Beatriz Diuk es especialista en programas de lectoescritura, profesora de educación primaria, licenciada en Ciencias de la Educación por la UBA, doctora en Psicología por la Universidad Nacional de La Plata e investigadora del Conicet. Es creadora de Propuesta Dale!, un programa para el apoyo a niñas y niños que no han aprendido a leer, que se implementa en Entre Ríos, Salta, y más recientemente en Catamarca, San Juan y Tucumán.
Con esa organización, la provincia de Santa Fe realizó un convenio para la implementación del Plan Santafesino de Alfabetización "Raíz", con el cual se llegará a más de 53 mil niños de 1er grado. Diuk explicó en una entrevista con El Litoral que detrás de un niño que no se alfabetiza existen varios factores e indicó que uno de ellos es que "hay algunos aspectos en la enseñanza que no estuvimos manejando bien y que tenemos que mejorar" como poner foco en la enseñanza de la escritura.
-Parece difícil de creer estar hablando de que se necesitan planes de alfabetización en chicos escolarizados o que haya alumnos que estén en tercero o cuarto grado y no sepan leer y escribir ¿Qué diagnóstico y reflexión hace al respecto?
-Primero, decir que el plan Raíz no está diciendo que los chicos no están alfabetizados, sino que lo que propone es una mejora, niveles más altos de alfabetización, acompañando a los docentes y proporcionando material adicional. No es porque los chicos no están alfabetizados, sino porque los niveles de alfabetización en general en el país podrían ser mejores. De ahí la preocupación en fortalecer la alfabetización. Es cierto que en algunas provincias -no tengo datos específicos de Santa Fe-, sucede que en las escuelas hay niños en segundo ciclo que no saben leer y escribir, pero de ninguna manera son todos.
De todas formas, uno solo ya es una tragedia, porque el nivel de sufrimiento de estos chicos es altísimo. Un niño o una niña que va a la escuela, pasa el tiempo y no aprende a leer y escribir, sufre mucho. Porque además se autoatribuye el problema, piensa que no tiene la capacidad, cuando nosotros, después de más de una década en la temática, tenemos mucha evidencia de que si se les enseña de otra manera, pueden aprender. Entonces, en educación nada tiene una única explicación, siempre hay muchos factores, pero hay uno vinculado con la enseñanza: hay maneras de enseñar que no favorecen especialmente a los niños y las niñas que vienen de hogares donde no pueden complementar lo que no se ve en la escuela.
"Hay algunos aspectos en la enseñanza que no estuvimos manejando bien y que tenemos que mejorar", consideró la especialista. Crédito: Gentileza
-¿Qué falla en esos casos? ¿Falla el sistema educativo, el método de enseñanza? ¿Es un problema sólo de ciertos contextos?
-Creo que más allá de los desafíos que plantean algunos contextos -y esto es innegable-, la responsabilidad de enseñar a leer y escribir es de la escuela, y ésta lo puede hacer. Tenemos que pensar que la escuela se crea especialmente para enseñar a leer y escribir en un momento en que las familias eran analfabetas. Es decir, la escuela hace esta revolución en contextos donde, fuera de la escuela, había muy poca lectura y escritura. Entonces, no hay duda de que esto se puede hacer, más allá de las complejidades de la sociedad. Por otro lado, hay otros países de América Latina que no tienen situaciones más favorables que la nuestra y logran mejores niveles de aprendizaje. Entonces, podemos hacerlo mejor y este es un poco el desafío. Insisto: hay muchas razones para que esto suceda. En mi especialidad, que tiene que ver con la didáctica específica, creemos que hay algunos aspectos en la enseñanza que no estuvimos manejando bien y que tenemos que mejorar.
-¿Puede ampliar cuáles son esos aspectos a mejorar?
