—Por proximidad, ¿no están los gobiernos provinciales más expuestos a las presiones de frigoríficos exportadores y de piquetes de pescadores que el gobierno nacional?
—Son las presiones que sufrimos día a día. Estamos habituados a esas presiones, pero lo importante a señalar es que a ese efecto lo asumimos. Tenemos muy en claro cuál es la decisión y el proyecto que nos anima. Sabemos que, al margen de todas las consideraciones sociales, aquí se dan dos responsabilidades muy serias: la protección de lo ambiental y de lo social. Nuestro trabajo tiene como objetivo generar equilibrio entre ambas responsabilidades.
—Además de las presiones que sufren los funcionarios santafesinos, ahora también importarán las que sufran otras provincias, Entre Ríos por ejemplo, con la que tantas veces ha sido difícil acordar...
—Es que hoy manejamos una realidad totalmente distinta. Nuestra gestión tiene una articulación con Entre Ríos con la cual ha construido una relación muy honesta, intelectual y profesionalmente. Con el gobierno de Entre Ríos, compartimos objetivos. Sí, es cierto que deberemos lograr más fluidez con el de la provincia de Buenos Aires, esperamos que tras la reunión de científicos en Santa Fe, en la siguiente reunión de pesca continental, tengamos la oportunidad.