Miércoles 8.6.2022
/Última actualización 6:00
Ahora que arrecian las infecciones respiratorias de la infancia, y muchos padres buscan atención para sus hijos, es momento de preguntar si todos los chicos de la ciudad pueden acceder fácilmente a la atención de pediatría que necesitan. O si, por el contrario, algunos no consiguen atención en tiempo y forma adecuados.
La pregunta también es válida para otros países donde esta atención es en gran parte privada. Según este modelo, accede al médico quien paga en el momento, o quien viene pagando por mes. Así, es probable que reciban una atención que guarda proporción con lo que se paga y, en consecuencia, no siempre estas atenciones están avaladas por un buen nivel de evidencia científica.
Este modelo resulta caro y poco eficiente, y es injusto. Y suele concentrar recursos humanos y materiales en ciertas zonas, en detrimento de otras. Ya se sabe que, en un contexto global, médicos y enfermeras están mal distribuidos. Abundan donde hacen menos falta, y escasean donde más falta hacen.
Si quisiéramos aplicar esto a la ciudad de Santa Fe, en lo que a pediatría se refiere, podríamos preguntarnos si, como debería ser, los recursos de pediatría de un barrio concreto son proporcionales a la cantidad de niños que hay en ese barrio. En otras palabras, la cantidad de horas de atención, digamos a la semana, o la cantidad de turnos de pediatría por semana, ¿guarda proporción con las necesidades médicas del barrio?
Yendo más a lo práctico: ¿es igual de fácil y de rápido conseguir una valoración profesional de pediatría para un chico, digamos con fiebre, en un barrio que en otro?
Si para una madre o un padre, según en qué barrio vivan, es difícil conseguir esta valoración, téngase presente que es más barato y más fácil atender hoy a un chico con fiebre y tos, que con neumonía dentro de tres o cuatro días. Y téngase presente también que es más barato y más fácil atender a ese chico en su barrio que en una guardia de pediatría de hospital o sanatorio. Y que también lo es si lo atiende alguien que ya lo conozca de antes.
Pero no siempre las cosas se hacen así. Entonces hay desigualdades, que no tienen nada de nuevo, existen desde hace mucho y en muchos lugares. Y son difíciles de solucionar si se quiere respetar el deseo de un médico de trabajar donde quiera.
Esto último es cuestionable, puesto que la formación de un médico se hace con recursos de todos. Entonces se puede pensar que el médico, que no pagó los estudios con dinero de su bolsillo, debe devolverle servicios a la comunidad, con la misma generosidad y en la misma medida en que recibió recursos y servicios. Pero esta espinosa cuestión no es el objetivo de estas líneas. No obstante, picando queda.
En este contexto de pensar nuevas ideas, baratas y efectivas para viejos problemas, la Organización Mundial de la Salud publicó, en marzo de este año, un libro extraordinario, y gratis. Es todo un manual de pediatría práctica para la buena atención primaria de pediatría. Es sobre qué hay que hacer y qué no hay que hacer. Sobre cómo hacer una valoración profesional de pediatría. Sobre qué signos y síntomas son de alerta. Sobre qué tratamientos, sobre qué medicamentos y a qué dosis, etc.
Aunque lo definen como un libro de bolsillo, tiene más de 900 páginas. No cabe en un bolsillo. Pero cabe en el celular y en cualquier computadora. Incluye cómo valorar un niño con tos y fiebre, o neumonía, o diarrea, o convulsiones, etc. Y sobre cómo valorar el crecimiento y desarrollo de un bebé. Explica qué controles hay que hacer, y qué controles no valen la pena, es decir, se basa en aquéllo que cuenta con un buen nivel de evidencia científica.
Está en inglés pero esto no es un problema, porque se publica bajo unas normas de propiedad intelectual que permiten traducirlo y copiarlo, incluso modificarlo, con la única condición de citar la fuente. Igual que otras publicaciones del más alto nivel, la versión digital de este libro es gratis y está en formato imprimible.
Desde las primeras páginas, este libro deja constancia de que está destinado a que lo usen médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud. De esta manera deja abierta la puerta, tal como se hace en otros países, avanzados y en vías de desarrollo, para que otros perfiles profesionales, además de pediatras, asuman más responsabilidad en la atención primaria de pediatría, en el barrio.
El libro está disponible en Internet como "Pocket book of primary health care for children and adolescents. Guidelines for health promotion, disease prevention and management from the newborn period to adolescence".