-Básicamente, en las últimas décadas en la Argentina se puso un énfasis muy fuerte en el trabajo con los textos, que claramente celebramos porque la apertura de la escuela a los textos literarios o no literarios es un valor. Pero esto se hizo en detrimento de la enseñanza del sistema de escritura. Hubo un supuesto de que con el trabajo con los textos, los chicos solos iban a poder inferir el conocimiento de las letras, a inferir cómo se lee, cómo se escribe. Y la verdad es que esto puede ser cierto en algunos sectores privilegiados, donde los niños crecen en hogares altamente alfabetizados, con muchos libros. Pero para un enorme porcentaje de los chicos, si no hay una enseñanza sistemática de la escritura, la realidad es que no aprenden o les cuesta mucho aprender o tardan más. Por eso, el plan Raíz tiene lo que llamamos un "enfoque equilibrado", que atiende tanto al trabajo con textos, como con palabras, letras, sonidos.
Enfoque equilibrado
-¿Puede desgranar un poco más en qué consiste el "enfoque equilibrado"? ¿Cómo la maestra va a enseñar en el aula? ¿Si va a tener un determinado tiempo previsto en la semana para enseñar esos contenidos?
-Con respecto a los tiempos, hay algo que es importante y es que el plan se plantea dialogar con lo que la escuela ya está haciendo. Este no es un plan que viene a decir: ahora, todo tiene que ser distinto. Realmente es un plan de fortalecimiento y entonces se trabaja con mucho respeto a lo que ya hay y con la invitación a probar estrategias que para muchos docentes son nuevas, para otros son conocidas, pero invitamos a que las refuercen y las sistematicen. Fundamentalmente, falta mucha sistematicidad en la enseñanza.
El punto de partida es una novela que escribió Ruth Kaufman, especialmente para niños y niñas de primer grado. Con ese texto, nosotros trabajamos con las y los docentes sobre estrategias de cómo interactuar con los niños durante la lectura para facilitar y promover la comprensión. De hecho, hay orientaciones que sugieren maneras de intervenir con los chicos. La novela también tiene un podcast que se le va enviando a los docentes para que se lo puedan mandar a las casas por si los niños quieren volver a escuchar el texto que ya les leyó la maestra. Estamos desarrollando un sistema para que a todas las maestras y los maestros les llegue esa grabación y la puedan compartir. La provincia de Santa Fe es grande y es todo un desafío. Esto, por ahora, es lo que hemos abordado con respecto al trabajo con desarrollo discursivo, y vamos a abordar el tema producción de textos más adelante.
"La invitación es a probar estrategias que para muchos docentes son nuevas, para otros son conocidas, pero invitamos a que las refuercen y las sistematicen", dijo Diuk. Crédito: Luis Cetraro
Con relación al sistema de escritura, la propuesta es trabajar con palabras seleccionadas para que el nivel de dificultad crezca gradualmente. Y estamos trabajando con los docentes estrategias para ayudar a los niños y a las niñas a escribir esa palabra, prolongando los sonidos, y que los chicos puedan aprender a escucharse. Porque para poder escribir, los chicos tienen que poder escucharse a sí mismos, reconocer en sus palabras orales cada sonido y asignarles una letra. Entonces, las docentes, tres veces por semana, proponen hacer este trabajo muy sistemático, metalingüístico, de analizar las palabras y escribir con los niños. Y lo que vamos viendo en otros lugares que lo implementamos, es que las maestras generaron una una situación intermedia muy hermosa, que es la colaboración entre niños y niñas. Tenemos algunos videos bellísimos de chicos prolongando los sonidos para que un compañerito escriba, porque a una maestra sola a veces con tantos niños se le hace difícil.
-¿Este método se puede aplicar en aulas de 30 chicos? ¿O es más individualizado en algunos casos que necesitan más refuerzo?
- Ojalá no tengamos muchas aulas con 30 chicos. La realidad es que el inicio del proceso se puede hacer con todos a la vez, pero es verdad que los niños y las niñas se van apropiando de la estrategia gradualmente y ahí viene el trabajo -que venimos aprendiendo de ver a docentes hacerlo, honestamente- y es la capacidad para generar grupos con chicos y chicas ayudándose, trabajando en parejas, en grupitos. Y las maestras dedicándose a aquellos a los que les cuesta más.
