Lunes 28.11.2022
/Última actualización 19:46
Una gravísima denuncia de violencia de género registrada en la capital santafesina culminó con el ordenamiento de la prisión preventiva para un hombre de 26 años, que desde hace un año tendría aterrorizada a la mujer que hasta la semana pasada era su pareja.
Golpes, insultos, amenazas verbales y con armas de fuego, sometimiento económico, actos denigratorios en un contexto de intimidad y el temor a ser asesinada, fueron parte del combo que una mujer de barrio San Martín relató ante el Ministerio Público de la Acusación (MPA), luego de que la tarde del lunes 21 de noviembre decidiera huir de su casa y llamar al 911.
Según la hipótesis fiscal, ese día -en horas de la siesta- Juan Miguel Figuerero (26) golpeó a la mujer con sus puños, en la cara y en zona lumbar (parte baja de la espalda) y la sujetó con sus manos por el cuello, en lo que podría ser entendido como un intento de ahorcamiento. Luego, la amenazó de muerte con una escopeta recortada calibre 16, que esa misma tarde la Policía Comunitaria le secuestró en la casa.
En Tribunales
El miércoles 23 de noviembre Figuerero fue imputado por los fiscales Arturo Haidar y Sebastián Szeifert, de la Oficina de Flagrancia e Investigación del MPA, en una audiencia que estuvo dirigida por el juez Nicolás Falkenberg. Los responsables de la acusación le atribuyeron la autoría de los delitos de "lesiones leves dolosas doblemente agravadas por mediar relación de pareja y violencia de género"; "amenazas calificadas por uso de arma" y "tenencia de arma de fuego de guerra".
El tratamiento de las medidas cautelares se llevó a cabo el pasado viernes 25 de noviembre, en Sala Nº 2 del subsuelo de tribunales, donde Figuerero contó con el asesoramiento técnico de la Dra. Ileana Echaniz, del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (SPPDP). En dicha oportunidad fue el juez José Luis García Troiano el encargado de ordenar la prisión preventiva sin plazo para el detenido, atento al grave contexto de violencia de género en el cual se enmarca el caso.
Tal como quedó plasmado en la audiencia, los golpes propinados a su expareja la semana pasada tienen como correlato una historia de suma gravedad, que comenzó hace siete años, pero que se agravó en el último, según la propia víctima lo reveló a las autoridades.
Drogas y armas
Al parecer, los golpes siempre fueron una constante, pero la situación empeoró de un año a esta parte producto de su adicción a las drogas y de la presencia de armas en la casa -narró la víctima-. Tal era el estado de enajenación por el consumo de estupefacientes, que la mujer vivía obligada a entregarle el poco dinero que tenía y que destinaba a la manutención de sus tres hijas de 3, 6 y 10 años. Tanto que terminó llevando a las niñas al comedor comunitario para alimentarlas.
Pero además de estos rasgos de violencia, la mujer refirió a otro calvario que debió atravesar el último tiempo, cuando totalmente drogado llegaba a la casa y pretendía tener relaciones sexuales. Ante la negativa, Figuerero respondía con golpes que culminaban con vejámenes tales como apagarle colillas de cigarrillos en el abdomen, según constató el médico que la revisó luego de la entrevista.
La práctica, con carácter de tortura, se suma a otras agresiones, como la dolencia que afecta parte de la movilidad de la víctima, que asegura que tres meses atrás recibió un golpe con el caño de un arma en los tobillos y que a raíz de ello sufre el entumecimiento de sus piernas hasta la cadera.
La mujer pide que no vuelva a la casa, porque teme la peor venganza. "Él siempre me decía: 'si vos me llegás a denunciar, yo te mato'".