Miércoles 20.3.2024
/Última actualización 4:35
Mientras por acá nacen bebés con poco peso porque su mamá es pobre, más allá y sin salir de la provincia nacen bebés de bajo peso porque su mamá es rica. Esta paradoja es un ejemplo que ilustra la realidad actual del país, donde quien poco tenía, ahora tiene menos. Y donde quien más tenía, ya empieza a tener aún más, y se frota las manos.
Recordemos que Argentina se comprometió, ante el conjunto de casi todos los países, a "la creación de entornos propicios para que todas las personas puedan alcanzar el ejercicio pleno de su derecho a la salud integral". Y que esto, entre otras cosas, "hace centro en la reducción de las desigualdades, y en el bienestar de la niñez". Esto es un compromiso serio y formal. Pero ahora, a la luz del desprecio, de los recortes, del qué me importa que afectan a la alimentación y a la escuela de los chicos más vulnerables, queda visto que si te he visto no me acuerdo, y chau.
La situación es peligrosa porque se va perdiendo el respeto por el otro. Tanto de palabra como de obra, la autoridad máxima pierde el respeto por las personas y las trata según el sistema del qué me importa, y chau. Así, proceder, decidir, gobernar con independencia del otro es un síntoma de dictadura. La democracia es precisamente todo lo contrario.
Mientras tanto, por suerte, continúa que hay gente seria que se toma en serio las cosas. Según datos serios, en Argentina, nueve bebés de cada cien nacen antes de tiempo, es decir, son prematuros. En la provincia de Santa Fe, esta cantidad es un poco más alta: uno de cada diez. Es importante recordar que si sabemos algo en serio es en virtud de las instituciones, de las personas que recopilan e interpretan datos, que investigan en serio y que por tanto merecen respeto.
En Argentina nacen menos bebés que hace unos años, pero el porcentaje de prematuros y de bebés bajos peso se mantiene estable, o más bien presenta una cierta tendencia a que sean cada vez más.
Bebé prematuro es distinto de bebé de bajo peso. Prematuro es que nació antes de completar 37 semanas de gestación, y de bajo peso es que nació con menos de dos quilos y medio. Muchos prematuros nacen con menos de este peso dado que este poco peso suele ser proporcional al poco tiempo de gestación. Pero un tercio de los bebés de bajo peso no son prematuros, sino de término.
Los que nacen bajos de peso, prematuros o no, comparados con los que nacen con buen peso, tienen más riesgo de sufrir complicaciones importantes, tanto a corto como a largo plazo. Estas complicaciones, que luego son secuelas, dificultan mucho el desarrollo del bebé, luego niño, luego adolescente, luego adulto, y en consecuencia lastran el desarrollo de toda la familia.
En el conjunto de casi todos los países del mundo, de cada cien bebés que nacen, quince nacen bajos de peso. Pero si miramos por países y por regiones en particular, los bebés de bajo peso son más frecuentes en los países y regiones de ingresos medios y bajos, tal el caso argentino, y sin duda también el de Santa Fe.
Prematuros y de bajo peso son con frecuencia hijos de una madre adolescente. O que no pudo controlar adecuadamente su embarazo, o que comía mal durante la gestación, o que vivía en condiciones indignas, etc. En efecto, el bajo peso en general se relaciona en muchos casos (pero no en todos) con la pobreza socio-económica de la madre (y del padre también, pero este es otro tema).
Además, la pobreza cultural o el hecho de no tener obra social se relacionan en Argentina con la posibilidad de dar a luz un bebé de poco peso, prematuro o no. Investigaciones argentinas, hechas por argentinos y financiadas con dinero público argentino, indican que la madre que sólo tiene estudios primarios accede a menos controles del embarazo, y más tardíos, que la madre que completó la secundaria. Lo mismo se puede decir de la madre que no tiene obra social comparada con la que sí tiene. Esto demuestra que aquí el acceso a la salud se relaciona con la educación y sobre todo con la capacidad económica.
Por supuesto que la mayoría de los bebés nacen fuertes y vigorosos, y de buen peso, y que tanto la prematurez y como el bajo peso al nacer tienen además otras causas, éstas estricamente biológicas. Pero las causas sociales, económicas y culturales son frecuentes, y se podrían controlar con la estrategia de políticas públicas adecuadas. Pero "no basta con garantizar medidas de salud adecuadas, sino que también es necesario elaborar políticas integrales e intersectoriales orientadas a reducir las brechas de desigualdad que afectan a las embarazadas". Y a las niñas y a los niños, puesto que son las madres y los padres del futuro.
Sin embargo, que sepamos, esta estrategia no está en la agenda inmediata de quienes por ahora nos presiden y por ahora nos gobiernan, que parecen estar más ocupados por encontrar, al precio que sea, la cuadratura del círculo.
La cuadratura del círculo
La cuadratura del círculo es una utopía, como tantas otras, tantas veces, otra vez. Es imposible. Primero están las personas. Siendo entonces que el contexto socio-económico y cultural condiciona el peso al nacer de no pocos bebés, la autoridad municipal, provincial y nacional, más allá del color político que tengan, son en buena parte responsables, sea por acción, sea por omisión.
Se puede prevenir una buena parte de los nacimientos de bebés de bajo peso mediante la estrategia de mejorar las condiciones socio-económicas y culturales de la madre. Mejorando también el acceso a los efectores de salud, y a la salud preventiva, y a la salud y a la educación reproductivas de los chicos y las chicas.
Sabemos que "la salud integral de las personas está determinada por múltiples factores que no se relacionan únicamente con el acceso y la calidad de la atención de los procesos de salud y enfermedad, sino también con el acceso a la vivienda, el saneamiento, la alimentación saludable, y la inclusión laboral, educativa y recreativa. Y con políticas públicas y comunitarias que apoyen la promoción de la salud integral y de una vida libre de violencia y discriminación".
También sabemos que los bebés de bajo peso son frecuentes en los casos de embarazo por reproducción asistida. Esta forma de tener hijos es más propia de familias de buen pasar económico. Es por esto que decía más arriba que mientras acá un bebé de bajo peso suele ser hijo de la pobreza, allá puede ser hijo de la riqueza. Y a la hora de tener que atender las complicaciones agudas y las secuelas crónicas, la pobreza o la riqueza de la familia son un factor decisivo.
Los datos de esta nota y las frases entre comillas, que son copia textual, proceden del documento "Política integral para la prematurez", del Ministerio de Salud de la Nación, de noviembre de 2021. Es un informe necesario para poder basarse en la realidad y no en la opinión. Es pura ciencia. Con datos nacionales y provinciales, está gratis en Internet.
Se puede prevenir una buena parte de los nacimientos de bebés de bajo peso mediante la estrategia de mejorar las condiciones socio-económicas y culturales de la madre. Mejorando también el acceso a los efectores de salud, y a la salud preventiva, y a la salud y a la educación reproductivas de los chicos y las chicas.