El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación presentó hoy la 70° reunión plenaria del Comité Consultivo Internacional del Algodón, que se realizará en nuestro país el mes próximo.
Participaron el ministro Julián Domínguez; el gobernador chaqueño, Jorge Capitanich; la secretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar de la Nación, Carla Campos Bilbao; el subsecretario de Economías Regionales, Luciano Di Tella, y ministros de varias provincias argentinas.
Durante la actividad se conoció el cronograma de trabajo para el congreso mundial del sector, que se celebrará del 4 al 11 de septiembre. En esa oportunidad habrá paneles de discusión, charlas y conferencias de referentes de la producción algodonera de varios continentes. Reunirá en Argentina a funcionarios nacionales e internacionales, con productores de todo el país y del exterior y especialistas de varios países.
La producción algodonera argentina se concentra en las provincias del Chaco (66 %), Santiago del Estero (17%), Santa Fe (12%) y Formosa (4%), más porciones muy minoritarias en Corrientes, Catamarca, Salta, Entre Ríos y Córdoba. Sin embargo, con el crecimiento continuo y sostenido del sector en los últimos años la producción de ha extendido a nuevas regiones.
En este marco, el total de productores en todo el país llega a los 25 mil, de los cuales el 83 por ciento son pequeños y medianos.
Apoyo oficial
El Ministerio sostiene que los pequeños y medianos productores han sido fortalecidos por políticas públicas del gobierno nacional. Se explicó que se creó el Plan de Desarrollo Sustentable y Fomento de la Producción Algodonera, mediante el que se destinaron 169,5 millones de pesos desde el año 2007. Con esta asistencia se benefició a más de 20.400 productores familiares de las distintas provincias donde se cultiva el algodón.
La intervención del Estado Nacional mediante este plan tiene como objetivo el fortalecimiento de las economías regionales, a partir de la recuperación del cultivo social para que pueda generar empleo y acrecentar la rentabilidad con la introducción e implementación de nuevas tecnologías.
El plan se consolidó como una herramienta para el sostenimiento y desarrollo del sector, y se aplicó de manera articulada entre la Nación, los gobiernos provinciales, los municipios y los propios productores. Todos estos actores participan activamente de la puesta en marcha del programa.