La violencia y los saqueos se multiplicaron hoy en algunos de los barrios más pobres de Londres, donde jóvenes desataron gigantescos incendios de comercios, casas y autos en el tercer día de los mayores desmanes en varios años en la capital, que además se extendieron a otras dos ciudades.
En una señal del creciente deterioro de la situación, el primer ministro, David Cameron, interrumpió sus vacaciones en Italia y tomó un vuelo de regreso a Londres para presidir mañana una reunión de un comité de crisis, mientras policías y políticos hacían lo imposible por contener la ola de violencia.
En una violenta jornada con numerosas escaramuzas en Londres entre alborotadores y policías, jóvenes enmascarados dañaron y saquearon negocios en el corazón de la ciudad central de Birmingham, la segunda más poblada del Reino Unido después de la capital, informaron fuentes policiales.
Nueve personas fueron detenidas en Birmingham por el vandalismo, agregaron las fuentes.
Los disturbios en Londres comenzaron el sábado tras la muerte de un joven detenido por la policía, pero residentes y muchos analistas atribuyen la agitación al malestar social creciente en el Reino Unido por el desempleo, así como también a prácticas policiales insensibles y hasta al oportunismo de ladrones comunes.
La policía, el gobierno de centroderecha y la clase política en general insistieron en que el desorden es obra de una minoría de delincuentes y no una señal de tensiones sociales en la ciudad, que el año próximo será sede de los Juegos Olímpicos.
La violencia estalló el sábado en la noche en el suburbio popular de Tottenham, en el norte de Londres, dos días después de que la policía matara a un hombre de 29 años, Mark Duggan, padre de cuatro hijos.
La tranquilidad fue relativa ayer durante el día y anoche en Tottenham, pero la violencia se propagó a otras zonas periféricos y hasta turísticas de Londres, donde grupos de 30 a 50 jóvenes cometieron actos de vandalismo y robaron comercios.
Los desmanes se repitieron hoy por la tarde primera vez durante el día, cuando cientos de alborotadores atacaron a la policía con fuegos artificiales, piedras y palos en el barrio capitalino de Hackney, en el este, donde además incendiaron autos, comercios y edificios, informó la cadena de noticias BBC.
En Peckham y el vecino Lewisham, en el sur de Londres, jóvenes encapuchados quemaron un edificio, un colectivo sin pasajeros y filas enteras de autos.
En el contiguo Croydon, bomberos combatían inmensas llamaradas que salían de una fábrica de muebles incendiada.
Vecinos de Clapham, otro barrio pobre del sur de Londres, también denunciaron saqueos y ataques a comercios.
La ministra del Interior británica, Theresa May, dijo hoy que 215 personas fueron arrestadas y 25 fueron oficialmente incriminadas por los desórdenes, al tiempo que prometió llevar a todos los responsables ante la Justicia.
Un total de 35 policías sufrieron heridas en los disturbios, informaron fuentes policiales.
La ministra May, que también interrumpió sus vacaciones y volvió a Londres, alabó la actuación y el coraje de la policía y urgió a la población en general ‘a trabajar constructivamente con la policía para ayudar a llevar a estos criminales ante la Justicia‘.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, también decidió recortar sus vacaciones y regresar a Londres para atender la situación, informó su oficina.
La policía desplegó agentes antimotines en los barrios afectados y advirtió de medidas para evitar una recurrencia de los desmanes.
‘Nos aseguraremos de que no se permita continuar esta criminalidad‘, señaló el subcomisario londinense Steve Kavanagh en declaraciones a la cadena de TV Sky News.
En la ciudad central de Leeds, al norte de Londres, unos 100 jóvenes, muchos con sus rostros cubiertos, se congregaron en una zona de Chapeltown a la que acababan de llegar decenas de policías luego de que un hombre recibiera un disparo en la cara.
Las cosas en Leeds no pasaron a mayores, pero la situación generó temores dada los antecedentes de la empobrecida zona de Chapeltown, donde hubo incidentes similares en 1975, 1981 y 1987.
Tottenham es una zona empobrecida con una población de gran diversidad étnica, una comunidad negra muy significativa y antecedentes de agitación social.
El barrio fue epicentro en 1985 de los disturbios de Broadwater Farm -el nombre de una zona del barrio-, una serie de enfrentamientos que condujeron al apuñalamiento fatal de un policía y dejaron cerca de 60 heridos, además de reflejar las tensiones entre la policía y la comunidad negra de la capital.
La policía dijo que Duggan fue baleado mortalmente cuando la unidad especial que investiga el crimen entre la comunidad negra detuvo el taxi que conducía. La Comisión Independiente de Quejas Policiales inició una investigación sobre el hecho.
La familia de Duggan dijo no apoyar la violencia, y políticos condenaron intentos de usar su muerte como excusa.
‘La violencia que vimos anoche no tuvo absolutamente nada que ver con la muerte del señor Duggan‘, dijo el viceprimer ministro Nick Clegg.
No obstante, en el Reino Unido hay crecientes señales de tensión social desde que el gobierno aplicó un duro ajuste de 130.000 millones de dólares de aquí a 2015 para reducir el enorme déficit, que se multiplicó cuando el Estado gastó miles de millones para salvar a bancos en problemas.
El año pasado hubo masivas protestas estudiantiles y de docentes contra la triplicación de la matrícula y recortes de pensiones estatales.
En noviembre, diciembre y marzo, grupos desprendidos de protestas pacíficas cometieron saqueos. En el episodio más notorio, jóvenes atacaron la limusina Rolls Royce en la que el príncipe Carlos y su mujer Camila se dirigían a un concierto de caridad.
Télam