Por Liliana Montenegro de Arévalo (*)
Hacia los 450 años de la fundación de Santa Fe
Por Liliana Montenegro de Arévalo (*)
Durante los años 1928-1930 se detecta la inexistencia de leyes y de mensajes del Poder Ejecutivo a las honorables cámaras legislativas, con la particularidad de ser un gobierno democrático que recurre a los decretos-leyes. En búsqueda de canales para publicitar la acción de gobierno, encontramos la revista Líneas.
El 16 de junio de 1925 había hecho su aparición La Provincia, integrando su directorio Pedro Gómez Cello, gobernador de la provincia durante los años analizados. El panorama periodístico de la época se completa con El Debate (1927), El Demócrata y Alerta (1928); La Nota y El Sol (1929). Hacia la década los años 30 aparecieron La Libertad, El Nacional, Renovación, Sagitario y El Tribuno.
Para la coyuntura de 1930, justamente, existen en la ciudad de Santa Fe los siguientes diarios, con sus respectivos directores: La Libertad (Luis Di Filippo), La Provincia (primero José Torralvo y luego Carlos Toledo Leduc), El Orden (Alfredo Estrada) y Santa Fe. Este último, desde 1911 dirigido por Salvador Espinosa, fue orientado por Domingo Silva hasta 1915 y tuvo como jefe de redacción a Julio Tolrá. Luego del fallecimiento de Espinosa, el diario fue orientado por Claudio Piedrabuena y Justo Tulián Silva. Desde 1918 se sumó El Litoral, dirigido por Salvador Caputto y Pedro Vittori. Nueva Época, que apareció en 1886, contó con la dirección de Oreste Neri desde 1923. El Imparcial había surgido en 1914, bajo la dirección de Carlos Doce.
En la década de 1920 quedan esbozadas dos líneas dentro del radicalismo: el personalismo o radicalismo yrigoyenista y el antipersonalismo, nucleado en torno a la figura de Marcelo Torcuato de Alvear. El 23 de agosto de 1924, la ruptura se hace pública proclamándose en Buenos Aires la formación de la Unión Cívica Radical Antipersonalista.
Los antipersonalistas erigieron a Leandro N. Alem, desaparecido en 1896, como símbolo de su política para oponerla a Yrigoyen. La línea de Alem era muy fuerte en Santa Fe, reconociendo sus orígenes en la época en la que el nombrado caudillo radical había desarrollado su actividad en el ámbito santafesino.
El 25 de octubre las fuerzas yrigoyenistas se reúnen, con la finalidad de reorganizarse y confirmar su solidaridad para con Yrigoyen. Para la coyuntura electoral de 1927, ambas fuerzas políticas se presentan con candidatos propios.
La Convención Nacional Antipersonalista proclama como candidatos a Leopoldo Melo y Vicente Gallo, apoyados por las fuerzas conservadoras, mientras que la Convención Nacional Personalista proclama como candidatos a Hipólito Yrigoyen y Francisco Beiró, este último suplantado en el momento de la asunción del mando por Enrique Martínez.
En el orden provincial la Unión Cívica Radical Unificada (antipersonalista) levantaba las candidaturas de Héctor S. López y Antonio Reynares Solari, intendente de Rosario, mientras que la Unión Cívica Radical Personalista las de Pedro A. Gómez Cello y Elías de la Puente.
Las dificultades comienzan al obtener los yrigoyenistas 36 electores frente a 24 de los unificados. Estos últimos no quedaron conformes con el resultado, ya que sostenían haber logrado 31 electores. El 15 de febrero la Junta Electoral comienza la revisión de actas de las elecciones. El 3 de marzo se constituyó el
Colegio Electoral que debía consagrar la fórmula gubernativa Gómez Cello-de la Puente. Frente a la reiterada inasistencia de los electores unificados el Colegio Electoral declaró la cesantía de estos.
En su sesión del 15 de marzo el Colegio Electoral decide solicitar la intervención federal si no se convoca a elecciones de electores de gobernador y vice. Frente a la amenaza de intervención, el gobernador saliente, Ricardo Aldao, convoca a los 24 electores de la unificación, elegidos en comicios complementarios. Reunido finalmente el Colegio Electoral, proclamó la fórmula: Gómez Cello-de la Puente por 60 votos, asumiendo ambos el 9 de mayo.
Las controversias no cedieron, y frente a la composición de una legislatura hostil al Poder Ejecutivo, se habla de una posible intervención federal, solicitada por el mismo gobernador. Son los mismos legisladores oficialistas (personalistas) quienes suscriben un documento por el cual solicitan la disolución de las Cámaras. Es entonces cuando el bloque de los legisladores unificados reclama la convocatoria a sesiones. Pero el ejecutivo a pedido del presidente del Senado, don Elías de la Puente, clausura el recinto legislativo rodeándolo de fuerzas policiales.
Los conflictos se suceden, siempre bajo la amenaza de una intervención federal. Asumido el gobierno nacional por Yrigoyen, éste declara que las intervenciones a las provincias que tengan lugar durante su gestión serán dictadas por ley del Congreso para lo que habrá que esperar hasta mayo del año siguiente, en que se reuniría este cuerpo.
En abril de 1929, el gobierno federal designa a Lisandro Salas interventor a los poderes Legislativo y Judicial de la provincia. El arribo del interventor a la ciudad de Santa Fe es aguardado pacientemente, espera que es tratada en distintos tonos por la prensa santafesina. Finalmente, ambos poderes son intervenidos el 10 de diciembre de 1929, asumiendo sus funciones Salas el día 2 de enero del año siguiente.
En marzo de 1930 el gobierno nacional convoca a elecciones, para la renovación de la Cámara de Diputados de la Nación, en todo el ámbito del país. El partido oficial lo integraban en la provincia los "personalistas", mientras que al sector "antipersonalista" lo conformaban los "unificados" y los "caballeristas", que respondían al dirigente rosarino Ricardo Caballero.
Por la oposición participaron los partidos Demócrata Progresista, Socialista y Comunista. Realizados los comicios, el domingo 2 de marzo, el triunfo correspondió en nuestra provincia al oficialismo yrigoyenista, obteniendo la minoría la democracia-progresista. El tercer término correspondió a los "unificados", siguiéndole los "caballeristas" y por último el socialismo.
En el año del triunfo radical en Santa Fe, oportunidad en que se pone de manifiesto el consenso popular hacia el ejecutivo nacional, se abortaría un proceso político iniciado en 1912 en Santa Fe y reafirmado en 1916 en el orden nacional. El 6 de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu, rompió la marcha sobre Buenos Aires con los cadetes del Colegio Militar de la Nación.
Un tren militar a las órdenes del general Francisco Vélez partió de Capital Federal para hacerse cargo de la situación provincial; al llegar a Rosario intentaron realizar una contra-revolución, pero fueron dominados. A raíz de esa situación la Junta Militar resolvió que el Regimiento 12 de Infantería se hiciera cargo del gobierno de Santa Fe, efectivizándose el estado de sitio.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y el Centro de Estudios Hispanoamericanos.
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