El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha afirmado en los últimos días a sus aliados que su plan político es postularse como candidato a senador en las elecciones de 2026.
La candidatura del expresidente, dependerá de las decisiones de la justicia en relación a las 16 investigaciones en su contra.
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha afirmado en los últimos días a sus aliados que su plan político es postularse como candidato a senador en las elecciones de 2026.
El exmandatario considera que esta acción podría proporcionarle la posibilidad de liderar un bloque en la Cámara Alta que esté formado por parlamentarios que se identifiquen con él. Para Bolsonaro, las mejores opciones son aquellas en las que el bolsonarismo es más fuerte, como Mato Grosso y Rondonia, que se encuentran en el oeste, haciendo frontera con Bolivia; o Distrito Federal.
Sin embargo, habría descartado Río de Janeiro, donde comenzó su carrera política, ya que su hijo Flávio Bolsonaro podría aspirar a la reelección por este Estado, donde fue elegido en 2019, pese a que el mes pasado admitió que planea postularse a la alcaldía de esta ciudad.
El periódico ‘Folha de S.Paulo’, informó que su hijo Eduardo Bolsonaro, que es diputado por Sao Paulo, podría proponer también su nombre al Senado. No obstante, la intención del exmandatario de liderar un grupo en el Senado podrá realizarse únicamente si la Justicia se lo permite ante las elecciones de 2026, ya que cuenta con 16 investigaciones que podrían inhabilitarlo.
Hay que señalar que el Ministerio Público Electoral (MPE) de Brasil se ha manifestado a favor de inhabilitar al expresidente Jair Bolsonaro al considerar que existen indicios de que incurrió en un delito de abuso de poder cuando atacó al sistema electoral y las urnas electrónicas durante una reunión en julio de 2022 con embajadores.
Así, en caso de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) se muestre de acuerdo con la opinión del MPE, Bolsonaro podría ser inhabilitado para presentarse a cualquier proceso electoral durante los próximos ocho años, impidiendo así concurrir en las próximas presidenciales, como ya se temía en su círculo.