Martes 1.10.2024
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Cuentan las crónicas históricas (de hecho, el dato está disponible en la página web de la Secretaría de Cultura de la Nación) que hubo un tiempo hacia los años ‘20 y ‘30 es que los cuadros de Emilio Pettoruti tenían que exhibirse protegidos por un vidrio. Esto era necesario por los escupitajos que recibían: para gran parte de la gente era un “artista degenerado” y ofendía “la dignidad de la patria”.
En Europa, un público más adelantado y habituado a las nuevas búsquedas artísticas, lo consideraba en cambio un visionario, alguien capaz de sintetizar las vanguardias. El paso del tiempo le dio la razón y el artista, cuyas cenizas fueron arrojadas por su propio deseo en el Río de la Plata en un gesto de reconciliación con aquellos que lo rechazaron al principio, está considerado entre los pintores argentinos más destacados la primera mitad del siglo XX, pionero del cubismo en el país.
Museo Nacional de Bellas ArtesA 132 años del nacimiento de Pettoruti, que llegó a este mundo en La Plata el primer día de octubre de 1892, cabe recordarlo a través de su obra más emblemática titulada “La canción del pueblo”. Fue gestada en 1927 y forma parte de su etapa más madura, cuando Pettoruti ya había regresado de Europa después de convivir con las corrientes artísticas de vanguardia, como el futurismo y el cubismo, que marcaron su obra. De hecho, existen puntos de contacto con el italiano Giorgio De Chirico y el español Juan Gris, a quienes trató. Para realizarla, retomó la serie de “músicos callejeros” que había arrancado hacia 1920 con “El flautista ciego”.
El título de la obra lleva a pensar en cierto vínculo con el sentir popular, aunque pueda parecer más abstracta que figurativa. En ella se puede leer una reflexión sobre la identidad colectiva y sobre el arte como herramienta para la transformación social. Sobre todo si se la introduce en el contexto en que fue presentada, justamente en medio de ese rechazo que generaba la obra Pettoruti. Esta obra, junto a otras, despertó el debate. En lo formal, se vale de formas geométricas para transmitir movimiento y dinamismo, elementos propios de su estilo cubista. Pero combina esto con referencias a la cultura y las raíces argentinas, en una postal que parece porteña.
Art Museum of the AmericasGuitarrista, bandoneonista y cantante
“La canción del pueblo” se destaca por el uso de la luz, el color y las formas. A diferencia del realismo predominante en la pintura argentina de la época, Pettoruti rompió con los esquemas tradicionales y derivó hacia lo abstracto. Su uso de formas geométricas fue revolucionario: contra la noción de que el arte debía replicar fielmente la realidad, mostró que el arte podía ser una reinterpretación subjetiva del mundo. El color es utilizado como herramienta estética y simbólica: los tonos dan idea de la tensión entre tradición y modernidad.
Para mensurar la importancia de la obra basta recordar algo que contó Eduardo Constantini, fundador y presidente del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba): “el primer cuadro que compré en subasta fue La canción del pueblo, de Emilio Pettoruti, en Saráchaga”.
MalbaFabiana Serviddio, en la página del mencionado Museo señala que “la obra construye la composición presentando en primer plano un trío conformado por guitarrista, bandoneonista y cantante en plena ejecución, con sus instrumentos y partituras, contra un fondo netamente urbano. El guitarrista reproduce fielmente la matriz de su obra de título homónimo, realizada en 1920. Si bien la articulación plástica de las figuras está planteada a través de una acentuada geometrización de las formas y la aplicación de colores planos, la combinación de cromas elegida deja percibir en ciertos sectores –el edificio en el sector central, los rostros de los músicos, el fuelle del bandoneón– una iluminación independiente de una fuente lumínica determinable. Esta luz no genera claroscuro, pero sí un espacio, ambiguo e irreal”.
Pettoruti introdujo nuevas formas de ver el arte en Argentina, fue un catalizador para el desarrollo de movimientos vanguardistas en América Latina. Su arte desató polémicas entre críticos conservadores y artistas que seguían aferrados a las formas académicas. Abrió el camino para las generaciones posteriores, inspirando a artistas como Xul Solar. Hoy, 132 años después de su nacimiento, sigue siendo recordado como uno de los grandes innovadores del arte argentino. Y “La canción del pueblo” es un testimonio de su genio artístico.
Museo Nacional de Bellas ArtesCelina Chatruc escribió en La Nación: “a través de su obra y sus escritos en el diario Crítica, y más tarde como director del Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata que hoy lleva su nombre, defendió la imagen abstracta en una sociedad acostumbrada al naturalismo. Una sociedad que reaccionó como aquellos hombres de la caverna, representados por Platón en su célebre alegoría”.