Por Fabiana García
La ex atleta santafesina fue campeona argentina, Sudamericana, Panamericana y además representó a nuestro país en los JJOO de Helsinki en 1952. En 2018 llevó la antorcha de los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Por Fabiana García
Es una de las atletas olímpicas santafesinas, tiene 92 años, estuvo en Helsinki 1952; llevó la antorcha de los Juegos de la Juventud Buenos Aires 2018 y se adaptó a vivir esta época de Pandemia donde lo que más extraña es la vida social de la Agrupación de Básquetbol.
Gladys Erbetta atravesó el mar para llegar a los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 y desistió de ir a Melbourne 1956 justamente por lo difícil que era esa travesía. Siguió en el deporte hasta los 70 años y hoy le tocó como a todos vivir esta pandemia.
En el Día Internacional de la Mujer vale la pena rescatar algunas palabras de Gladys una pionera del alto rendimiento de las mujeres en el país. La ex atleta oriunda de Santo Tomé tiene una lucidez impresionante, mucho optimismo y en su cabeza permanecen recuerdos emotivos y llenos de gloria, cumplirá 93 el 28 de septiembre.
"Me tomó muy de sorpresa la pandemia porque es algo mundial. Me tocó ver cosas que sucedieron en algunas provincias o naciones con algún tipo de enfermedad. Nunca me imaginé algo semejante. Pero creo que hay países que están peor que nosotros".
Sobre los efectos que le causó, la santotomesina, quien representó al Club Velocidad y Resistencia dijo que "en mi rutina diaria yo hacía una hora de bicicleta fija, pero la pandemia me afectó muy fuerte las rodillas y camino dentro de mi casa con un poco de dolor. Doy gracias a Dios que la mente la tengo bien aunque no pueda caminar tanto. Lo que más me afectó fue no poder reunirme con mis compañeros de atletismo y de basquet; mantener esos lazos sociales es lo que me costó y extraño?, pero bueno hoy hay otras formas de comunicarse que nos mantienen cerca".
Gladys fue una deportista muy funcional en el atletismo. Hacía salto en largo y alto, velocidad 100 y 200 llanos, la posta y hasta en una oportunidad hizo vallas. Arrancó en 1949 y para 1952 era olímpica en Helsinki, clasificó en el Panamericanos de México 1955 para los Juegos Olímpicos de Melbourne, pero desistió y el día de la ceremonia inaugural escuchó la ceremonia de apertura estando de luna de miel en Tucumán.
"Siempre me dijeron que no fui porque me quería casar, pero en realidad el viaje me ponía muy nerviosa, íbamos a llegar sin tiempo para recuperarnos, y yo siendo campeona sudamericana, no quería hacer un papelón representando a la Argentina", dijo Gladys.
"Cuando mis hijos fueron grandes empecé a jugar al basquet y hace 48 años que integro la agrupación. Dejé de jugar a los 74 años porque me rompí los meniscos, pero seguí en el atletismo de veteranos. Zulema Bonaparte (esposa de Juan Carlos Rivera) me enseñó a tirar bala y en el primer torneo que competí hice récord nacional, aunque el atletismo de veteranos es más para socializar".
Gladys es viuda hace 18 años, pero aunque sintió varios bajones se empujó a seguir porque existió la promesa de esposos que al faltar uno el otro seguiría adelante. Obviamente Gladys siempre recurrió a sus amigos del deporte y la fe.
"No me aburro en mi casa, mis nietos siempre me visitaron para jugar a las cartas y hacer juegos de mesa y mi gran entretenimiento son las palabras cruzadas, además siempre tengo algo que hacer, así que pude pasar la pandemia adaptándome y si bien ya me vacuné voy a seguir cuidándome. También rezo mucho y el día se me pasa volando. Pienso que las rodillas se están cobrando lo que les hice, pero salvo eso estoy pasando bien la Pandemia y puedo decir que tengo y tuve una vida feliz".
"El deporte cambió muchísimo para las mujeres. Yo comencé a hacer atletismo a los 21 años y tenía que pedir permiso a mis padres. Me habían invitado a ir al provincial y no conseguía la aprobación, me mandaban de uno a otros: preguntale a tu padre y de ahí preguntale tu madre, hasta que dijeron que me podía acompañar un hermano y ahí aflojaron".
"No era fácil ser deportista en ese momento: tenía que ir de Santo Tomé a Santa Fe y tomar el colectivo que era la A para ir al campo universitario, volvía me bañaba y al otro día tenía que ir a trabajar al Consejo de Educación. Hacía sacrificio pero lo hice con gusto".
"En el 56 fue mi última presentación en un Sudamericano, competí en 100, 200, largo, alto y vallas y en ese momento estaba Lilian Buglia y quedamos las dos en la final de 100 llanos. Gané la prueba y me quedé para esperar a Lilian y abrazarla y no la vi, se había caído en la pista que era de carbonilla y yo volví corriendo los 100 metros llorando, hasta donde estaba".
"En el 56 me despedí siendo Campeona Sudamericana fue muy emotivo, pero los Juegos Olímpicos fueron otra cosa, es un recuerdo que no se compara con nada. Lamento que esta pandemia haya cancelado los Juegos, porque será muy difícil retomar para los deportistas".