Martes 30.5.2023
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¿Cómo es que un fisicoculturista de insulsa expresión facial que nunca pudo despegarse del marcado acento austríaco heredado de su origen europeo logró erigirse en una estrella de cine y en un ícono del cine de acción? Principalmente (creemos) por dos motivos fundamentales: su capacidad para convertir sus debilidades en fortalezas (algo ostensible en toda la saga de “Terminator” y para elegir con habilidad quirúrgica cada una de las películas en las que intervino, al menos en el primer tercio de su carrera, que le garantizaron gloria eterna.
"Fubar". Foto: NetflixAntes de su acceso al mundo del cine (que arrancó en 1970 con la poco recordada y delirante “Hércules en Nueva York”) Schwarzenegger labró su popularidad al ser uno de los culturistas más exitosos del mundo. Ganó el título Mr. Olympia en siete oportunidades y a partir de allí fue considerado el mayor ícono del culturismo en la década de 1970. La mixtura entre su notable físico y su carisma y su dedicación le abrieron puertas tal vez inesperadas.
En efecto, la conversión en héroe de acción de la pantalla de un imponente pero pétreo actor como Schwarzenegger solo se explica por el contexto: en los ‘80, cuando realizó los personajes que le garantizaron inmortalidad, la figura del “superhombre” capaz de llevarse por delante a todo un ejército se valoró hasta niveles indescriptibles. En la era de Ronald Reagan, el perfil de macho duro, violento, individualista e insensible era sinónimo de éxito. De modo que el otrora fisicoculturista se convirtió en una superestrella de Hollywood gracias a su participación en un puñado de films icónicos.
La fama que le dio el cine derivó en su intervención en otros ámbitos: fue empresario, autor de libros sobre culturismo y motivación personal y político. Llegó a ser elegido como el 38º gobernador del estado de California, sirviendo dos mandatos desde 2003 hasta 2011. En todos estos campos explotó su habilidad para interactuar con el público.
Sus trabajos emblemáticos
Más allá de que su carrera en el cine incluye varios tropiezos, hay un grupo de películas que fueron vehículos de lucimiento para un intérprete que hizo de sus escasas posibilidades interpretativas un activo.
“Conan, el bárbaro”, de 1982, le otorgó universalidad. El forzudo y valiente guerrero con alma de cómic le permitió explotar algunas variantes que luego reciclaría en el resto de su filmografía, vinculadas sobre todo el despliegue físico. Pero fue su siguiente composición, la de un androide generado para matar, la que lo hizo célebre. “Terminator” le dio la posibilidad de gestar un personaje inolvidable con diez líneas de diálogo expresadas en forma monótona y movimientos robóticos.
Lo que siguió para Schwarzenegger fue, prácticamente, soplar y hacer botellas. Los personajes de John Matrix en “Comando”, de Dutch en “Depredador” y de Doug Quaid en “El vengador del futuro” son (con variantes de tiempo, lugar y enemigos) similares. En los ‘90, a través de “Un detective en el Kinder” y sobre todo “Mentiras verdaderas”, exploró la fusión entre comedia y acción, con resultados irregulares.
En los últimos años, en su variante “autoparódica” vale rescatar “Escape imposible” (donde colabora con Stallone) y la notable “El último desafío”, donde un poderoso narcotraficante es enfrentado por el sheriff de un pequeño pueblo fronterizo.
En “Fubar”, que se estrenó hace pocos días en la plataforma Netflix, Schwarzenegger trata de recobrar aquello que había logrado junto a James Cameron en “Mentiras verdaderas”. Así, encarna a un veterano (no le queda margen, tiene ya 75 años) agente de la CIA que acepta una misión antes de retirarse. Todo se complica cuando, en medio del trabajo, descubre que su hija también trabaja de manera encubierta para la CIA. Así, de la acción se pasa a la comedia doméstica. La serie está llena de referencia a las películas que marcaron la carrera del actor, como “Depredador”, “Gemelos”, “Un detective en el Kinder” y “El último gran héroe”.
Afiche del documental "Arnold". Foto: NetflixEn la misma plataforma, a partir del 7 de junio se podrá ver “Arnold” de Lesley Chilcott. Se trata de una serie documental sobre Schwarzenegger, que analiza el camino que siguió el campeón de fisicoculturismo hasta llegar a ser un ícono de Hollywood y luego dedicarse a la política. Lo cual demuestra su completa vigencia a casi 40 años de sus filmes más célebres.