Todas las piezas del taller se realizan con el barro del lugar, de la orilla del riacho.
Todas las piezas del taller se realizan con el barro del lugar, de la orilla del riacho.
Desde hace 53 años funciona en La Guardia el prestigioso Taller de Cerámica. Allí se enseñan las distintas técnicas de la cerámica prehispánica en general, haciendo énfasis en las técnicas litoraleñas de este oficio.
No es casual que el taller funcione en esta zona de “arcilla bendita”, que tal como atrajo en la década del ‘30 a las primeras fábricas de tubos, ladrillos y tejas, hoy proporciona una materia prima con todos los elementos necesarios para la producción en el Taller de Cerámica. “Nos caracteriza el trabajo con la material prima local. Todas nuestras piezas se realizaron con el barro del lugar que obtenemos de la orilla del riacho. De este modo, los alumnos aprenden todas las etapas del proceso de artesanía cerámica, desde el reconocimiento de la arcilla hasta su manufactura de características regionales”, comenta Juliana Frías, a cargo del taller.
Y es esa misma arcilla la encargada de ligar a varias generaciones en este lugar. “Nuestra tarea es recuperar técnicas tradicionales que se fueron perdiendo, retomando todo lo que tiene que ver con la cultura de los grupos que habitaron esta zona y que hace 2.000 años trabajaron también con la arcilla del lugar para hacer sus formas particulares. Para lograrlo, estudiamos mucho lo que es el patrimonio del Museo Etnográfico y del Museo de Sitio en Santa Fe la Vieja”, explica Frías.
Por otro lado, en su área de producción, ofrece a la venta estos mismos productos de identidad regional, realizados en base a la tierra del lugar, trabajados con manos locales y representativos de nuestra cultura local.