Miércoles 22.6.2022
/Última actualización 10:59
El gasto en subsidios en los primeros cinco meses del año creció en términos nominales 130% en comparación con el mismo lapso de 2021, lo que representa, descontando el efecto de la inflación, un salto en términos reales cercano al 50 por ciento. El Gobierno asegura que una parte relevante de ese avance está explicado por el shock de precios internacionales por la guerra en Ucrania, que encareció el costo de la energía.
De acuerdo a datos oficiales de la Secretaría de Energía, desde enero hasta mayo de este año la cuenta presupuestaria de subsidios energéticos redondeó $572.982 millones, cuando un año antes, en el acumulado de los primeros cinco meses del año habían sido de $248.754 millones, lo que implica un salto de 130% nominal. En términos reales, según una estimación de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), representaría una suba de casi 50 por ciento.
Las erogaciones para subvenciones energéticas serían, de esta manera, uno de los rubros del gasto que más incremento experimentaron en lo que va del año, junto con las Becas Progresar (196%), el Potenciar Trabajo (60,8% real), políticas alimentarias (27%), transferencias a provincias (23%) y transferencias a provincias (15,2 por ciento), siempre según la OPC.
De acuerdo a datos oficiales de la Secretaría de Energía, desde enero hasta mayo de este año la cuenta presupuestaria de subsidios energéticos redondeó $572.982 millones, cuando un año antes, lo que implica un salto de 130% nominal
El gasto en subsidios no está explicado solamente por la cobertura de los precios de las boletas al consumidor, sino también por transferencias a la empresa de distribución mayorista de electricidad Cammesa ($407.000 millones, un 53,4% de aumento interanual) y para el Plan Gas ($15.000 millones).
“El Gobierno parece querer utilizar el anuncio de la demorada segmentación tarifaria para poner al gasto público en una trayectoria compatible con la meta del FMI. También en el marco de las señales, Economía aclaró que el resultado fiscal del primer semestre estuvo afectado por aumentos transitorios en las prestaciones sociales debido a la aceleración de la inflación producto del shock internacional. Sin embargo, a priori no parece que la reducción de los subsidios vaya a ser suficiente para alcanzar la meta fiscal de -2,5% para 2022″, mencionó un informe de PxQ.
“Teniendo en cuenta lo anterior se tiene que el ahorro de subsidios estimado para 2022 alcanza los USD 133 millones. Sobe una base estimada de subsidios a la energía de 2,9% del PIB para el año en curso, ese ahorro equivale al 0,03% del PIB. Si se simula el impacto en base anual, el ahorro anualizado debido al nuevo esquema de segmentación sería de 0,07% del PIB”, continuó.
Desde el Poder Ejecutivo aseguraron que “hay un factor de estacionalidad desde marzo y abril”, en las cuentas públicas, en relación al impacto de los subsidios, y aseguraron que “en mayo se moderó esa estacionalidad”. “Lo que tenemos que esperar para estos meses es una concentración del gasto. Si pudiéramos ver solo los subsidios a la energía se nota la estacionalidad por mayor cantidad de buques por precios que escalaron por la guerra en Ucrania”, mencionaron.
El primer pago del refuerzo salarial para sectores vulnerables del mercado laboral y para jubilados, que insumió unos $125.000 millones al Tesoro, provocó en mayo un incremento en el ritmo del gasto público de casi 90% interanual, mientras los ingresos del Estado avanzaron a 58 por ciento. Con esta diferencia, el déficit primario del quinto mes del año fue de $191.000 millones, mientras hace un año había registrado el sector público un superávit de $25.714 millones.
El gasto público tuvo un pronunciado salto de 88,6% al analizar el gasto primario corriente. Dentro de ese rubro se destacaron las prestaciones sociales que casi se duplicaron: pasaron de $384.000 millones en mayo de 2021 a $747.000 millones el mes pasado (+94 por ciento). Según explicaron fuentes oficiales, se trató del impacto en las cuentas públicas del paquete de asistencia salarial que lanzó el Gobierno tras el pico inflacionario de marzo, que tendrá -dividido entre mayo y junio- un costo fiscal cercano a los $210.000 millones.
De todas formas, admitieron que todavía están en revisión cómo serán los nuevos objetivos trimestrales en términos nominales, por la recalibración que se negoció entre la Casa Rosada y el Fondo Monetario, que incluyen además proyecciones de inflación y de crecimiento del PBI. Por esa razón, reconocieron, el Ministerio de Economía evitó estimar a qué porcentaje del PBI equivalen los $191.000 millones de déficit primario alcanzado hasta mayo. Según calculó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), esa cifra sería de 0,76% del Producto.