Domingo 22.9.2024
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El 22 de septiembre de 1866, en un rincón al sur del actual territorio de Paraguay, se produjo una de las batallas más cruentas de la Guerra del Paraguay, conocida también como la Guerra de la Triple Alianza. Este conflicto, que enfrentó al Paraguay de Francisco Solano López contra la Argentina de Bartolomé Mitre, el Uruguay de Venancio Flores y el Imperio del Brasil, tuvo repercusiones devastadoras para la región y quedó en la memoria histórica como un enfrentamiento que alteró las armónicas relaciones entre países hermanos. La batalla de Curupaytí fue un momento crítico dentro de un conflicto prolongado y sangriento.
Museo Nacional de Bellas ArtesLa Guerra del Paraguay había comenzado a fines de 1864 y, contrariamente a las expectativas del presidente argentino Bartolomé Mitre, que preveía una rápida resolución del conflicto, la guerra se extendió por más de cinco años. Durante esta guerra, también conocida como “de la Triple Alianza”, Paraguay sufrió grandes pérdidas territoriales y una devastadora reducción de su población. Con cientos de miles de muertos, es la guerra más mortífera en la historia de Sudamérica.
Museo Nacional de Bellas ArtesVirginia González, directora del Museo Histórico Sarmiento, proporciona un análisis crucial sobre las causas de este conflicto bélico. De acuerdo a su mirada, “Paraguay era el único territorio de la región que fundamentaba sus decisiones político-sociales en una estrecha relación de paternalismo y solidaridad comunitaria, en contraste con los modelos de las otras naciones involucradas”. Esta diferencia en los sistemas políticos y sociales ayudó a la intensidad del conflicto y sus devastadoras consecuencias.
Museo Nacional de Bellas ArtesLa Batalla de Curupaytí fue una de las más importantes de la Guerra del Paraguay. Resultó en una de las derrotas más contundentes para la Triple Alianza. Jose María “Pepe” Rosas, historiador y autor de “La Guerra del Paraguay”, detalla que el 14 de septiembre de 1866, Mitre ofreció un armisticio a Francisco Solano López, quien preparó una firme defensa en el Fuerte de Curupaytí con siete batallones y cuatro escuadrones. La batalla, en medio de un campo fangoso por las lluvias, resultó en unas 10.000 bajas entre argentinos y brasileños, mientras que las pérdidas paraguayas fueron mínimas.
Museo Nacional de Bellas ArtesCándido López, un cronista
Cándido López, pintor autodidacta y veterano de la guerra, plasmó la batalla de Curupaytí en una serie de óleos que son considerados un testimonio invaluable del conflicto. López, conocido como “el manco de Curupaytí” debido a la pérdida de su brazo derecho durante la batalla.
Museo Nacional de Bellas ArtesRoberto Amigo, crítico de arte, señala que “Cándido López representó la guerra del Paraguay (1865-1870), en la que combatió hasta su herida en Curupaytí, mediante una pintura analítico-descriptiva, derivada de la representación de batallas de la cartografía militar europea. Un modo de representación que había tenido su desarrollo en el Río de la Plata, alcanzando un punto sobresaliente en las pinturas de batallas conocidas como Victorias de Urquiza (Palacio San José, Entre Ríos) pintadas por Juan Manuel Blanes en 1857”.
Museo Nacional de Bellas ArtesLópez produjo una serie de pinturas sobre la batalla de Curupaytí que abarcan diversos aspectos del enfrentamiento. Desde la Marcha del Ejército Argentino hasta el Asalto de la 2ª Columna Brasileña, estas obras fueron elaboradas a lo largo de más de una década. La serie incluye representaciones detalladas de las tácticas militares y el efecto devastador de la batalla. La mezcla de detallismo y narración visual refleja su deseo de preservar la memoria del conflicto para la posteridad.
Museo Nacional de Bellas ArtesLa decisión de López de representar la batalla de manera tan precisa y directa, a pesar de las limitaciones técnicas y su propia condición, subraya la importancia de su trabajo como documento histórico: sus pinturas son el archivo visual de un evento crucial en la historia latinoamericana, que moldeó el destino de las naciones involucradas. Ayudan a comprender los eventos bélicos pero también el costo humano de un conflicto que redefinió la región.