En las últimas semanas se dio a conocer una cifra histórica para Argentina sobre el consumo de carne vacuna: “per cápita promedió 46,8 kilos por persona en los primeros nueve meses de 2024, lo que representa una disminución del 12,3% respecto al mismo período de 2023, equivalente a una baja de 6,6 kilos por habitante", señaló el último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), que concluye que "este es el nivel de consumo más bajo registrado en los últimos 26 años".
Argentina, un país ganadero, productor y exportador de esta materia prima se encontró con varios puntos que justifican la baja en el consumo. “Santa Fe también refleja esta merma”, confirmó a El Litoral la Lic. en Nutrición Cecilia Carasatorre (MP 631) e indicó que hay varias justificaciones ante esta cuestión.
Cuidar el bolsillo
Los santafesinos que pasan por el consultorio de la Lic. Carasatorre confirman que uno de los motivos por el cual reducen este alimento en sus mesas “tiene que ver con el precio en los últimos años de la carne roja, es una decisión además de económica, social y familiar”, analizó la nutricionista según los testimonios de algunos pacientes.
Hay que destacar que la carne roja -fresca- aporta un buen valor proteico de hierro, vitamina B12 y de zinc, por esto “hay que utilizar algunas otras opciones de origen animal para suplementar pero principalmente aparecen las legumbres, como son lentejas y garbanzos. Son más económicas aunque quizás requieren un poco más de trabajo para su preparación ya que hay que dejarlas en remojo, enjuagarlas y hervirlas para poder mejorar la disponibilidad de los nutrientes que tienen las legumbres como es el hierro”, explicó Carastorre.
Asimismo es importante que en conjunto con las legumbres, “se vincule la vitamina C presente en naranja, frutillas, kiwi, pomelo, limón o tomate. Para así, poder readaptar y mantener los valores o el aporte de hierro a través de los alimentos”, dijo la nutricionista.
Legumbres, la principal opción para variar y suplementar las virtudes de la carne roja.
Ser más amigable con el medioambiente
Por otro lado, muchos eligen disminuir o eliminar el consumo de carne por un cuidado del medioambiente, de los animales y “optan por transformar su alimentación a un patrón basado en plantas y vegetariano”, contó la nutricionista.
Sin embargo, hay un dato que sorprende y es que en la actualidad “hay pacientes que llevaban una alimentación vegetariana basada en plantas y están decidiendo reincorporar la carne”, afirmó la Lic. Carasatorre y añadió que “lo hacen pero con una conciencia de moderación en cuanto a la frecuencia de su uso y también teniendo en cuenta la elección de carne fresca y no ultra procesadas en sus platos”.
Comer equilibrado y variado, la clave.
"Los profesionales recomendamos..."
Otra de las distinciones que hizo la especialista es que “hay una diferencia entre sexos en cuanto al consumo. En los hombres es mayor la ingesta de carne que en el sexo femenino”.
Y si bien la carne es una fuente de proteínas de alta calidad y proporciona muchas vitaminas y minerales, “desde la comunidad de profesionales de la salud recomendamos alternar el consumo de este alimento con otras opciones que también puedan cubrirnos de sus nutrientes”, decía Carasatorre.
En este sentido la especialista explicó que “el exceso de carne roja, el consumo diario en cantidades exageradas o también el consumo de carnes rojas procesadas puede generar un riesgo para la salud cardiovascular, ya que aportan ácidos grasos saturados. Estas moléculas contribuyen al aumento del colesterol LDL que pueden generar reacciones inflamatorias relacionadas con las enfermedades cardiovasculares”. Además, en el caso de las carnes procesadas, “tenemos un alto contenido de sal y este sodio genera una relación directa con la hipertensión”, agregó.
Sin embargo, la especialista aclaró que “no hay que usar un solo alimento como determinante de una enfermedad o como factor de riesgo” ya que es necesario “completar el día con un alto consumo de fibras, en donde estén presentes los vegetales, las frutas, las legumbres y no hablar solo de un alimento, sino de cómo vemos el plato completo”, concluyó.