En algunos bares de culto alemanes se reúnen los amantes del fútbol para disfrutar de manera colectiva los partidos de campeonatos internacionales.
Tal como ya se han expresdo varios artistas, los propietarios de algunos bares alemanes se posicionan así contra la opresión hacia las mujeres, la discriminación de los homosexuales y las pésimas condiciones laborales imperantes en el país anfitrión.
En algunos bares de culto alemanes se reúnen los amantes del fútbol para disfrutar de manera colectiva los partidos de campeonatos internacionales.
Pero, para el Mundial de Qatar, algunos propietarios ya anunciaron que no se emitirá ningún partido del campeonato mundial, que se celebrará entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre.
"Queremos posicionarnos en contra de este sistema totalmente corrupto de la FIFA, donde todo gira alrededor del dinero, y los derechos humanos y la cultura del fútbol no importan en absoluto. Y, por supuesto, en Qatar, peor aún, con la opresión hacia las mujeres, la discriminación de los homosexuales y las pésimas condiciones laborales", afirmó Peter Zimmermann, dueño del bar “Lotta”, de Colonia.
Cuando la Copa del Mundo comience el domingo con el partido inaugural entre Qatar y Ecuador a las 5 de la tarde, el Lotta estará cerrado. El lunes por la noche, durante el encuentro entre EE. UU. contra Gales, los invitados estarán entretenidos con un juego de preguntas y respuestas que ya es tradición en el bar. Y el martes, mientras Francia se enfrenta a Australia, el bar se convertirá en un panel de debate sobre la situación en Qatar, la política de la FIFA y el boicot. Seguirán torneos de dardos y metegol, proyecciones de películas y la oportunidad de volver a jugar la Copa del Mundo con la Playstation. Esta acción de protesta se hizo viral, incluso un equipo de la televisión japonesa estuvo en la zona sur de Colonia.
"Cuanto más se acercaba la Copa del Mundo, más nos dimos cuenta de que Qatar es la gota que colmó el vaso y no queríamos apoyar eso", dijo Zimmermann. "En abril hicimos público nuestro boicot y colgamos una pancarta, donde se podía leer: 'Boicot a Qatar'. Las reacciones al principio fueron positivas en todos los ámbitos, a pesar de que en ese momento éramos minoría", afirmó.
La falta de entusiasmo no se advierte solo en los bares, sino en todo el país, se nota, porque no hay autos con banderas alemanas, tampoco campañas de intercambio de figuritas de Panini de los jugadores, ni hay apuestas en las oficinas. Y, por ser invierno en Europa, no se pueden ver los partidos en público en pantallas exteriores.
Esta tendencia también se puede observar en las tiendas de deportes, como Intersport o Sport2000, donde, hasta ahora, han vendido el 50 por ciento menos de camisetas de la selección alemana que hace cuatro años. Además, según Infratest Dimap, un instituto de mercadotecnia, más de la mitad de los alemanes ignorará por completo el Mundial de Qatar.
En el bar "Lotta" son consecuentes e incluso ocultan las etiquetas de las cervezas que tengan el logo del mundial. Pero el propietario también recibe críticas, aunque él no duda de estar haciendo lo correcto y sabe que por su decisión de boicotear el campeonato, sufrirá pérdidas económicas considerables.
Dietrich Schulze-Marmeling, autor de numerosos libros sobre fútbol, y en concreto uno sobre la problemática de Qatar, es considerado "el capitán de las protestas" e impulsor de la iniciativa viral ”#boycottqatar2022”. Él también estará en el Lotta.
Schulze-Marmeling dijo: "Me sorprendió la dimensión y la respuesta masiva, las protestas se han convertido por sí solas en algo normal en las últimas semanas, especialmente por parte de los seguidores en los últimos tres días de partido de la Bundesliga. Creo que, a lo largo de los años, algo se ha enquistado. Rusia es al menos un país grande con cierta tradición futbolística. Pero que Qatar sea la sede, con sus 350.000 ciudadanos, es simplemente absurdo para muchos".
"San Nicolás en vez de adidas, pastel de pimienta en vez de FIFA" es el lema del boicot. El escritor recomienda enviar muchas cartas a la federación de fútbol y no comprar objetos con el logo del Mundial de Qatar. Pero también entiende que la gente vea los partidos: "No estoy juzgando a nadie, incluso puedo entenderlo muy bien. Pero, así y todo, es importante no renunciar a mirar de manera crítica el torneo".