Jueves 17.9.2020
/Última actualización 16:57
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó este jueves que las solicitudes semanales de subsidio por desempleo llegaron a 860.000 la semana pasada, menos que las 893.000 de la semana anterior, pero más de lo que esperaban las autoridades. De esta forma, en la semana que terminó el 5 de septiembre había 12,6 millones de personas que percibían este beneficio.
Xinhua"Si bien es bueno que las cifras estén cayendo, el descenso se está ralentizando, así que queda más de un año para volver a la normalidad”, escribió en Twitter el economista jefe de la federación sindical AFL-CIO, William Spriggs. Estos datos se conocen en medio de un estancamiento de las negociaciones en Washington para aprobar un nuevo paquete de ayudas para aliviar la maltrecha economía estadounidense y la de las personas que perdieron sus trabajos.
Estas solicitudes, que habían alcanzado la cifra récord de 6,8 millones en la última semana de marzo, disminuyeron notablemente hasta mediados de agosto y, desde entonces, la reducción ha sido escasa, un indicio de que los despidos se mantienen en niveles históricamente elevados debido a la pandemia, que ha forzado a cerrar intermitentemente el comercio y a limitar el funcionamiento de la economía.
Se acabó el subsidio de 600 dólares
En tanto, la tasa de desempleo entre la población elegible para los subsidios cayó 0,7 puntos porcentuales, llegando al 8,6 por ciento. Casi 29,8 millones de personas continuaron recibiendo algún tipo de ayuda gubernamental durante la semana que finalizó el 29 de agosto, la última de la que hay datos. Los analistas muestran cada vez más preocupación por la crisis en el mercado laboral.
El informe de este jueves se refiere a los trabajadores amparados por la prestación convencional de desempleo y no incluye a unos 16 a 18 millones de personas con empleos informales o subcontratistas, quienes desde fines de julio dejaron de percibir un subsidio semanal de 600 dólares creado bajo un programa temporal por el gobierno en marzo. Pese a las solicitudes de los demócratas, el presidente Donald Trump se ha negado a aumentar el apoyo económico a los gobiernos estatales.