Otro que no la pasó nada bien es Luis Cifre (56), un vecino de la ciudad que tiene su casa-quinta en Colastiné, a la altura del km 4 y medio de la ruta provincial 1.
Otro que no la pasó nada bien es Luis Cifre (56), un vecino de la ciudad que tiene su casa-quinta en Colastiné, a la altura del km 4 y medio de la ruta provincial 1.
“El domingo, después de estar más de un mes cumpliendo con la cuarentena, me animé a salir para ir hasta la casa que tengo en Colastiné. Quería saber cómo estaba todo. Pero lo concreto es que cuando llegué me encontré con un verdadero desastre”, dijo a El Litoral.
“Apenas entro al garaje veo todo revuelto. Enseguida me doy cuenta que faltaba la máquina de cortar el pasto, carretillas, el grupo generador de corriente, herramientas varias, también la bomba centrífuga de la piscina, en fin.... todavía sigo encontrando que faltan cosas”, enumeró.
“Tengo un gran enojo. Porque uno para poder salir a la calle tiene que pedir un montón de permisos. Eso está correcto por la pandemia. Pero lo que no es correcto es que los delincuentes se muevan por la calle con total libertad. Yo no puedo salir y resulta que estos tipos desvalijan una casa y nadie ve ni hace nada”, señaló.
“Acá a un montón de vecinos ya los robaron. Y la situación para los ladrones es muy fácil. Ellos ven que una casa tiene los yuyos altos, está siempre cerrada, y ya saben que ahí no hay nadie. Además aflojan los focos de la calle para todo quede oscuro. Ya que nosotros no podemos salir, por favor que aumenten la vigilancia al menos”, reclamó.