Inseguridad: revive el debate de las mamparas "antirrobos" para taxis y remises de Santa Fe
Ingresó al Concejo una iniciativa para implementar "asientos antivándalicos". Es una separación resistente entre chofer y pasajero capaz de soportar el disparo de una 9 mm. Opiniones encontradas entre taxistas y remiseros. En 2017 el uso de este dispositivo fue aprobado por ordenanza, pero se vetó.
El registro gráfico es de septiembre de 2016, cuando se presentó en la explanada del Concejo un modelo de mamparas antivandálicas. Luego se sancionó por ordenanza su uso opcional en taxis y remises. Fue vetada y no prosperó. Crédito: Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvarore
Durante la madrugada del sábado 20 de mayo, dos remiseros fueron asaltados en el norte de la ciudad. Los choferes recibieron amenazas con armas de fuego por los falsos pasajeros. Según relata la crónica policial de este diario, a uno de los trabajadores del volante le apuntaron en su cabeza. Le robaron 4 mil pesos y dos celulares. Todo ocurrió cerca del Hospital Iturraspe.
En contexto, estos episodios ocurrieron pocas horas después de realizarse una marcha de taxistas y remiseros, que se movilizaron en esta capital para exigir más seguridad, hartos de la inseguridad -robos y ataques- que viene aconteciendo en las últimas semana, y a la que están expuestos durante sus horarios de trabajo, sobre todo por la noche.
En el Concejo Municipal santafesino, ingresó recientemente una petición particular (Expte. Nº 0062-01867330-1) donde se pone a consideración de los concejales analizar la implementación de "asientos antivandálicos" en taxis y remises de la ciudad.
"Debido al aumento de los hechos delictivos contra estos trabajadores del transporte público (choferes), vemos como una medida de urgente implementación la colocación de elementos de separación física entre el conductor de la unidad y el eventual pasajero que requiere ser transportado", dice la carta del particular que presentó la propuesta, y a la que accedió El Litoral.
En qué consiste
Los asientos "antirrobos" sólo separan físicamente al chofer del o los pasajeros, lo cual se logra mediante la instalación de la mampara. La mampara se conforma de una parte metálica de 1,8 milímetros de acero y una parte de policarbonato transparente de 10 milímetros.
"No tiene bordes que comprometan la integridad física de los pasajeros, ya que cuenta con bordes redondeados y cubiertos por una capa de goma espuma, forrados con eco cuero", explica la iniciativa. Tampoco obstaculiza los conductos de ventilación hacia los asientos traseros, y tiene un compartimiento para el intercambio de dinero entre el chofer y el usuario del servicio de transporte", asegura.
El turno nocturno es el más expuesto a robos y ataques hacia los empleados del transporte público. Pero también, durante el día se suceden episodios delictivos. Crédito: Manuel Fabatía
Con todo, se reduce en un gran porcentaje el riesgo de violencia hacia el chofer: "Está comprobado estadísticamente que el 80% de los asaltos contra trabajadores del volante se dan por ahorcamiento, con elementos punzantes y/o armas blancas. Sumado a esto, se evitan situaciones de violencia de género", agrega.
Las mamparas son resistentes a un disparo a menos de tres metros de distancia de un revólver calibre .357 (9mm), asevera la petición particular, "y permiten incluir otros elementos complementarios, como botones antipánico y cámaras de seguridad que registren en tiempo real lo que sucede dentro del vehículo", añade por último. En la ciudad de Rosario ya son más de 500 unidades de taxis las que cuentan con las mamparas antivandálicas.
Testimonios locales
El Litoral consultó a varios taxistas y remiseros de la ciudad a propósito de esta iniciativa. Darío lleva 30 años como taxista. Y "bate la posta" de la calle, desde su vasta experiencia: "El tema de estas mamparas es un tema muy delicado, porque no son una protección tanto para el chofer como para el pasajero. Al chofer, una mampara lo condiciona en sus movimientos dentro del auto; y si te atacan tampoco tenés forma de defenderte: la mampara no es una herramienta de defensa, sólo te aísla", opinó.
Párrafo aparte merece "lo que vale una mampara y lo que cuesta colocarla arruinando el vehículo. Es una inversión que cada vez la tiene que hacer el que menos (poder adquisitivo) tienen, es decir nosotros, los choferes. Además, el seguro no te reconoce si el pasajero se estrella la cara contra la mampara porque aquél no usa cinturón de seguridad. Pero si hay un accidente y se golpea la cara contra la mampara, éste es un accesorio que no está homologado por las compañías de seguros", dijo. Ahí, puede haber un problema administrativo -e incluso legal- contra el chofer.
