Hace tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando sobre los trastornos del sueño, situación que afecta al 40% de la población mundial. Los más frecuentes son:
Recomendaciones saludables.
Hace tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando sobre los trastornos del sueño, situación que afecta al 40% de la población mundial. Los más frecuentes son:
1) Insomnio: es uno de los más comunes, pero que no se debe subestimar ni pasar por alto por las consecuencias que acarrea en el organismo. La persona que lo padece posee dificultad para conciliar el sueño o, en los casos más severos, permanece despierto durante toda la noche.
2) Apnea del sueño: el Síndrome de Apneas-hipopneas Obstructivas durante el Sueño (o SAHOS) es uno de los más comunes en los adultos mayores. Afecta a gran parte de la población general, aumentando progresivamente este porcentaje luego de los 50 años. Es una patología que se caracteriza por interrupciones repetidas de la respiración (apneas) superiores a los diez segundos que producen una inadecuada oxigenación y que se acompaña de diversos síntomas o complicaciones.
3) Síndrome de las piernas inquietas: es una enfermedad que se origina por alteraciones en la transmisión de hierro y dopamina en el sistema nervioso central. Esto provoca una sensación molesta y una necesidad de mover las piernas mientras la persona intenta conciliar el sueño.
4) Narcolepsia: es una afección caracterizada por una somnolencia extrema durante el día y quedarse dormido de repente durante la jornada.
Planteado esto, es importante subrayar que el dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo, inclusive el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor. El dormir ayuda a pensar con más claridad, a tener mejores reflejos y a concentrarse mejor. En contraposición, la pérdida de sueño daña los niveles superiores de razonamiento. Además, el cansancio hace que las personas resulten menos productivas en el trabajo.
Una buena noche de sueño consiste en cuatro o cinco ciclos. Cada ciclo incluye períodos de sueño profundo y Movimientos Oculares Rápidos (MOR) o sueño desincronizado, es decir, cuando se sueña. Si bien las necesidades personales varían, en promedio un adulto necesita entre 7 y 8 horas de sueño por noche; y los bebés generalmente duermen unas 16 horas diarias. Por otro lado, los niños pequeños necesitan unas 10 horas de sueño, mientras que los adolescentes necesitan, al menos, 9 horas.
Muchas cosas pueden interrumpir el sueño, tales como la cafeína y la luz de televisores, teléfonos celulares o tablets, que pueden dificultar el inicio y mantenimiento del sueño. Estas son algunas recomendaciones para lograr un buen descanso: 1) Acostarse todas las noches a la misma hora y levantarse a la misma hora cada mañana. 2) Dormir en un ambiente oscuro, tranquilo y cómodo. 3) Hacer ejercicio diariamente (pero no inmediatamente antes de irse a dormir). 4) Limitar el uso de aparatos electrónicos antes de ir a dormir. 5) Antes de acostarse, relajarse con un baño caliente o leer algo que no sea desde una pantalla. 6) Evitar el alcohol y los estimulantes como la cafeína al final del día. 7) Evitar la nicotina.
Finalmente, es fundamental tener en cuenta que no descansar bien tiene serias consecuencias, por lo que no debe descartarse consultar con un profesional de la salud.