Viernes 4.10.2019
/Última actualización 18:44
La Costanera Oeste de la ciudad es un escenario propicio para todo tipo de actividades. Durante el día, la gente suele ir a caminar y a correr. El espacio comprendido entre el inicio de la Costanera y el Faro parece el preferido por la gente; el Puente Colgante decora el paisaje y la Setúbal propicia un aire renovador. Ese sector es un punto de encuentro social, aunque las actividades que se realizan por la noche poco tienen que ver con las apacibles caminatas diurnas de los paseantes, ni con la presencia de ciclistas que concurren en busca de ejercicio y recreación.
Ruidos molestos de música al máximo volumen hasta altas horas de la madrugada, motores de motos aceleradas hasta “el corte” e incluso “picadas” de motos, son algunos de lo conflictos que exhiben en su queja los vecinos del barrio Siete Jefes. “Estamos hartos de tener que padecer a los autos que colocan música a un volumen insoportable en horas de la tarde, de la noche y de la madrugada”, afirma el primer párrafo de una solicitud firmada por los ciudadanos que habitan en esa área de la ciudad.
La situación está alterando la dinámica cotidiana de las familias, teniendo en cuenta que se interrumpe el descanso óptimo por las noches de ruidos en la Costanera. Los jueves a la medianoche empieza la “pesadilla” para los vecinos: aparecen autos con equipos de audio de gran potencia, que producen un ruido perturbador para quienes intentan dormir.
Los vecinos, además, advierten su “disconformidad” con la participación (o falta de ésta, dicen) del Municipio en este conflicto. Constantes y sistemáticos reclamos al gobierno local y a la Policía no suelen dar resultado o, en el mejor de los casos, tienen un efecto tardío, una vez entrada la noche y cuando ya no queda mucho para descansar.
Martín Pautasso vive en Siete Jefes y, en diálogo con El Litoral, expresó su enojo con la situación: “A partir del jueves ya se inician las situaciones y los ruidos, y siempre es la misma gente. Hay una persona que constantemente acelera la moto hasta el corte, a las tres y media de la mañana. Además es peligroso... Imaginate que a veces hacen willy (con las motos) en contramano. En cualquier momento puede ocurrir un accidente grave”, advierte.
La problemática de las motocicletas se suma a los ruidos molestos de los autos con equipos de audio, no solo con relación al sonido de los motores, que ya es bastante molesto. Los motociclistas utilizan la avenida de la Costanera como una pista de carreras. “Desde el jueves, ésta es zona de picadas de motos hasta altas horas de la noche. Algunos hasta hacen willy de a dos”, asegura Pautasso. Y todo esto viene desde hace mucho tiempo: este vecino se mudó hace tres años al barrio y desde entonces —asegura, ocurre toda esta situación indeseada. Nunca hubo solución.
Pautasso manifiesta su preocupación “por la inacción del Municipio y de la Policía” ante los reclamos reiterados: “Antes había controles de la Municipalidad, y esa tarea preventiva servía para ordenar un poco. La otra cosa que nosotros vemos es que Prefectura trabaja de lunes a viernes a las 8, parando a gente que está yendo a trabajar. Y yo no entiendo cómo no utilizan ese tiempo para venir a la madrugada y así detectar todas las irregularidades que no hay de mañana”, se queja.
Por último, Pautasso toma la voz de los otros ciudadanos de Siete Jefes y recalca: “No es que estemos en contra de que la Costanera sea un punto de encuentro. Pero tenemos que convivir entre la música y el descanso también”.