Este miércoles se realizó la primera audiencia a puertas abiertas del juicio seguido contra el profesor de educación física Juan Trigatti, acusado de haber abusado a cinco alumnas del jardín Ceferino Namuncurá de Santa Fe.
Este miércoles fiscalía y querella realizaron sus alegatos de clausura en el debate por abuso sexual infantil en el jardín Ceferino Namuncurá de Santa Fe. El jueves será el turno de la defensa.
Este miércoles se realizó la primera audiencia a puertas abiertas del juicio seguido contra el profesor de educación física Juan Trigatti, acusado de haber abusado a cinco alumnas del jardín Ceferino Namuncurá de Santa Fe.
Los fiscales Matías Broggi y Jorgelina Moser Ferro, y la querellante Carolina Walker Torres, consideraron que durante el debate se probó que Trigatti sometió a sus alumnas a través de tocamientos, y reiteraron el pedido de condena a 25 años de prisión. Los delitos acusados son “abuso sexual gravemente ultrajante” (cuatro hechos) y “abuso sexual simple”.
Debido a la extensión de la jornada, se acordó que este jueves sea el turno de los alegatos de los defensores particulares Macarena Olivera y Marcos Barceló, quienes desde su primera intervención en la causa sostienen la inocencia de su cliente.
Se espera que el tribunal, conformado por los jueces Pablo Busaniche -presidente-, Martín Torres y Cecilia Labanca dé a conocer su veredicto el miércoles de la próxima semana. De condenar a Trigatti, también deberán resolver el pedido de prisión preventiva formulado por los acusadores, ya que el docente transita actualmente el proceso en libertad.
La fiscalía realizó un racconto de cómo cada una de las niñas reveló a sus familiares los abusos, haciendo hincapié en que las primeras dos lo hicieron de forma simultánea.
Las primeras denuncias fueron radicadas por las madres de dos nenas que no se conocían, no compartían curso ni turno. De hecho, las mujeres se vieron por primera vez en una sala de espera del Hospital de Niños "Dr. Orlando Alassia".
Las otras tres denuncias fueron radicadas luego de que comenzara a circular la noticia entre los padres que llevaban a sus hijos al Jardín de Infantes Ceferino Namuncurá.
Desde la acusación marcaron que probablemente todos aquellos que enviaban a sus hijos a la institución les consultaron si les había pasado algo, y que contrario a la idea de "psicosis colectiva que intentó instalar la defensa", sólo tres niñas sostuvieron que el "profe Juan" las había tocado. Una de ellas lo hizo en forma espontánea, al ver una foto del docente. Las otras dos al ser consultadas.
La fiscalía enfatizó que "las niñas sostuvieron sus relatos" frente a los médicos que las atendieron, algunas también frente a los psicólogos con los que hablaron, y ratificaron todo en cámara Gesell.
Todas se refirieron a una serie de juegos, los cuales habrían sido también descriptos por Trigatti durante su declaración en el juicio. Broggi señaló que a través de estos juegos, el docente "disfrazó" los abusos cometidos mientras impartía clases al grupo de niños.
La fiscalía también se refirió a los docentes y directivos del jardín, quienes a su entender "encubrieron" a Trigatti y lo defendieron sin siquiera dar lugar a analizar los dichos de sus alumnas. La querella añadió que, al declarar en el juicio, "presentaron un guión idéntico".
Otro de los puntos desarrollados fue el no secuestro de los registros de las cámaras de seguridad del jardín. "Las cámaras no estaban en los salones, el SUM ni los baños, donde las niñas dijeron que ocurrieron los abusos", explicó Walker Torres.
Además, la fiscalía dijo que cuando un grupo de padres preocupados se acercó al jardín, apenas salieron a la luz las denuncias, fue la institución la que decidió cerrar durante varios días sus puertas, por lo que la policía no pudo acercarse a pedir las grabaciones.
También se solicitó un allanamiento por vía judicial, para recolectar evidencias, el cual fue negado por un juez. Cuando finalmente se logró acceder a los registros se supo que éstos sólo almacenaban lo captado en pocos días.
Los acusadores no obviaron el "impecable concepto profesional, social y religioso" que Trigatti tiene frente a sus pares, su círculo social y la comunidad educativa, sino que dijeron que el docente lo "aprovechó".
"Trigatti era un hombre generoso, buen compañero, los niños lo amaban, era sumamente religioso, buen esposo, buen padre, buen amigo, participaba en Cáritas, era catequista en barrios vulnerables, fue payamédico, nadie jamás iba a pensar que sería capaz de cometer nada indecoroso o abusivo con algún niño", expresó Walker Torres.
Para el bloque acusador, el docente aprovechó la confianza que generaba en su vida social y profesional "para acercarse a las niñas, abusarlas y procurar su impunidad".
La querella explicó que si bien no existe un perfil que permita identificar en la sociedad quien es capaz de cometer un abuso, "este perfil descripto se repite en casos provinciales como el del arzobispo Storni, el cura Monzón de Reconquista, el exdirector del Colegio Sagrado Corazón de Venado Tuerto, el docente de música Darío Céspedes del Jardín San Roque de Santa Fe", entre otros. A nivel nacional, mencionó al padre Grassi.
"Podemos advertir esta imagen pública de buena gente, buen profesional, buen católico, es algo muy común en los casos de abusadores sexuales infantiles, y es un elemento que es aprovechado por los mismos, tanto para escoger a sus víctimas, como para abusarlos y posteriormente procurar su impunidad amparándose en esa buena imagen", alegó Walker Torres.
Este jueves 25 de septiembre será el turno de los alegatos de la defensa, y el miércoles próximo se conocerá el veredicto del tribunal.
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