-¿Se han encontrado en las experiencias que ya han hecho, con docentes que sienten que se están metiendo en su metier? ¿O por el contrario, hay un voluntarismo importante?
-Las experiencias que tenemos en cada provincia son muy distintas; incluso dentro de una provincia hay departamentos muy distintos. Hay lugares donde la resistencia es mayor. Nos ha pasado mucho de encontrarnos con docentes que son resistentes al principio y el planteo es: "Me venís a pedir que haga cambios y dentro de dos meses no vas a venir más". No es algo que escuchamos en Santa Fe, pero sí en otras provincias donde evidentemente ha habido planes que comenzaron pero después no siguieron. Es decir, los docentes son cautos, saludablemente cautos. Además, nosotros somos muy respetuosos y les proponemos una invitación, que es a probar. Nuestra experiencia es que cada vez son más los docentes que adoptan las estrategias que proponemos, pero esto no es una imposición persecutoria. Acá son propuestas, invitaciones a probar, pedidos de que vengan con preguntas y con devoluciones. En Santa Fe la verdad es que lo que estamos viendo es una muy buena recepción, hay mucho entusiasmo desde el primer momento pero además cuando empiezan a ver lo que les pasa a los chicos y las chicas con la novela, las maestras se entusiasman mucho.
-Usted hablaba de que un chico que no aprende a leer y a escribir, sufre. Pero ¿Qué le pasa al chico que sí aprende a leer y a escribir, que de pronto se encuentra teniendo esta habilidad?
-Como docente nos emociona ver al chico que de pronto se da cuenta que puede leer, pero también creo que nos emociona porque ellos se emocionan. Hay mucha gente que recuerda el momento en que dijo: "Ah, ya sé como es"; yo por ejemplo lo recuerdo. Aprender a leer y a escribir, entender cómo funciona el sistema de escritura, es un momento muy importante en la vida de una persona. Y los chicos lo viven con mucha emoción y la maestra es testigo privilegiada de eso y entonces es algo que se disfruta mucho. Siempre digo que cada chico que aprende a leer y a escribir, a uno le recuerda por qué eligió esta profesión.
Resultados de la Propuesta Dale!
-La Propuesta Dale!, la ONG que usted lleva adelante en distintas provincias, viene trabajando hace tiempo en la alfabetización. ¿Cuáles son los resultados?
-Nosotros venimos trabajando en alguna provincia desde fines del '21, en otras empezamos en el '22, y venimos generando información sólida sobre la evaluación. El problema es que todavía tenemos una vuelta en términos de la evaluación numérica más controlada, con pruebas que armó el Conicet, que se toman con una aplicación y que las desgraban correctores especializados. Es decir, hay todo un proceso de evaluación muy sistemático, pero todavía tenemos solamente la línea de base. Lo que sí tenemos es la evaluación formativa, los datos que generan los propios docentes y las devoluciones que nos dan. El año pasado trabajamos en una provincia con todas las directoras de la capital y nos decían que era la primera vez que a mitad de año, en primer grado, tenían tantos chicos leyendo y escribiendo. Es decir, tenemos información cualitativa, por ahora, de una mejora en los aprendizajes.
Cada chico de 1er grado de Santa Fe recibe la novela "Días animados", de Ruth Kaufman. "Es muy hermosa y los chicos se encariñan mucho", dijo Diuk. Crédito: Gentileza
Un libro por cada niño
Cada chico de 1er grado de la provincia recibe, como parte del plan Raíz, un ejemplar de la novela "Días animados" de Ruth Kaufman, y también un libro de actividades que va asociado a la novela. Beatriz Diuk destacó, en primer lugar, que "es muy importante no solo que haya literatura en las escuelas, sino que cada niño y cada niña tenga su propia novela, porque para muchos chicos será un libro más en una biblioteca ya nutrida de libros infantiles, pero para otros va a ser el primer libro infantil que va a quedar en la casa". Asimismo, sostuvo que la novela "es muy hermosa y los chicos se encariñan mucho. Crea un mundo de personajes muy queribles y muy reconocibles. Hay un movimiento emocional muy fuerte en los chicos y eso los entusiasma".