Por Prof. Lic. Nanci Noemí Alario (*)
Leer, una pasión a descubrir
Por Prof. Lic. Nanci Noemí Alario (*)
"Las buenas lecturas nos acompañan durante toda la vida. Aún recuerdo y veo a mis queridas maestras de la escuela primaria leyéndonos… y nosotros niños y niñas siendo partícipes de un ritual sagrado en el que realidad y ficción se confundían en un clima lleno de magia, pasión y amor por la cultura. Escuchar esos relatos nos hacía volar lejos".
N.A.
En estas líneas pretendo acercar una chispita de curiosidad a los adultos y adultas responsables de la crianza, cuidado y educación de las infancias. Desde la función de adultos tenemos asignada una tarea insoslayable en la sociedad que es garantizar el alojamiento y el traspaso cultural a las generaciones venideras. Función que tenemos en casa; en la escuela; en el nivel inicial; en los medios de comunicación; en las instituciones estatales y gubernamentales que tienen que garantizar y resguardar los derechos de las infancias y en tantos otros espacios que ocupemos.
El adulto en la sociedad es la garantía del respaldo constitutivo de las niñeces y adolescencias por venir. Desde este lugar quiero compartirles algunas ideas con las que venimos trabajando desde espacios sociales y académicos. Es sobre la vitalidad de leerles y el acto de amor que funda ese encuentro.
Devenimos adultas y adultos pasando por un largo proceso subjetivación social, de asumir la vida, el trabajo, la profesión; es un estar en el mundo con una posición asumida respecto del otro donde la edad cronológica ayuda pero no es suficiente si el sujeto no se ha podido constituir como tal. Podemos decir que una de las características funcionales es cuando podemos marcar las distancias generacionales en el sentido de reconocer nuestro lugar frente a las infancias en constitución y adolescencias por venir eso que habitualmente llamamos "cuidado", "límite", "resguardo", "seguridad". Función que alberga desde "el amor político y responsable" todas las intenciones para "ayudar a crecer". Somos el soporte de las infancias, garantes de todos los derechos a los cuales las niñas y niños tienen que tener acceso. Uno de ellos es "el derecho de acceder y disfrutar de las creaciones culturales" y es aquí donde nos encontramos cara a cara con una de las más bellas creaciones artísticas y tecnológicas de la humanidad: las escrituras literarias. Se escribe para guardar el tiempo; para compartir; se escribe por amor a la cultura y por la pasión de contar una historia.
Cuando les leemos en voz alta, sosteniendo y mostrando libros con imágenes, irán recorriendo páginas entre asombros y preguntas desplegándose un ámbito lúdico y autorreferencial que potencia la imaginación. Paralelamente a los libros y revistas con imágenes están esos relatos orales que inventamos para hacerles dormir, o a pedido de ellos mismos que surgen de las experiencias cotidianas: "Había una vez un perrito que….", "Me contó una pajarita que cuidaba su nidito…", "Contame otra vez el del conejito…". Siempre habrá alguien que pueda contar algo.
Estos maravillosos y potentes relatos van preparando la capacidad de escuchar; al mismo tiempo que hacemos soporte lingüístico en el armado de la estructura narrativa. Dicha estructura estructurante está esperando constituirse y organizarse mediante las experiencias que desde bebés van logrando en la interacción con la lengua materna oral. El lenguaje es un atributo de la especie humana, es decir, venimos dotados de esa capacidad para desarrollar las estructuras simbólicas del lenguaje que serán el soporte de aprendizaje de la lengua oral en los primeros tiempos.
La lengua oral se aprende en el contexto social más próximo y con adultos que participan de la crianza. Los cuentitos que inventamos y contamos con los personajes que ellos y ellas eligen son sus primeras lecturas porque aquí radica una base de lo que luego será, a largo plazo, la comprensión de lo que se lee. Todavía falta un largo proceso para llegar a la lectura de la lengua escrita. No obstante es importante tener en cuenta la sucesión de experiencias solidarias con la constitución infantil y el desarrollo del lenguaje . Es lo que habitualmente se llama "estimulación" no es un término que me satisfaga pero ayuda a comprender de qué estamos hablando.
Los relatos orales; las canciones; los juegos; las adivinanzas; los chistes y las imágenes preparan el camino para aprender a leer porque cooperan en la constitución y complejización de la capacidad simbólica. Son los juegos del y con el lenguaje los que suman la enunciación de palabras nuevas que van agarrándose de la estructura simbólica. Recordemos a Levs Vigotsky cuando plantea la dialéctica entre pensamiento y lenguaje. Idea potente para educadores y didactas.
Para que el aprendizaje de lectura se logre progresivamente hay que ir llevando a las niñas y niños a posar la mirada sobre la lengua escrita: con juegos, preguntas, además de escuchar esos divinos soliloquios. Es interesante y conmovedor observar cuando el contenido del libro (imágenes, personajes, objetos, colores, etc.) adquieren una significancia especial al interactuar con juguetes y de pronto todos están hablando incluso con cambio de voces y objetos que van sumando.
Esta etapa habilita lo que llamamos "alfabetización inicial" y es pensada dentro del trayecto que continúa con la escolarización en las salas del Nivel Inicial. Hay experiencias magníficas con niños más pequeños. La alfabetización inicial tendría una etapa de concreción máxima al cierre del primer ciclo de la Educación Primaria.
El objetivo de esta publicación es recorrer, junto a quienes tienen implicancias en el desarrollo de la constitución infantil, algunos hitos ofreciendo y compartiendo nuestra experiencia para que crecer y aprender sea para nuestras infancias un proceso integral, amoroso y amigable.
Leer es una pasión a descubrir y construir en el tiempo pero alguien tiene que desparramar las chispitas.
(*) Recibida en la Universidad Nacional de Rosario. Especialista en Alfabetización Inicial INFD. Profesora titular de los institutos N°22 y 34.