Para Darío, la solución no son las mamparas, "y mucho menos llevar arma en el auto" -subraya-. "Lo que hay que hacer es implementar una operación de prevención policial del delito. Es decir, que los patrulleros salgan no solamente a controlar los taxis o remises que vienen con pasajeros, sino también que controlen en la calle a dos personas que andan en una moto sin patente. Y esto no sólo en las avenidas, sino en los lugares donde sabemos que se encuentran, que es dentro de los barrios".
No sirve que la policía pase patrullando con las balizas prendidas -asegura la persona consultada-, "porque lo único que se logra es ahuyentar al delincuente. No se toman soluciones de fondo. ¿Por qué no probar que la policía patrulle sin las balizas prendidas? Porque con las balizas el delincuente puede ver a un patrullero en una noche de neblina a 1.000 metros...", dijo el trabajador del transporte.
Miedo y más miedo
Federico, otro taxista, consideró no saber si funcionaría "tal como lo 'venden'" este sistema. "Y sería muy costoso, tengo entendido. Pan para hoy, hambre para mañana... Pero por otro lado, la cosa está 'áspera', sobre todo en el turno nocturno. Y hay que saber elegir los pasajes. Porque si te vas a una zona roja donde sabés que te pueden robar, y en ese caso tomar el viaje sería un riesgo", opinó en diálogo con El Litoral.
La última protesta de taxistas y remiseros en reclamo de más seguridad fue el pasado sábado 20 de mayo, en Bulevar Pellegrini y 25 de mayo. Crédito: Archivo El Litoral
En la vereda a favor se encontró un remisero que pidió mantener en reserva su nombre, "por miedo": "Todo lo que sea a favor de más seguridad, para mí es bienvenido. Mirá, el otro día me tocó llevar a dos personas que se subieron, bien vestidas, y ya en viaje me dijeron que tenían que ir a comprar droga. Me mostraron un 'chumbo' y me dijeron: 'Esperá calladito nomás'. Me tuvieron una hora, que para mí fue una eternidad. Yo no daba más de los nervios, porque temía por mi vida", da su crudo relato en primera persona.
"Ah, y otra cosa: los delincuentes son tan hábiles que si tenés un botón antipánico al la vista dentro del coche, lo detectan. El botón tiene que estar oculto del pasajero y cerca de la mano del chofer", agregó el remisero consultado por este diario.
Antecedentes
"Mamparas sí versus mamparas no" es un ya viejo debate que tiene siete años en el Concejo Municipal santafesino. En 2016, se presentó un proyecto con un dispositivo viable a aplicar en taxis y remises de la ciudad. Fue en la propia explanada del Legislativo local, en Salta 2943.
El 4 de junio de 2017, el Concejo sancionó, a voto dividido, una ordenanza donde autorizaba la incorporación de barreras de protección física y de seguridad, o mamparas antivandálicas. "Su colocación no será obligatoria, sino que dependerá del acuerdo formal entre los choferes y los titulares de cada licencia de este servicio de transporte público", narraba la crónica política de aquel entonces. Se estipulaba un período de prueba de dos años.
El oficialismo de aquel año (el ya perimido FPCyS, con radicales y socialistas aliados) votó en contra de la norma, por considerar que antes de tomar una decisión de este tipo sobre un transporte público "debía haber una instancia de estudio técnico con la homologación del sistema por entidades calificadas". Pero los votos del PJ y sus aliados se impusieron para la sanción.
Sin embargo, menos de un mes después, el entonces intendente José Corral observó parcialmente esa ordenanza. En los argumentos del veto, se aludía a que la norma aprobada iba en contra de los alcances de la Ley Nacional de Tránsito (N° 24.449), puesto que este tipo de autopartes (las mamparas de seguridad) no estaban estipuladas dentro de los vehículos que se fabrique en el país o se importen.
El veto parcial quedó firme, ya que no se reunieron los dos tercios de los votos necesarios en el Concejo para rechazarlo. En consecuencia, la ordenanza quedó sin efecto. Ahora, el debate por las mamparas antivandálicas se reaviva, y con un ingrediente: la campaña electoral.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.