El Litoral
La victoria de Andrés Manuel López Obrador en México significó un portazo al statu quo y un giro, en parte de dimensión desconocida, hacia la izquierda en la segunda mayor economía regional.
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Es la primera vez que un partido que se identifica con la izquierda llega a la Presidencia de México, aunque no es el primer presidente de México de esa tendencia.
Antes hubo gobernantes izquierdistas como Lázaro Cárdenas (1934-1940), uno de sus inspiradores, en el régimen de siete décadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que terminó con el cambio de siglo.
Pero los tiempos son otros. Desde hace unas tres décadas la economía de México se fue abriendo al mundo y hoy es la 15 mayor economía y uno de los países con más tratados de libre comercio en mundo, aunque con millones de pobres y desigualdad.
"La transformación que llevaremos a cabo consistirá, básicamente, en desterrar la corrupción de nuestro país", dijo López Obrador, de 64 años, en su primer mensaje después de su aplastante victoria.
"Este mal es la causa principal de la desigualdad social y de la desigualdad económica, y también por la corrupción se desató la violencia en nuestro país", añadió.
Su diagnóstico sobre los males de México están claros. Lo que no está tan claro son los "cómos". La ambigüedad de López Obrador frente a ciertos temas no permite anticipar todavía qué rumbo tomará su Gobierno, por ejemplo en relación con el sector privado.
"Es una mezca de izquierdista, nacionalista, populista, quizás. El hecho de que tengamos que utilizar tantos adjetivos para tratar de describirlo muestra que no está tan claro", dijo a dpa Christopher Wilson, vicedirector del Instituto México del Wilson Center, un centro de análisis con sede en Washington.
El giro mexicano, que se anticipa irá acompañado de una mayoría en el Congreso, llega en momentos en que en el resto del continente la izquierda ha ido perdiendo espacios.
El cansancio con la inseguridad, la violencia y la economía con escaso crecimiento, pero también la esperanza de un cambio, pudieron más que los miedos que genera todavía en algunos sectores López Obrador, que antes había quedado segundo en 2006 y 2012.
"Amplió su base de apoyo en gran medida porque se fue corriendo de la izquierda al centro", dijo a dpa Irma Méndez de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en México.
"Tenemos hoy un panorama en el que confluyen hacia el centro por un lado la propuesta de López Obrador, que se hace menos radical, y un electorado que deja de ser tan conservador y también se mueve hacia el centro. Y esta confluencia ha sido muy virtuosa para él", señaló.
La premisa del ex alcalde de Ciudad de México es que una "mafia del poder" político-empresarial corrupta se apoderó de la modernidad mexicana, excluyendo del desarrollo a una parte importante de la sociedad.
Con poco interés en los asuntos globales, el nacionalismo de López Obrador es sobre todo económico, destacó Wilson.
Las preocupaciones de López Obrador están en México. Quiere combatir la corrupción como raíz de todos los males e impulsar el mercado interno para llevar al país a un desarrollo más parejo, con autosuficiencia alimentaria y energética.
México estuvo gobernado siempre por el PRI desde 1929 hasta 2000, cuando lo derrotó el Partido Acción Nacional (PAN), que después ocupó durante dos periodos seguidos el Gobierno con Vicente Fox y Felipe Calderón.
En 2012 los mexicanos castigaron al PAN y le dieron una segunda oportunidad al PRI con Enrique Peña Nieto. El desencanto con las dos mayores fuerzas tradicionales del país terminó desembocando en esta nueva alternancia.
"La mejor política exterior es la interior", es la frase que repite López Obrador, un firme defensor de la no intervención, por lo cual no es de esperarse que se involucre en asuntos de otros países.
La victoria también crea un nuevo escenario en la relación con Donald Trump, el presidente estadounidense, que quiere construir un muro en la frontera y replantear el comercio.
Es una posibilidad de borrón y cuenta nueva. O de choque entre dos personalidades fuertes y parecidas.
Simbólicamente, López Obrador empezó su campaña electoral en Ciudad Juárez, en la frontera de México, y desde ahí fue bajando hasta terminar en el sur-sureste pobre del país.
Ha dicho que quiere crear las condiciones para que nadie tenga que emigrar, además de aumentar los salarios en México, algo con lo que podría estar en la misma sintonía que Trump.
"Estoy deseando trabajar con él", escribió Trump en Twitter. "¡Hay mucho por hacer que beneficiará tanto a Estados Unidos como a México!".
Estadísticas en las primeras horas del lunes
Según informa el sitio de noticias Noticieros Televisa, los primeros números en la mañana del lunes están así:
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”: 53.0 %-53.8%, Ricardo Anaya, de la coalición “Por México al Frente”: 22.1% y 22.8%, José Antonio Meade, de la coalición “Todos por México”: 15.7%-16.3% y Jaime Rodríguez Calderón, candidato independiente: 5.3% y 5.5%.
De acuerdo con el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE), la participación ciudadana está entre 62.9% y 63.8%.