Por Gustavo Peretti (*)
Reflexiones sobre algunas propuestas en Educación
Por Gustavo Peretti (*)
En el contexto de los cuarenta años de la recuperación de la democracia y ante la proximidad de las elecciones nacionales para la presidencia del país y la renovación de las cámaras legislativas, el tema educativo se introduce en algunos discursos. Retumba la propuesta del "voucher educativo" o "cheque escolar" -que emerge de las usinas libertarias-, entendido como un sistema de financiamiento que consiste en que el Estado entrega a los padres o tutores una cantidad de dinero (o un bono canjeable) por cada hijo en edad escolar, aporte con el que se abonan los gastos del centro educativo donde aquellos eligiesen matricularlo, según su conveniencia. De las nueve medidas que se especifican en las bases libertarias para educación, se destaca la "descentralización entregando el presupuesto a los padres en lugar de dárselo al Ministerio, financiando la demanda" y la "generación de competencias entre las instituciones educativas desde lo curricular en todos los niveles de educación, incorporando más horas de materias como Matemática, Lengua, Ciencias y Tic..."
Según fuentes del Ministerio de Educación de la Nación el año 2019 registró la cifra de 13.014.116 estudiantes matriculados en las diferentes modalidades con excepción del sistema universitario. En 2019, además, se contabilizaron 532 mil secciones, 75 mil unidades de servicio, 1,7 millones de cargos docentes y 19 millones de horas cátedra docentes. Según el último censo docente (2014), en Argentina se registran 953 mil docentes en el sistema educativo. Se entiende por "sección" al grupo de estudiantes que cursa, en simultaneidad de tiempo y espacio, con el mismo docente o equipo docente. Por otra parte, cada "unidad de servicio" se corresponde con cada oferta educativa -modalidad o nivel- en su localización (sede o anexo). Es decir, un establecimiento educativo puede tener varias unidades de servicio de distintas modalidades y niveles.
Con el propósito de evaluar su posible aplicación, más allá de toda consideración sobre la (in)adecuación acerca de la incorporación de la lógica del mercado en una función sustantiva de todo Estado como es la educación, se analiza en clave territorial al sistema educativo, teniendo en cuenta la distribución de los establecimientos educativos en una geografía caracteriza por la concentración demográfica y la presencia de vastas áreas con escasa población y dificultades de accesibilidad. Si bien en el primer debate presidencial desarrollado en la ciudad de Santiago del Estero el candidato libertario relativizó la aplicación de la propuesta, dejándola sujeta a las universidades, en las bases de acciones para un hipotético gobierno bajo su conducción, estipula el instrumento del "cheque educativo" sin discriminar el nivel.
La Puna argentina como así también las áreas centrales de las provincias patagónicas de Río Negro, Chubut y Santa Cruz, se caracterizan por su escasa densidad poblacional y débil red carretera. El área puneña del otrora territorio nacional de Los Andes constituido en la actualidad por los departamentos de Susques, Los Andes y Antofagasta de la Sierra pertenecientes a las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca respectivamente, alcanzan una superficie de 43.509 kilómetros cuadrados, extensión que duplica a la comprendida por la provincia de Tucumán, con una población de 30.863 habitantes y la presencia de veinte establecimientos educativos de los niveles primario y secundario.
Se constata una escasa relación de un establecimiento educativo por cada 1.543 kilómetros cuadrados, es decir una institución de enseñanza en una superficie equivalente a siete la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A modo de ejemplo, en el paraje Tolar Grande de la provincia de Salta se localiza el establecimiento "Manuel Martínez de Tineo ex 867". El mismo brinda servicios educativos de gestión estatal en la modalidad de educación común en los niveles inicial de jardín de infantes y primaria. Algunos niños y niñas del puñado de estudiantes que asisten al establecimiento deben recorrer largos trayectos a pie o en mulas para llegar a la institución escolar. El establecimiento educativo más cercano se ubica a una distancia de 87 kilómetros.
Una rápida mirada del sitio web de la Asociación de Padrinos y Alumnos de Escuelas Rurales (APAER) permite dimensionar la relevancia de las escuelas rurales, la importancia social que revisten en las áreas en donde se localizan y su rol para amortiguar la sangría demográfica que se produce en ámbitos rurales desde la mitad del siglo XX a la actualidad. La APAER se presenta como una organización que está "en contacto con escuelas de todo el país que se encuentran a más de diez kilómetros de distancia de las zonas urbanas o suburbanas donde se llega por caminos de difícil acceso. Algunas no poseen sanitarios, agua potable ni electricidad y en ocasiones cuentan con sólo un maestro a cargo de todos los grados. La matrícula oscila entre los 10 y 150 niños. Los alumnos provienen de familias vulnerables que recorren varios kilómetros para asistir a clases y en muchos casos reciben en la escuela su única comida diaria".
Aún en áreas con condiciones ambientales menos rigurosas como las que caracterizan a determinadas zonas del Noroeste y de la Patagonia, existen amplias zonas donde solo está presente un establecimiento educativo con pocos estudiantes, situación que imposibilita la aplicación de los "voucher educativos". Tomando como ejemplo a la provincia de Santa Fe, en la extensión de su territorio se distribuyen 250 localidades rurales, es decir pequeños pueblos y parajes que no superan los 2.000 habitantes pero que cuentan con una escuela que imparte educación inicial y primaria, y en varios de ellas también educación secundaria.
En relación con la desigual distribución de la población en el territorio argentino y la presencia de cientos de asentamientos con escuelas que funcionan con muy pocos estudiantes debido a la débil densidad demográfica de muchas zonas, se considera que es imposible aplicar la propuesta de los voucher educativos teniendo dado que los ingresos que recibirán los establecimientos, de aplicarse la propuesta, serían insuficientes para el sostenimiento de los mismos y para garantizar el derecho a la educación como bien social. Por otra parte, la aplicación de la propuesta de vouchers educativos en un país que tiene sumergida a más de la mitad de la niñez en la pobreza, provocarían una profundización de la vulnerabilidad y desigualdad social como así también de las asimetrías territoriales.
(*) Profesor titular de la cátedra de Geografía Argentina de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral.