Estados Unidos acusó a Irán de planear un atentado con el objetivo de asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington, acusación que Teherán rechazó y calificó como "propaganda".
El secretario de Justicia estadounidense, Eric Holder, fue el encargado de anunciar que dos ciudadanos iraníes fueron acusados de conspiración tras el supuesto intento de llevar adelante un complot para asesinar al diplomático saudita.
Asimismo, en la conferencia de prensa ofrecida para denunciar el hecho, Holder sostuvo que el supuesto intento de “complot mortal fue dirigido directamente por facciones del gobierno iraní” y que Estados Unidos “se compromete” a que Irán se haga “responsable por sus acciones”.
La reacción oficial iraní corrió por cuenta del portavoz del Ministerio del Exterior, quien rechazó categóricamente las acusaciones.
"Estas acusaciones sin fundamento por parte de Estados Unidos no son más que un show ridículo hecho junto con los sionistas", dijo Ramin Mehmanparast según la agencia de noticias ISNA.
"Esto está nuevamente en línea con el escenario conjunto (de EEUU e Israel) para sembrar la discordia en la región (Medio Oriente) y ayudar al régimen sionista para que salga de su aislamiento internacional", dijo el portavoz.
Sin embargo, EEUU subió la apuesta y a través de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llamó a la comunidad internacional a tomar medidas contra Irán.
Clinton dijo que Irán debía ser aislado aún más y agregó que hablarán con sus socios y amigos en todo el mundo para encontrar la forma de enviar "un fuerte mensaje" a Irán.
A última hora de esta noche, el presidente Barack Obama expresó su "solidaridad" con el embajador saudita Adel al-Jubeir, tal como se encargó de hacer saber oficialmente la Casa Blanca.
Según el mandatario estadounidense el complot era una "flagrante violación de la ley".
El hecho fue descubierto tras una operación conjunta del FBI (Oficina Federal de Investigaciones) y de la DEA (Administración estadounidense para la lucha contra las drogas), cuando un ôinformante confidencial“ de esta última se hizo pasar en México por miembro de un cartel de drogas.
Los acusados son Manssor Arbabsiar -un estadounidense naturalizado con pasaporte iraní- y Gholam Shakuri, un miembro de la Fuerza Quds, una rama de los cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
De acuerdo con la versión de la administración estadounidense, Shakuri fue el encargado de aprobar la puesta en marcha del plan para asesinar al embajador, en el marco de una conversación telefónica mantenida con Arbabsiar.
Los pasados julio y agosto, Arbabsiar pagó 100.000 dólares a un informante de la DEA para perpetrar el asesinato del embajador saudita. Arbabsiar fue detenido a finales del mes pasado en el Aeropuerto Internacional JFK de Nueva York y tras ser detenido, siempre de acuerdo a la versión oficial, "confesó sus planes".
Shakuri, por su parte, continúa libre en territorio iraní.
Los cargos que enfrentan son “conspiración de asesinato a un funcionario extranjero; conspiración para utilizar un arma de destrucción masiva; y conspiración para cometer un acto de terrorismo internacional”, entre otros, según señaló Holder.
La acusación directa de la Casa Blanca contra otro Estado de planificar un atentado en territorio propio, es infrecuente y no hace más que agregar otro elemento de tensión en las ya complicadas relaciones entre Washington y Teherán.
Es que a la histórica calificación de pertenecer al "eje del mal" que había hecho el ex presidente George W. Bush sobre Irán, la actual administración de Obama le suma la acusación permanente de elaborar un plan nuclear con fines bélicos y, últimamente, de estar detrás de los hechos de violencia en Irak.
El análisis estadounidense se basa en un solo hecho que parte de la realidad empírica: la población iraní es mayoritariamente chiita, igual que la iraquí.
Otro dato que preocupa a Estados Unidos está relacionado con Bahrein, un emirato árabe en el que las manifestaciones contra el régimen son encabezadas por los chiitas. Arabia Saudita, preocupada porque las protestas no prosperen, envió tropas ante el silencio cómplice de Washington.
Finalmente, la administración estadounidense informó que además de los dos mencionados otras cinco personas estarían presuntamente relacionadas con el plan.
Estas cinco personas, agregaron en la acusación, estarían además involucradas en el plan para perpetrar atentados "consecutivos" contra intereses de varios países en Estados Unidos y en otro país.
Fuente: Télam