Augusto Munaro
Reflexiones sobre la obra de Tania Favela (*)
Augusto Munaro
"La trama ininterrumpida", de la poeta mexicana Tania Favela, que tuvo la fortuna de conocer al poeta argentino Hugo Gola como amiga -en su largo exilio-, recupera una serie de ocho ensayos escritos y publicados a través de los años sobre la poética del autor de "Filtraciones". Textos que analizan zonas de su quehacer con idéntica solvencia expositiva. Libro imprescindible, porque penetrar las capas leves, etéreas de una obra lírica semejante, requiere de una colocación muy especial. La poesía para Gola es una forma de revelación (la reintegración del hombre consigo mismo y el mundo) y, a la vez, una construcción de un espacio interior, la base para crear vínculos afectivos. Una mirada, por cierto, que supo asimismo expandir a través de la edición de las revistas "Poesía y poética" (1990-99) y su posterior "El poeta y su trabajo" (2000-2010).
Las páginas de Tania son decisivas en su claro nivel de análisis, arrojan luz sobre el complejo tejido de sus mejores poemas, como "empieza", donde Gola articula toda una sensibilidad lírica de enorme hondura. Con movimientos, desplazamientos, formas escalonadas, ondulaciones, espacios vacíos, versos sueltos, en fin, el encastre de imágenes -devenidos en sutiles deslizamientos-, apuntan a considerar al poema -todo poema suyo- no solo como unidad, sino como cada una de sus partes. De esa ansiedad de la forma, movimientos del lenguaje en donde las palabras aumentan su realidad material, el poeta busca sus propias coordenadas. En Gola, las palabras se buscan entre sí para ir creando un sentido móvil, dinámico, una red que abre una multiplicidad de sentidos.
En Gola, sus poemas no avanzan, se expanden en forma de espiral. Lo que me lleva al filósofo Rudolf Arnheim, y su concepto de espacio entendido como imagen del tiempo. Cada verso -el espacio que separa cada verso-, guarda el misterio del tiempo. Hugo construye un tempo interno propio, dice Tania en este notable libro, una dimensión temporal distinta a la del tiempo lineal, progresivo, discursivo. Toda palabra, bajo su mirada, como materia sonora-plástica, encuentra resonancias, ciertas armonías que tejen la gramática interna de sus poemas. Y así, en ese arrastre constructivo que le da fluidez, Gola hace una crítica desde (y del) lenguaje. Con esa mirada abierta al cosmos, se le otorga mayor relevancia al cómo se dice y no al qué. Algo, que considero, esencial. Una propuesta donde resulta más relevante lo que puede llegar a ser y hacer un poema -incluso como suena o resuena-, que lo que dice. Y es en "ese hacer" donde el poema no miente, porque ahí está el germen de la incertidumbre, de la ambigüedad mutante. En Gola no hay intención "temática". El poeta nos revela con palabras otra realidad. Apertura y máxima receptividad. Una exploración permanente.
Como todo poeta abierto a la experiencia, la lengua no "dice", sino que des-dice, contra-dice, entre-dice. Memorias, sensaciones e imágenes. Versos como murmullos indomesticables. Por eso nuestro poeta jamás deja de lado que el poder del sonido es mayor que el del sentido. Comprende que toda verdad posible -es decir, su realidad-, no está dada en el poema, sino que se construye, se experimenta al leerse. Se completa ahí, en el lector. Razón por la cual, Gola fue, además, un extraordinario formador de lectores. Sus poemas lo confirman.
Es necesario divulgar trabajos ensayísticos como "La trama ininterrumpida", posibilitan extender la cadena ética con que Hugo articuló su propia vida, ya que la sitúan en resonancia con el obrar de otras poéticas. Ojalá esta red continúe expandiéndose, con el arrastre ciego que exige la experiencia de toda palabra. Y claro, con la inmensa carga afectiva, también. Gola lo merece. La edición lleva un emotivo prólogo firmado por la poeta, cineasta y traductora Marilyn Contardi. La ilustración de la portada corresponde al poeta y artista plástico mexicano Luis Verdejo.
Tania Favela Bustillo (Ciudad de México, 1970) cursó el Doctorado en Literatura Latinoamericana en la UNAM. Desde 1994, imparte clases de literatura en el Departamento de Letras de la UIA. De 2000 a 2011, formó parte del Consejo Editorial de la revista "El poeta y su trabajo", dirigida por el poeta argentino Hugo Gola. Publicó el libro de poemas "Materia del Camino" (Compañía, México, 2006); la traducción, con Jahel Leal, del libro "En la tierra de Robert Creeley" (Textofilia, México, 2008); el libro de poemas "Pequeños Resquicios" (Textofilia, México, 2013); la antología de poesía "El desierto nunca se acaba", de José Watanabe (prólogo y selección, Textofilia, México, 2013); con Luis Verdejo, "Un ejercicio cotidiano", selección de prosas de Hugo Gola (prólogo y selección, Toé, Lima, 2016); el libro "El lugar es el poema: aproximaciones a la poesía de José Watanabe" (APJ, Lima, 2018) y el libro de poemas "La marcha hacia ninguna parte" (Komorebi, Chile, 2018). Actualmente es académica de tiempo completo de la UIA.
(*) "La trama ininterrumpida" (Ensayos sobre Hugo Gola), de Tania Favela. Peregrinatur Ediciones, Rosario, Argentina. Año 2022, 134 páginas.