Viernes 18.11.2022
/Última actualización 10:18
“El hincha es el alma de los colores. Es el que no se ve, el que se da todo sin esperar nada. Eso es el hincha… Eso soy yo”. La frase pertenece a “El hincha”, película de Manuel Romero filmada en 1951. Frente al palpable y creciente entusiasmo que abre el Mundial de Qatar 2022, este diagnóstico que en el film pronuncia El Ñato, personaje interpretado por Enrique Santos Discépolo, demuestra una vigencia inexorable. El fútbol es la gran pasión argentina. Eduardo Sacheri, el escritor y guionista lo expresó de un modo perfecto: “Así que están ahí los tipos. Los once nuestros y los once de ellos. Es fútbol, pero es mucho más que fútbol”. Lo cierto es que ante ese cúmulo de emociones, el cine argentino no pudo permanecer al margen. Y desde los tiempos en que el sistema de estudios en nuestro país pretendió emular a Hollywood hasta hoy, donde los presupuestos son mucho más modestos, el fútbol estuvo siempre presente en la pantalla. En las líneas que siguen, recordamos un puñado de películas que vale la pena rever en las semanas que se aproximan, donde el balompié será el tema excluyente de todas las conversaciones.
“Pelota de trapo” (1948): el guionista de esta película dirigida por Leopoldo Torres Ríos, la dedicó a “todos aquellos, que aún con las cabezas escarchadas de años, conservan en la vuelta de la oreja un cachito de tierra el potrero”. Y es, básicamente, eso: una defensa del fútbol como un territorio épico, donde los sueños se pueden hacer realidad, pero también destruirse. Es la historia de Toscanito, quien desea fervientemente ser un crack en la cancha, mientras juega con sus amigos con una pelota de trapo. Con los años, logra convertirse en futbolista profesional, pero el destino le reserva otras pruebas.
“El hincha” (1951): Dirigida por Manuel Romero y con la actuación protagónica del también cantor de tangos Enrique Santos Discépolo, es posiblemente la mejor descripción de un fanático del fútbol que ha engendrado el cine nacional. El Ñato es un mecánico cuya vida se rige por alentar, seguir y colaborar con su club. Debido a esto, posterga la relación con su familia y con su novia. Contiene una de las mejores frases sobre fútbol: “¿Para qué trabaja uno si no es para ir el domingo a romperse los pulmones en las tribunas hinchando por un ideal? ¿O es que eso no vale nada?”. Películas más recientes que abordaron el mismo tema como “El fútbol o yo” palidecen sin remedio ante este clásico.
“El crack” (1960): Si la película de Romero filmada una década antes posaba los ojos sobre el costado romántico de un hincha dispuesto a darlo todo por alentar a su equipo, este film de José A. Martínez Suárez es un cuestionamiento a los negociados del mundo del fútbol y como esto empaña los ideales de los que aman la disciplina. Luego de la transferencia de un jugador estrella a Europa, por una cifra enorme, un club argentino busca sustituirlo a través de un joven de tercera división, que comienza a sufrir una fuerte presión. La película tiene música de Astor Piazzolla y aparecen personalidades como el “Charro” Moreno, José María Muñoz y Pipo Mancera.
“Metegol” (2013): En “El secreto de sus ojos” el personaje de Guillermo Francella pronuncia una frase épica vinculada al fútbol: “El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión”. Pero el director Juan José Campanella se metió del todo con el tema en la que se convirtió en la primera película de animación argentina en 3D. Con la ayuda de Eduardo Sacheri y Gastón Gorali adaptó un cuento de Roberto Fontanarrosa e imaginó como unos jugadores de metegol le ayudan a Amadeo a salvar a su pueblo con el instrumento que más aman: la pelota. El mensaje es que si se disfruta el juego, se puede ganar.
“Papeles en el viento” (2015): Juan Taratuto se basó en novela homónima de Eduardo Sacheri para construir este film que tiene como protagonistas a cuatro actores muy conocidos: Diego Peretti, Pablo Rago, Pablo Echarri y Diego Torres. Cuando El Mono muere, sus tres amigos intentan garantizar el futuro económico de su hija. Para eso diagraman una estafa en el negocio de la compraventa de jugadores. Mezcla de comedia, drama, crisis, enfermedades y a la vez estudio sobre los vínculos familiares y de amistad, muestra como el fútbol es reflejo de la vida. “No estoy vendiendo un kilo de papas, estoy vendiendo un delantero de área”, dice uno de los personajes.