificada hace tiempo; si fue un acuerdo del momento o si Kunz aprovechó la visita para presionar a su hermano menor.
Debido a lo ocurrido Kunz fue trasladado a la unidad penitenciaria N° 1 de la ciudad de Coronda.
Hasta el momento los días de Martín Kunz en prisión transcurren sin mayores sobresaltos.
Tras el frustrado intento de fuga ocurrido en la cárcel de Las Flores, se lo trasladó al penal del Coronda donde quedó alojado en un pabellón donde las normas de convivencia se basan en los preceptos de la religión evangélica.
"Es un interno que pasa desapercibido dentro del pabellón, no tiene conductas refractarias ni problemas de convivencia. No desempeña tareas laborales de ningún tipo", afirmaron fuentes del penal.
En una de las entrevistas con la psicóloga manifestó que tiene intenciones de estudiar. También demostró interés en la lectura de algunos libros.
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