San Javier: condenaron a una familia que mató a su vecino de una paliza
El joven, sus padres y su tío habían intentado desviar la investigación pero la víctima, Hipólito Romero (65), logró declarar antes de fallecer.
A raíz del delito cometido el 13 de octubre de 2021, se dictaminó una condena de 8 años de privación de libertad para cada individuo involucrado. Crédito: Luis Cetraro.
Cuatro sanjavierinos fueron condenados este viernes por el homicidio de su vecino, Hipólito Romero (65), a quien atacaron con una pala, palos y ladrillazos tras discutir por un terreno. Por el crimen, ocurrido el 13 de octubre de 2021, se les impuso la pena de 8 años de prisión a cada uno.
Así lo resolvió el juez Gustavo Urdiales, luego de que el fiscal de San Javier, Francisco Cecchini, y los abogados particulares Stella Maris Zanazzi y Orlando Sabbadini le presentaran los acuerdos de juicios abreviados a los que arribaron. Juan Marcelo West (47), su esposa Mónica Patricia Uviedo (44), su hijo Jon Brandon West (24), y un medio hermano de la mujer al que le dicen Sergio Raúl “Bebote” Ortíz (29) fueron condenados como coautores de “homicidio simple”.
Escena montada
El hecho ocurrió la tarde del 13 de octubre de 2021 en el barrio El Triángulo, más precisamente en un terreno baldío ubicado en calle Costanera Echagüe y Andía y Pasaje Público, al lado de la casa de la víctima. Cuando la policía arribó al lugar, encontró a Romero recostado contra una pared, visiblemente golpeado y sangrando.
Junto a él se encontraba Mónica Uviedo, una empleada municipal que dijo haber sido atacada por el hombre, y solicitó que la trasladaran a la comisaría para radicar la denuncia. Allí mencionó que el terreno en cuestión era de su propiedad y que había ido a arreglar un alambrado cuando el vecino intentó echarla, manifestando que esa parcela era de su propiedad. Describió cómo el hombre habría cortado los alambres del tejido, para luego pegarle en las manos, y finalmente atacarla con un machete.
La victima del crimen, Hipólito Romero.
Uviedo señaló que se defendió con una pala, esquivando así los machetazos, y que él la “atacó como si yo fuera un hombre”. Fue en ese contexto que ella le habría dado un par de palazos en el cuerpo y en la cabeza, hasta que el hombre se desmayó. La mujer hizo hincapié en que estaba sola, y en que su marido llegó corriendo pero ella le pidió que no se metiera para “cuidar su trabajo” en Vialidad Provincial.
Con el correr de las horas Romero, que había sido internado por la gravedad de sus heridas, dio su versión de lo ocurrido. Lo mismo hicieron los vecinos del barrio El Triángulo, y gracias a estas declaraciones los investigadores comenzaron a dilucidar que lo que en principio parecía un ataque violento a una mujer indefensa, no era más que una escena montada por cuatro personas para encubrir la brutal golpiza que le habían dado al hombre de 65 años.
Por un terreno
Desde una camilla del Hospital local, Romero nombró a sus cuatro atacantes y describió cómo lo golpearon, utilizando una pala, un poste y hasta ladrillos. Además de escucharlo de la boca de la propia víctima, los relatos de la gente del barrio fueron fundamentales para echar luz sobre el episodio. Especialmente la declaración de un adolescente de 15 años, que presenció todo e, incluso, advirtió sobre la situación a otros vecinos.
El conflicto sí comenzó con una discusión acerca del terreno, ya que ambas partes reclaman ser dueñas (aunque sería propiedad del Estado). También es cierto que la víctima portaba un machete, aunque no alcanzó a usarlo.
Cuando Romero vio que los hoy condenados “limpiaban” el terreno lindero a su casa, el cual él sostenía que le pertenecía, se acercó para echarlos. Discutieron, y el conflicto escaló rápidamente. Primero lo empujaron y comenzaron a propinarle golpes de puño y patadas. Uviedo le pegó con la pala en el brazo derecho, mientras su medio hermano “Bebote” le arrojaba ladrillos, uno de los cuales lo hirió en el pecho.
West padre golpeó al sexagenario entre las piernas y en la espalda con el mango de hierro de la pala, mientras su cuñado tomaba un poste de madera y lo azotaba también contra la espalda de la víctima. Luego fue West hijo quien tomó la pala y le pegó en la cara, provocando que cayera al suelo, donde entre los cuatro continuaron golpeándolo y asestándole patadas en el cuerpo.
Según los testigos, la mujer arengaba a los tres varones mientras consumaban la golpiza. Cuando se dieron cuenta de que había perdido el conocimiento “se asustaron porque pensaron que estaba muerto”, señaló oportunamente el fiscal. Entonces, montaron la escena para que pareciera que la víctima había sido el agresor.
Jon West limpió la pala en una canilla, y luego los hombres se fueron en el Chevrolet Prisma negro de la familia. Ella se quedó, le pidió a una hermana que llamara al 911 y modificó la historia para quedar como una mujer indefensa frente a un hombre con machete.
Los cuatro fueron imputados y quedaron en prisión preventiva. Ahora, con la firma de los abreviados y las condenas impuestas, pasaron a cumplir pena.
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