Miércoles 11.5.2022
/Última actualización 22:34
El 29 de Mayo de 1810 se creó el Ejército Argentino, a cuatro días de nuestra fecha insignia y más simbólica, el 25 de Mayo. Una fecha que festejamos con recuerdos y reconocimiento a nuestros próceres, quienes generaron su grito a la libertad de nuestra patria. Hoy, a doscientos doce años de la conformación de la Primera Junta de Gobierno patrio, que fundó el Ejército Argentino, la pregunta que nos hacemos es qué hicimos, para que esta importante y necesaria institución se encuentre disminuida, olvidada y arrumbada en nuestro espacio territorial.
Oportunamente, y a través de los años, se constituyeron las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Fuerza Naval y Fuerza Aérea. Nos tocó vivir el desgraciado proceso de 1976-1983, donde miembros de las tres Fuerzas Armadas, en la soberbia propia de los seres humanos, decidieron derrocar a un gobierno constitucional legítimo, no siendo claramente su función. Porque la función de dar solución a los problemas institucionales gubernamentales no la tienen ellos y deben resolverse a través de los mecanismos democráticos constitucionales, (aunque desde 1930 ese accionar haya estado dentro de su conducta).
Durante el período constitucional, por otra parte, existieron varios movimientos sociales radicalizados (como ser Montoneros, ERP y otros), que imbuidos por ideas revolucionarias de guerrillas existentes en América Central a las que, queriendo emular, generaron una acción interna, la que luego desencadenó en una acción militar en su contra.
Esta última ya se venía definiendo en el seno del Ejecutivo de entonces (1973-1976), donde supuestamente existió una instrucción (Decreto del Poder Ejecutivo) para la eliminación de lo que en aquella época se denominaba la acción subversiva. Y evidentemente los miembros de las Fuerzas Armadas entendieron que era su deber hacerlo, o sea "obediencia debida", lo que por orden del Jefe de las Fuerzas Armadas -el presidente de la Nación- debían ejecutar. Pero violaron la Constitución Nacional, y en lugar de haber cumplido el mandato natural de realizar las acciones correspondientes –es decir eliminar en combate a los subversivos o insurrectos-, lo que hicieron fue apropiarse de la doble función de Poder Ejecutivo y Fuerzas Armadas.
La acción fue un error, por la destrucción de la democracia y los excesos cometidos, pero la realidad indica que es la única guerra que ganaron las Fuerzas Armadas Argentinas desde 1810 a la fecha. Y fueron juzgadas por sus acciones abusivas y no por haber pacificado al país, al haber evitado una guerra interna de los subversivos contra el pueblo argentino, para imponer un gobierno revolucionario de moda en aquella época.
De hecho, hemos juzgado a las Fuerzas Armadas y no a los que representaron a los movimientos sociales insurrectos. Esto último sí es historia que nadie quiere analizar. Y nos duele la historia no analizada, porque no hablamos de las Fuerzas Armadas ni de los insurrectos, o sea somos como la bosta de paloma, no tenemos ni olor, ni color. Así lo decía el propio Perón.
Esas mismas Fuerzas Armadas, en ese mismo periodo de tiempo, generaron la Guerra de Malvinas, a la que tenemos registrada como una derrota. Pero en nuestro espíritu, los combatientes fueron héroes y no revindicamos a las Fuerzas Armadas. Solo las juzgamos y hoy no existen. Por eso lo importante es redimir a la institución de las Fuerzas Armadas Argentinas, hoy disminuidas a la nada. Y lo más severo es que no se está cumpliendo con la Constitución Nacional, que aboga por la existencia de Fuerzas Armadas para resguardar la paz interior y defender nuestra patria ante el avasallamiento de cualquier país o fuerzas similares.
Es decir que hoy, y desde el año 1983, no cumplimos con el mandato de la Constitución Nacional: tener Fuerzas Armadas debidamente integradas. ¿Entonces pregunto, está bien tener las Fuerzas Armadas como están hoy? ¿Tenemos conciencia que el presidente de la Nación, que es el jefe de las Fuerzas Armadas, no tiene poder sobre ellas por la inexistencia de las mismas? Pobre nuestra patria, si algún vecino se cree todopoderoso como el gobierno ruso y nos invade… ¿Qué alternativas tenemos? Me duele la patria, no pegamos una.