"Esa mujer no valoró lo que mi hijo hizo por ella"
“Lo que más deseo es que ella no salga nunca más para que él descanse en paz”, pidió María Cristina Genolet, cuyo hijo fue asesinado este verano, de un disparo en el pecho.
Corresponsalía San Javier EL trágico hecho se produjo en horas de la tarde del domingo 12 de enero, en la vereda de calle Pueblo Mocoví al 1500.
Su hijo dormía profundamente cuando María Cristina pasó por su habitación la mañana del domingo 12 de enero, lo vió con frío y lo tapó antes de irse a trabajar, sin que se le pasara por la cabeza que ese sería el último momento en que lo vería con vida. Federico Rodríguez falleció horas más tarde producto de un sólo disparo, que le perforó los pulmones y la aorta, y que salió del arma reglamentaria de su pareja, Tania Cion, a quien la Justicia le confirmó la prisión preventiva esta semana.
Desde su casa de calle Pueblo Mocoví al 1500 de la ciudad de San Javier, la agente de policía de 41 años llamó a su superior luego de disparar su pistola 9mm y se autoincriminó: “Le tiré un tiro a Fede, me parece que lo maté, no se mueve, vengan por favor”. Afuera, en la vereda, yacía el cuerpo del joven, que apenas tenía 20 años.
María Cristina Genolet, la madre de Federico, recuerda aquella tarde con dolor: “La policía en ningún momento nos avisó, siendo que mi marido fue policía, yo me enteré por la radio. Un hermano de Fede me llamó y me dijo que había tenido un accidente, pero no que estaba muerto”. Así que “fui directamente para allá pero no me dejaron pasar. Yo les grité que era la madre, y me dijeron que estaban llegando los de Asuntos Internos”.
“El único error”
Su relación no era ninguna novedad. Federico presentó a su “novia” antes de cumplir los 18 y cuidaba de los dos hijos que ella tenía de una relación anterior como si fueran propios. “Era tan chico y tan grande a la vez. Cuando yo lo veía venir con esas dos criaturas me sentía tan orgullosa. Él los adoraba, los quería tanto y se ve que ellos también lo querían, porque siempre pedían ir con Fede para todos lados”, dice María Cristina y agrega: “Fue un gran padre, aunque esos hijos no eran de él, y me duele porque esa mujer no valoró lo que mi hijo hizo por ella”.
Bronca e impotencia, esos son los sentimientos que la invaden cada vez que recuerda. “Federico era una buena persona”, que trabajaba para contribuir con su pareja y los dos niños, a quienes también “llevaba a la escuela, les hacía de comer y hasta limpiaba la casa” en donde vivían. “Cuando se iba a cortar leña los llevaba, porque ellos querían estar con él, y si no podía me los dejaba a mí”.
“Lo que más deseo es que ella no salga nunca más para que él descanse en paz, aunque a mi no me sirve de nada porque yo a mi hijo ya no lo voy a tener. No es justo que ella haya hecho eso y quede en la nada. Mi hijo era una persona buena, de buen corazón, y el único error que cometió fue enamorarse de esa mujer, que lo mató delante de sus hijos”.
El Litoral Federico era una buena persona , el único error que cometió fue enamorarse de esa mujer , recordó su madre.
“Federico era una buena persona”, “el único error que cometió fue enamorarse de esa mujer”, recordó su madre.Foto: El Litoral
“La pena máxima”
“Desde ese día nuestras vidas se vinieron abajo” comenta María Cristina, el domingo próximo se van a cumplir tres meses desde que Federico salió de su hogar y su familia no lo volvió a ver. “Durante una semana lo esperé todos los días, porque pensaba que en algún momento iba a llegar” pero no fue así. “Antes, veía las noticias y decía: ‘pobres mamás, pobres papás’; jamás pensé que le podía pasar eso a mi hijo”.
Desde esa fatídica tarde del domingo 12 de enero Cristina tiene que conformarse con “dormir en la cama de Fede con la remera que usó la última noche -que pasó en su casa-, buscar sus audios y escuchar su voz, mirar sus fotos y videos”. Sus cosas permanecen en su lugar, al igual que la ropa y la moto que usó aquella tarde está tapada, “está todo como si en algún momento él fuera a llegar”.
Antes de que se declarara la cuarentena por la pandemia del coronavirus “hablamos con el fiscal -Francisco Cecchini- que está trabajando bien. Yo confío en la justicia, en que esa mujer va a recibir lo que merece”. “Le pido a Dios y a Fede, porque ahora es nuestro ángel, que me den fuerzas, que la justicia llegue pronto y que le den la pena máxima, porque no merece otra cosa”.
Camino a juicio
El fiscal de San Javier, Francisco Cecchini, se encuentra al frente de la investigación que tiene imputada a la agente de policía de 41 años por el “homicidio doblemente calificado, por el uso de arma de fuego y por el vínculo” del joven, que tenía 20. Tania Carolina Cion permanece en prisión preventiva desde mediados de enero, por orden de la jueza Rosana Carrara.
Su defensor, Sebastián Oroño, apeló la cautelar oportunamente, pero la semana pasada el juez de la Cámara Penal, Sebastián Creus, confirmó la resolución de primera instancia. En su sentencia, el camarista indicó que la cautelar de máxima tiene sentido en la medida de que la acusación se realice prontamente.
Desde el Ministerio Público de la Acusación confirmaron que ya se han tomado las testimoniales de los familiares, tanto de la víctima como de la victimaria, pero aún resta la producción de dos pruebas: la reconstrucción digital del hecho y la pericia psicológica. La realización de esta última había sido fijada para una fecha que coincidió con la cuarentena.