Alejandro Venzatti
En enero de 2016 la formación ferroviaria hizo su primer viaje oficial, pero desde junio de 2019 fue quitada de las vías y resguardada en un galpón. En 2020 propusieron declararla bien "inútil", y este año el intendente Emilio Jatón anunció que irá a subasta pública. Van a contratar a un técnico para la cotización.
Alejandro Venzatti
Fue en marzo de 2022. El intendente Emilio Jatón, durante la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo, dio la novedad: este año será subastado el coche y las carrocerías del Tren Urbano de la ciudad, hoy "guardado" en un depósito que se utiliza como taller de mantenimiento del Belgrano Cargas. El mandatario local hizo el anuncio tras recibir "resultados desalentadores", luego de consultar por las posibilidades de volverlo a poner en funcionamiento.
Fuentes municipales adelantaron a El Litoral que "se está contratando un técnico para que haga el informe y la cotización"; no obstante, "aún no hay fecha clara" de la subasta pública, aseguraron.
Este año se escribirá el último capítulo de la novela del Tren Urbano de Santa Fe, que a seis años de su primer viaje no cumplió las expectativas que proyectaba ni parece haber salvado la gran cantidad de dinero invertido tanto par su puesta en marcha como para sus reparaciones y mantenimiento. Y los archivos de El Litoral cuentan cómo fue el derrotero de esta truncada experiencia ferrovial.
Un lunes 11 de enero de 2016, el Tren Urbano realizó su primer viaje oficial con pasajeros, luego de algunos recorridos experimentales previos. Tras más de cinco años de idas y vueltas entre Nación y Provincia para lograr su aprobación, licitación y puesta en marcha, el proyecto se hacía realidad. Sin embargo, su éxito no fue el esperado.
La formación unía Bv. Gálvez con Don Bosco, tenía 8 paradas, recorría 3,7 kilómetros y demoraba unos 15 minutos en llevarse a cabo. Cada vagón permitía llevar a 80 pasajeros.
En enero de 2016, el tren realizaba 20 viajes diarios gratuitos para que los usuarios se acostumbren a su funcionamiento, y para que también los conductores de otros medios de transporte aprendan a convivir con las nuevas señales de tránsito específicas del flamante tren. En los primeros 3 días de funcionamiento, 3.300 personas disfrutaron del servicio.
Sin embargo, un día después de su debut, el tren fue sometido a controles; allí se detectó la faltante de una pieza que no se conseguía en la ciudad. A pesar de que el municipio avisó que el tren recuperaría su servicio a la semana siguiente, la formación estuvo parada hasta el 7 de marzo.
Ese mismo lunes 7 de marzo, en su último retorno a la parada de El Molino, el tren chocó a un peatón que no se percató de que venía la formación. Por suerte el accidente no pasó a mayores: "Cuando cruzo Aristóbulo del Valle, paro a saludar a unos amigos y me meto en la vía, junto al murete que la separa de la ciclovía. Fue entonces que mis amigos me gritan: '¡Salí, Salí!'. Escucho el bocinazo y me quedo inmóvil", relató a este medio Manuel Massa, el vecino que sufrió el impacto.
El tren ya estaba a cinco metros de distancia: "Entonces alcancé a saltar al otro lado del murete y sentí el impacto en el tobillo y la cintura. Y desde ahí no me acuerdo más nada", narró el damnificado en ese entonces. La víctima fue asistida por los servicios de emergencias y esa mismo día recibió el alta y volvió del hospital a su casa.
Pese al accidente, el tren continuó con su andar hasta el 17 de marzo, día en el cual fue parado nuevamente y estuvo sin funcionamiento hasta mediados de julio. El 18 de julio, mismo día que volvió a circular con pasajeros, se rompió pero fue reparado en el momento y continuó con su recorrido. Al día siguiente de su vuelta, chocó con un auto mientras transportaba a 6 pasajeros. En el accidente no hubo heridos.
Ya a fines de 2016, en el Concejo Municipal, se solicitó una audiencia pública para discutir la conveniencia de seguir prestando el servicio que hasta ese momento había pasado más tiempo parado que en funcionamiento. Sin embargo, el tren continuó sin funcionar hasta abril de 2017, donde retomó sus viajes y recorridos con normalidad por un tiempo.
En junio de 2019 y luego de un tiempo fuera de servicio, la historia del Tren Urbano parecía llegar a su fin. Desde el municipio decidieron retirar las formaciones ubicadas en El Molino, dado que el tren Belgrano Cargas había aumentado su frecuencia en las vías de la ciudad. La formación está hoy en un galpón donde se reparan los vagones del Belgrano Cargas y desde ese entonces no se volvieron a ver.
A partir de que fueron retiradas las formaciones, desde el Legislativo local se solicitó información varias veces sobre su vuelta a funcionamiento y los gastos generados por el servicio. En diciembre de 2020, ingresó un proyecto al Concejo santafesino para que se declaren las carrocerías como bienes "inútiles e innecesarias".
Jorgelina Mudallel y Juan J. Saleme (del bloque PJ, que impulsaron esta iniciativa) requerían además que se proceda a una subasta pública de las carrocerías del Tren Urbano. Y que el total de los fondos dinerarios que el municipio (propietario de ese bien mueble) recaude en esa subasta, se destine en forma exclusiva a la compra de lotes de bicicletas para el fortalecimiento del Programa Subite a la Bici, 'en pos de la habilitación de nuevos puntos en los diferentes distritos municipales'", publicó este medio en esa época.
"Hicimos una auditoría y el resultado fue que, en su momento, se invirtieron 60 millones de pesos, entre la compra de los vagones y la readecuación ferrovial. Con esta subasta no vamos a recuperar ese dinero, pero vamos a darle una buena finalidad a los vagones del tren que hoy están guardados y perdiendo su valor", dijo Jatón en marzo último, delante de todos los concejales.