El pasado domingo celebramos en toda la Iglesia el Domingo del Buen Pastor, celebración tan única y especial que nos invita a reflexionar sobre nuestro liderazgo. Y es así, porque la palabra "pastor" hace referencia a muchas realidades: a los padres, a los educadores, a los intendentes y senadores, a todos que de una u otra forma, tenemos alguna responsabilidad de guiar, conducir y/o educar a los demás.
En el evangelio de este día, Jesús se define a sí mismo como buen pastor. ¿Por qué? Porque también hay malos pastores. En el Antiguo Testamento hay una crítica permanente de los malos pastores. Y así, por ejemplo, en el libro del Profeta Jeremías se escucha la voz de Dios dirigida a los líderes religiosos: "Ustedes han dispersado, dividido mis ovejas y no se han ocupado de ellas". Impresionante.
Jesús también durante su vida pública constata la dramática situación que vive el pueblo. En el evangelio de San Mateo se nos dice: "(…) Al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor". Pregunto: ¿No había pastores? Sí. Había pastores. El pueblo judío contaba con los líderes religiosos: escribas, fariseos: con los líderes políticos: gobernantes y gobernadores. Igual que nosotros en el tiempo actual. Y sin embargo, Jesús afirma: "eran como ovejas sin pastor".
En este momento me siento interpelado para preguntar: ¿Qué diría hoy Jesús de nosotros, de los sacerdotes, de los educadores, de los padres, intendentes, legisladores? Que momento oportuno para reflexionar porque, mis queridos amigos, nuestro pueblo argentino, muchos de nuestros hermanos y hermanas, no están bien. Lamentablemente, muchos pastores, en vez de servir al pueblo se servían y se sirven del pueblo. Cuidado, no es un simple juego de palabras. Es una dura realidad. Muchos de los que prometían servir, terminaron enriquecidos y el pueblo empobrecido.
Para poder responder, qué clase de pastores somos, debemos preguntar: ¿Cuáles son los rasgos del Buen Pastor? Y el evangelio en este sentido es claro, menciona tres características. Primera: el pastor conoce a sus ovejas. Jesús pudo decirlo porque compartía la vida con la gente, recorría ciudades y aldeas anunciando la Buena Noticia. Y este contacto directo con la gente es fundamental. En otro momento, el obispo Enrique Angelelli nos decía que debemos vivir "con un oído en el pueblo y otro en el evangelio". Él escuchaba al pueblo riojano, era la voz de los que no tenían voz y fíjense bien murió o mejor dicho fue asesinado con un oído incrustado en el asfalto y otro abierto al cielo, a Dios. ¿Es pura casualidad o mensaje de Dios?
Por otro lado, si hablamos de pastorear, a mí me maravillan las maestras en la escuela. La docente conoce a sus alumnos, no sólo sus nombres, sino lo que son y el contexto en que viven. Cuando los mira y ve que alguno está triste, inmediatamente se da cuenta que algo está pasando. Esta cercanía no se logra con la computadora, ni en forma virtual. Hace falta el vínculo afectivo, hay que estar.
De la misma manera, mis queridos amigos, si algún sacerdote quiere ser Pastor, desde la computadora, o desde la oficina, no sirve. El Papa Francisco un Jueves Santo nos decía a los sacerdotes estas palabras: "Ustedes deben ser pastores solícitos, pastores con olor a oveja. Deben salir a buscar a la oveja descarriada, o la más lejana. No pueden vivir encerrados, cuidando las ovejas ya gorditas o bien alimentadas". Que simpático lo del Papa. ¿Verdad?
La segunda característica está unida con la tercera y hace referencia al rebaño. Jesús dice: "Mis ovejas conocen mi voz y me siguen". Nos dice que no alcanza con conocerlo, hay que seguirlo. En el tiempo de Jesús, los judíos conocían a sus líderes, sacerdotes, escribas, pero no los seguían, porque lamentablemente los pastores que tenían ellos no hacían lo que decían.
Para ir cerrando, mis queridos amigos, qué importante es que los que llevamos el nombre de pastores seamos pastores de verdad, o pastores con olor a ovejas, como nos decía más arriba el Papa Francisco. ¡Que Dios los bendiga!
(*) Miembro de la Congregación del Verbo Divino (SDV en latín), licenciado en Teología Espiritual y en Gestión Educativa. Actualmente es el representante legal del Colegio San José de Esperanza. De origen polaco, está radicado en Argentina desde 1988. Mensaje del 21 de abril de 2024, cuarto domingo de Pascua, emitido inicialmente por Radio FM 96.3.