Tras varias idas y vueltas en la investigación, el fiscal de Rosario Matías Edery ordenó a la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) detener a jefe y subjefe de la Delegación de la Policía Federal Argentina, Mariano Valdés y Alberto Bellagio, respectivamente, acusados de incumplimiento de funcionarios públicos.
“Se detectaron inconsistencias e incumplimiento de deberes de funcionario público que fueron apareciendo en el transcurso de la investigación y cuya identificación se va a determinar en el día de la audiencia”, explicó en una conferencia de prensa Edery.
La causa dio un giro durante las últimas horas, después de que el fiscal -quien comenzó a supervisar el caso desde hace tres días- recolectara declaraciones clave para la investigación, que indican que se habría producido un enfrentamiento a tiros entre Valdés y un grupo de personas, a quien conocía, en medio de la ruta. Se sospecha que esas personas podrían ser miembros de la misma fuerza. Por eso el fiscal no descartó que haya más detenciones.
Luego del tiroteo desaparecieron elementos de la escena del hecho (el auto), y en este punto se sospecha que fue clave el papel de Bellagio, quien acudió esa misma noche a la estación de servicio YPF Las Mellizas, donde había ido a pedir ayuda Valdés. Lo que se habría detectado que desapareció fue un bolso que el comisario llevaba en el Ford Focus.
Tras este cambio brusco en la investigación dejó de tener fuerza como hipótesis la posibilidad de que las heridas que recibió Valdés fueron producto de una discusión con la acompañante, la suboficial Roxana González, quien recibió amenazas y amedrentamientos de sus propios colegas de la Policía Federal durante los últimos días, antes de volver a declarar en la causa.
Lo que se cuestiona de la investigación que comandaba en un principio la fiscal Natalia Benvenuto es la falta de pericias clave para determinar los puntos clave de una investigación que transitó por varias hipótesis desde el 9 de setiembre pasado, cuando la propia ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, dijo que se había tratado de un “ataque mafioso” y siete días después trató a Valdés de “mentiroso”. Los vaivenes discursivos también tuvieron un derrotero similar en el periodo inicial de la investigación y en los propios medios de prensa. El desarrollo de esta causa muestra además el nivel de precariedad para trazar una investigación cuando las hipótesis son difusas.
Edery explicó que por ahora pudieron determinar la participación de Valdés y de Bellagio para adulterar las pruebas. “Durante los hechos que se fueron dando desde la agresión con arma de fuego hasta las horas posteriores se detectaron algunos elementos y evidencias que faltan en la escena del hecho. Esto habría ocurrido con la participación de diferentes miembros de la fuerza, pero hasta el momento hemos determinado la participación de los dos detenidos”.
“Las pericias nos permiten ubicar la escena del hecho atrás del auto, no al costado, por lo cual el comisario se habría bajado del vehículo para mantener una charla con personas que conocía con anterioridad. Primero mantuvo un diálogo, luego una discusión y con posterioridad se produjo un enfrentamiento”, afirmó el funcionario.
Edery aclaró que en una primera instancia “el enfrentamiento se dio afuera del auto, pero con posterioridad siguió con el comisario dentro repeliendo la agresión”.
Antes de ser detenido, Valdés fue apartado de su cargo este jueves por el jefe de la Policía Federal Argentina Néstor Roncaglia, quien fue el que lo designó en la Delegación de Santa Fe el 9 de ayo pasado cuando fueron removidos seis oficiales involucrados en tráfico de estupefacientes .
La decisión alcanzó también a la suboficial Roxana González, quien iba como acompañante del Ford Focus. En lugar de Valdés fue designada Roxana Raquel Romero como jefa de la delegación de la ciudad de Santa Fe.